El incendio en el Lope de Vega se queda en un susto y no afecta a la sala del XIX

El aviso se ha recibido sobre las tres de la madrugada y hasta la confluencia de María de Molina con Veinte de Febrero se han desplazado cuatro dotaciones del servicio con un total de 21 efectivos que han apagado las llamas en poco tiempo. El foco se ha situado entre la primera y segunda planta del inmueble. A primera hora de la mañana, ya solo quedaba un camión de retén para refrescar la zona afectada, mientras los cerca de diez operarios de las empresas adjudicatarias que ahora trabajan en la reforma esperaban órdenes para volver a entrar o tomarse el día libre hasta que concluya la investigación. Algunos vecinos del entorno confesaban que se habían enterado al levantarse a las ocho de la mañana, a pesar del despliegue de efectivos.

El Ayuntamiento ha iniciado las pesquisas para conocer las causas de un fuego que se ha producido en una zona de acumulación de escombros. El director de obra y autor del proyecto de rehabilitación, Óscar Ares, ha señalado que aún es pronto para saber el origen. «Afortunadamente, ha sido algo menor en una zona en la que había una serie de escombros, es una zona que precisamente íbamos a demoler, pero no hay daños mayores y no ha afactado a la sala del XIX, que es el elemento más importante. La próxima noche podemos dormir tranquilos», ha afirmado el responsable junto al camión motobomba que se mantenía de guardia en la calle Veinte de Febrero.

Tanto el alcalde, Jesús Julio Carnero, como el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, han acudido al lugar a primera hora de la mañana para conocer de primera mano la situación. «Ha sido una suerte que se haya atajado tan al inicio», valoraba instantes después de acceder al interior del edificio junto a los bomberos. Tras una primera inspección del interior, los equipos desplazados no han logrado determinar la causa del incendio. «No había electricidad, se quedan todos los diferenciales desconectados cuando los equipos terminan la jornada. Ahora vamos a intentar analizar los trabajos pormenorizados que se realizaron este martes para poder llegar a una conclusión», ha añadido el concejal.

¿Por qué han prendido esos escombros?, ¿se puede saber si había una radial, una colilla mal apagada?, le preguntaba la prensa a Ares. «No lo sabemos, hay que esperar al informe del servicio de Bomberos y que nos digan por qué ha sido», apuntaba el arquitecto, quien ha asegurado que sistema eléctrico original del teatro estaba «condenado». «Es lo primero que hicimos y en ningún momento hay nadie fumando dentro de la obra, no se permite. Ya os digo que hay que esperar al informe de Bomberos, ver exactamente qué ha podido ser para ponerle remedio», continuaba.

En principio, no hay intención de paralizar los trabajos. «El edificio es muy grande y se puede trabajar en otras zona, la obra va a seguir con su ritmo porque son unos daños menores», confirmaba Ares. Según ha detallado el director del tajo, el fuego se ha iniciado en la zona central del vestíbulo de entrada. «Habíamos quitado ya toda la cubierta; aprovecho para decir que este edificio es un desastre, una ruina, que requiere de una recomposición total», exponía.

Óscar Ares ha avanzado que de forma inmediata se pondrán «las medidas de seguridad oportunas para que esa zona afectada quede acordonada». «Lo que vamos a hacer es adelantar el derribo de esa pequeña zona», explicaba. El arquitecto ha recordado que cuando el equipo redactor del proyecto accedió a su interior hace ya meses se les cayó una viga y a punto estuvo de producirse una desgracia. «Para que entendáis un poco el estado en el que está esto, es lamentable, ¿cuál es la zona que peor está?, yo diría al revés ¿cuál es la zona que mejor está? y afortunadamente es toda la sala del siglo XIX, porque se hizo una restauración en su día, se puso una cubierta provisional que lo ha salvado por completo», recalcaba.

Las obras de rehabilitación del Lope de Vega, que cuentan con un presupuesto de 13,5 millones de euros, se prolongarán durante 22 meses. Eso sin contar con las desviaciones que puedan registrarse por imprevistos que puedan surgir durante el desarrollo de las actuaciones dado el deplorable estado de la construcción. La intervención se lleva a cabo a cabo en los 6.050 metros cuadrados construidos del inmueble y tiene un doble objetivo. Por un lado, conservar la esencia del teatro original del XIX, que contará con 536 butacas (736 localidades para seguir eventos de pie), aunque con prestaciones técnicas y escénicas del siglo XXI.

Por otro, se pretende sacar rendimiento al espacio con dos estancias completamente nuevas: una con entrada por María de Molina y la otra por Veinte de Febrero que permitirán la celebración montajes y espectáculos de diferentes formatos, así como para acoger exposiciones, conferencias y otros actos culturales. En total, mil personas podrán utilizar estos tres espacios de forma simultánea. El resultado de esta compleja rehabilitación se verá en 2027 si todo transcurre según los planes previstos.