Valladolid
Humedades en un piso de la Junta: «La casa es un baile de agua»
Valladolid
Humedades en un piso de la Junta: «La casa es un baile de agua»El bajo D del número 10 de la calle Gavilla es un coladero de humedades. Solo el salón se libra del rastro del agua, que corroe parte de la cocina, baño y dos habitaciones, cuatro de las cinco estancias que tiene la vivienda. Estas están ... causadas presumiblemente por una fuga que viene de uno de los primeros y de las bajantes del edificio. «Cuando se duchan - en el 1ºC - tengo que poner una fregona», cuenta Montserrat Manrique, de 52 años, usuaria de la vivienda de alquiler social desde hace casi 30 años, mientras señala con el dedo el estado desconchado del techo del aseo.
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Las armarios de la habitación en la que duerme resguardan humedecimientos, uno de ellos empotrado, prácticamente ya vacío, esconde marcas en las paredes y en el sobretecho. El otro, que al ser retirado deja una pared completa al descubierto, cobija también algunas grietas, que acompañan a las humedades desde hace aproximadamente unos nueve meses. En el dormitorio que va a dar al patio, según cuenta, tuvo que desmontar una cama a causa de las fugas de la bajante. Allí ahora solo tiene una estantería con libros y un guardarropas donde almacena sus prendas, siempre tapadas con plásticos por si la impregnación de la cocina, que está pared con pared, penetra hasta allí. El resto de sus cosas descansan en un trastero alquilado para salvaguardarlas de la humedad.
Ante esta situación, de la que culpa a la Junta, que «no ha intervenido en nada», se ha visto obligada a desembolsar «mucho dinero» y aunque no se atreve a cifrar la cantidad, estima que han sido «más de 20.000 euros». Los problemas empezaron hace más de 10 años, con las primeras humedades en la cocina y en el baño por el mal estado de las tuberías del 1ºC. En aquel momento subió a hablar con la que era por entonces su vecina, que le cerró «la puerta en las narices» al no tener seguro. «Hablé con la Junta y me dijo que para intervenir tenía que denunciar».
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Así lo hizo y el juzgado de Primera Instancia nº 2 le dio la razón en 2013, condenando a la usuaria del piso superior a indemnizarla por los daños ocasionados con 1.276 euros, dinero que asegura nunca llegó a recibir: «Ni pagó su casa, ni las costas del juicio ni lo que me debe». Ante esto, según cuenta, la Junta le dijo que no podían hacerse cargo: «No tiene seguros, quieren que los inquilinos los hagan y que los afectados aguantemos».
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Su hasta entonces vecina desde hacía unos 25 años abandonó el 1ºC a mediados de mayo de 2022, pero días más tarde entró otra familia, con la que además mantiene una convivencia difícil tras varios encontronazos por los ruidos y las humedades. «En el momento en que llegan empiezan a abrir los grifos y la casa es un baño de agua». En ese momento, según explica, la Junta intervino en la vivienda causante de las filtraciones, pero asegura que solo fue un «parche» y que las carencias ya existentes se recrudecieron: «Pusieron un grifo de la cocina, arreglaron un trozo de la bajante y les cambiaron la taza del water, lo que no cambiaron fueron las tuberías».
Según el relato de la mujer la familia que habita actualmente el piso superior aseguró la vivienda y quisieron llegar a un acuerdo, que no fue posible ya que los daños eran previos a la contratación: «Les enseñé los escritos que yo había hecho a la Junta y se echaron atrás».
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A los problemas en las viviendas se suma la decadencia de algunas zonas del edificio. Montserrat ha documentado con su cámara los estragos que el agua ha causado en un cuarto contiguo al patio con una claraboya en mal estado por la que se filtra el agua. Según el parte que dio al seguro de la comunidad, estos daños se produjeron durante un episodio de lluvias y nevadas a comienzos de 2023. Otra fotografía muestra una fuga de la bajante que atraviesa la fachada de su cocina hasta llegar al garaje, cuyos estragos son visibles actualmente en la ventana de la cocina, aparentemente afectada por el moho.
La mujer, que presenta asma y una patología que le provoca dolores articulares severos, asegura haber enviado varios escritos a la Junta, que a su juicio no da las casas «en condiciones». En concreto las cartas han estado dirigidas a Luis Pena, Jefe de Sección de Promoción Pública de Vivienda, a quien acusa de tratarla con una actitud «muy agresiva» y de «faltas de respeto«. Este periódico se ha puesto en contacto con Luis Pena, que niega tal extremo y asegura ser él quien ha recibido insultos por parte de la inquilina, mediante un escrito en el que también le ha comunicado daños en la lavadora y la caldera de los que no tenía constancia.
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Luis Pena
Jefe de Sección de Promoción Pública de Vivienda
Sobre la problemática del edificio, el gerente ha explicado que el bloque presentaba algunos problemas propios de los materiales empleados durante la construcción y que fueron subsanados: «En esa comunidad hubo patologías del edificio y de la envolvente de las bajantes, que fueron arregladas por la comunidad de propietarios». Sobre las fugas en el 1º C, asegura que se solventaron en su momento, tras reparar una tubería de agua y que no han vuelto a tener constancia de que se produzcan filtraciones.
En cuanto al piso que habita Montserrat, el representante explica que no se ha podido intervenir ante la imposibilidad de entrar en la casa para valorar los desperfectos. «Los seguros intentaron entrar en su casa y no les dejó. Dice que no va a llegar a acuerdos con ellos», sostiene Pena, que explica que es la aseguradora de la comunidad la que tiene que hacerse cargo de los daños causados por las bajantes, ya que son patologías «inherentes al edificio de las que la Junta no tiene por qué hacerse cargo».
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«Si que es cierto que hace cosa de un mes picamos en el baño y se estropeó una tubería», reconoce Rafael Jiménez, actual arrendatario del 1ºC, que asegura haber arreglado los daños ocasionados. Al igual que el funcionario de la Junta, argumenta que dio parte a su seguro para que arreglaran la gotera del bajo, pero que ha sido Montserrat quien no ha querido dejar que entren a arreglar los desperfectos. Jiménez niega tener más humedades en la casa, aunque ratifica que esta se encontraba en mal estado cuando la ocuparon y que había filtraciones procedentes de las tuberías, que se solventaron con una reparación en la cocina, pero que «no se arregló nada más».
Pena aclara que la Junta se hará cargo en calidad de propietaria de las averías previas a la contratación del seguro de los actuales inquilinos, pero que antes es necesario entrar a la vivienda para «dirimir de qué daños se haría cargo» la compañía del edificio, en función de si proceden del 1ºC, de las bajantes o de la cubierta. «Los daños en su casa los pagaremos la Junta de Castilla y León», asegura Pena, que tiene previsto visitar la vivienda la semana que viene para abordar la problemática, siempre y cuando sea posible el entendimiento con la usuaria.
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