Tarsicio Moreno, superó un ictus en 2022

«Cuando te da un ictus no te puedes quedar en el sillón, hay que pelear»

Aquel día de noviembre Tarsicio perdió movilidad en el brazo y la pierna izquierda y ahora necesita una persona que le asista en sus actividades cotidianas. «Me tienen que ayudar a atarme los zapatos, a vestirme o a ducharme», indica Tarsicio, al que se le iluminan los ojos cuando habla de su hermana, la persona que le ha acompañado en todo este proceso y que vivió lo que le sucedió a su hermano de esta manera: «No contaban con que pudiera salir y fue muy poco a poco. Al principio no se mantenía sentado encima de una cama, pero con la ayuda de excelentes profesionales ha ido saliendo de esa gravedad», explica emocionada Mar, quien reconoce que detrás de la recuperación de Tarsicio hay mucho trabajo. «Ha sido un esfuerzo sobrehumano el que hemos hecho, pero hemos conseguido hacer frente a esto y mi hermano ha aprendido a vivir de otra manera», indica la hermana de este camionero al que hace solo unos meses le han comunicado que ya no va a poder trabajar.

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Tarsicio no es de esas personas que edulcoran la realidad. «Estoy hecho una mierda. Pienso en cosas sencillas que hacía antes y ahora no puedo hacerlas», reconoce sin cortapisas. No obstante, este hombre admite que cada uno debe jugar con las cartas que le da la vida y está convencido de que quiere ganar la partida con la mano que tiene. «Ves que no avanzas porque los pasos que das son cortos, pero cuando te da un ictus no te puedes quedar en el sillón. Hay que pelear», indica este hombre de 56 años, que pasó tres meses de rehabilitación en el Instituto Guttmann de Badalona y reconoce que el proceso es duro, aunque tiene recompensa. «El día que te tienes de pie es un paso muy grande», explica para añadir contexto a su historia de superación, que arrancó con un hombre que no podía tenerse en pie y que llega ahora a un capítulo en el que puede andar ayudado por un férula en la pierna izquierda.

Pelear.Ese es el verbo clave para Tarsicio, que en esta lucha asegura haberse encontrado con algún contrincante más, aparte del propio ictus. «Lo malo de esto es que las administraciones tardan mucho en darte la rehabilitación. Si no tienes dinero para pagártelo, lo tienes muy difícil. Cuando vine de Badalona, pedí rehabilitación en la Seguridad Social, tardaron medio año en dármela y fui solo tres meses.Así que he estado haciéndolo de pago porque, de no haberlo hecho, todo lo que había ganado en el Instituto Guttmann lo habría perdido», explica.

Y en esa pelea por asemejarse cada vez más al hombre que era antes del ictus, Tarsicio se fija en el mundo del motor, al que ha estado siempre ligado incluso como competidor. No obstante, este camionero es consciente de sus limitaciones y, pese a ser un hombre acostumbrado a ir a toda velocidad, ahora no le duelen prendas al decir que lo suyo es ir «paso a paso».