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Los hoteles pierden 411 plazas desde la pandemia a la espera de las nuevas aperturasLos hoteles de Valladolid capital han perdido el 10,1% de las plazas que tenían desde la pandemia. Mientras que en enero de 2020 se ... situaban por encima de la barrera psicológica de las 4.000 –se contabilizaban 4.077, para ser exactos–, en el mismo mes de este año únicamente sumaban 3.666, de acuerdo con las estimaciones de la Encuesta de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta disminución de la oferta disponible ha tenido su reflejo, como es lógico, en el personal empleado, hasta el punto de que los trabajadores que atienden ese tipo de establecimientos en la ciudad han caído incluso en mayor medida. Mientras que hace cinco años eran 552, en enero de 2025 se habían reducido hasta los 460. En cifras absolutas son 92 menos, un descenso el 16,7% en términos porcentuales.
En el mismo periodo las habitaciones han pasado de 2.164 a 1.894, según el INE. Solo en el último año el recorte supera el centenar, algo que sin embargo tiene una explicación: la clausura por reforma del hotel Felipe IV, a raíz de su compra por Barceló. Las obras mantendrán sin actividad el cuatro estrellas del número 16 de la calle Gamazo durante un año, pero a cambio ganará siete dormitorios (hasta rondar los 140), un patio con piscina, gimnasio y una distribución interior más moderna.
Otro cierre que ha contribuido a engrosar la estadística es el del hotel Roma, un dos estrellas que echó la llave en junio de 2022 en el Atrio de Santiago. Con intención de volver a abrir sus puertas, eso sí. El histórico alojamiento de la calle Héroes de Alcántara, 8 tiene licencia de demolición, lo que permitirá levantar en su lugar un inmueble nuevo de 3.400 metros cuadrados repartidos en siete plantas, dos de ellas subterráneas, con entre 47 y 49 cuartos para sus clientes. Un derribo que se está demorando sobre la fecha inicialmente fijada, a expensas de rematar el diseño final del proyecto.
A poco más de cien metros de allí, en Constitución, se encuentra el Eurostars que se está construyendo sobre la macrotienda de Zara que ocupa lo que fue la sede de El Corte Inglés. Será el primer cinco estrellas de la capital vallisoletana, tendrá 75 habitaciones y la previsión es que los trabajos estén terminados entre finales de junio y principios de julio. Si estos plazos se cumplen comenzará a funcionar un mes después y por tanto este mismo verano, lo que también contribuirá a recuperar algunas de las plazas perdidas coincidiendo con la llegada del coronavirus.
No será el único alojamiento urbano de lujo, puesto que la cadena malagueña Soho tiene previsto reabrir como tal uno que ya lo fue hasta 2017, el hotel Marqués de la Ensenada. El edificio de la antigua harinera La Perla, construida en 1912 sobre el Canal de Castilla al borde de la avenida de Salamanca, se hizo famoso tras cinco años ocupado por el colectivo La Molinera, que lo utilizó como centro social autogestionado entre 2018 y 2023. En la actualidad se está desescombrando y limpiando, puesto que la propiedad quiere iniciar su rehabilitación tan pronto como disponga de la licencia municipal.
Esta reactivación de la oferta, en la que se encuadran asimismo la ampliación del Colón Plaza de la Acera de Recoletos y el Polotel de la calle Juan García Hortelano de Parquesol, lleva al presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de la provincia (AVAV), Miguel Incera, a restar importancia a la merma de plazas registrada desde la irrupción de la covid, que califica de «situación puntual». A su juicio «la salud de la hostelería y del alojamiento en general en Valladolid es buena» y prueba de ello, prosigue, es que a pesar de que «el precio está un poco más alto» han subido las pernoctaciones. «Eso demuestra un buen trabajo conjunto del sector turístico de la ciudad, un ecosistema en el que los hoteles son un actor principal», con una ventaja añadida: «Hay una atracción de unos viajeros con un poder adquisitivo más alto y eso es positivo para el gasto en la ciudad, beneficia a toda la cadena del turismo, a la hostelería, al comercio y en general a todos, y creo que en ese aspecto tenemos que estar contentos», valora.
En una idea parecida incide la secretaria general de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Raquel González Cano, quien considera que su sector es «fuerte» pero al mismo tiempo «dependiente de los eventos de todo tipo y, sobre todo, de su ubicación dentro del calendario». De ahí que en su opinión sea necesario «planificar con antelación el calendario de eventos, cubriendo las fechas más bajas y evitando saturar las altas, porque corremos el riesgo de generar una falsa idea de optimismo». Como ejemplo pone lo ocurrido en este inicio de 2025: «Los dos primeros meses del año han sido mejores que los del año anterior, en cambio marzo, debido a la falta de eventos relevantes, a la meteorología y al festivo en Madrid arroja una ocupación, de momento, inferior a la prevista». La media anual, en todo caso, «está en torno al 53%», detalla.
Ahora bien, no todo son aperturas. De hecho, hay establecimientos de Valladolid que no tienen visos de volver a tener actividad, al menos a corto plazo. Es el caso del Foxá Suites & Resort de la carretera de Madrid, junto al colegio San Agustín, que se inauguró en febrero de 2008 y cerró solo un lustro después. Hubo un proyecto para reabrirlo en mayo de 2022 que no salió adelante debido a que «la empresa que lo compró se lo devolvió al banco», indica Secundino Cosmen, el director de Domus Hoteles, la cadena asturiana que se iba a encargar de gestionarlo. «A nosotros nos comunicaron que la operación no seguía», apostilla.
Precisamente el Grupo Domus fue quien explotó durante un tiempo el hotel La Vega de Arroyo de la Encomienda, otro cuatro estrellas con 149 dormitorios que cerró en octubre de 2021 en principio «de forma temporal», aunque lo cierto es que no volvió a remontar. Y ello a pesar de que una firma catalana quiso tomar el relevo y asumir el arrendamiento en la primavera del año siguiente. Las negociaciones se frustraron cuando estaban muy avanzadas, entre acusaciones de «gestión negligente», con el resultado de que el 1 de abril de 2022 la treintena de trabajadores se fue a la calle y acabó teniendo que recurrir al Fogasa para cobrar sus indemnizaciones tras muchos meses en ERTE, tal y como recuerdan los sindicatos CC OO y UGT.
Fuentes del Ayuntamiento arroyano confirman que «los dueños siguen teniendo el hotel a la venta» y que «sí hay interés de inversores», como adelantó en mayo de 2023 el propio alcalde, Sarbelio Fernández, sin que de momento esos contactos hayan fructificado. Preguntado sobre si estaría dispuesto a volver a coger las riendas de La Vega Secundino Cosmen no lo descarta a futuro, «porque el hotel está ahí y está bien, tiene todos los servicios funcionando, no es como el otro (en referencia al Foxá), que hay hacerlo prácticamente entero, amueblarlo...». Pero ojo, en ningún caso sería algo inminente: «A corto plazo nosotros no, no sé si otra compañía lo puede abrir antes, pero nosotros de momento no», zanja.
Tampoco tiene visos de recuperar su actividad original el hotel Feria, propiedad del Consorcio Institucional Ferial de Castilla y León desde 2011. Pese a que en mayo de 2023 el Comité Ejecutivo de la institución acordó disolver la sociedad de la que dependía, un trámite que en principio podía facilitar su venta, cuatro meses después el Pleno descartó desprenderse de él. Lo que se acordó entonces fue buscar otras opciones, incluida su transformación en un complejo educativo: «Barajamos posibilidades que van hasta lo que tiene que ver con aspectos de FP dual hasta el desarrollo de proyectos innovadores y tecnológico», declaró el alcalde, Jesús Julio Carnero. Según apuntan desde la entidad esta posición se mantiene, si bien aún «no hay nada materializado».
Otro que duerme el sueño de los justos es el Topacio, en la calle Plomo del polígono San Cristóbal, en desuso debido a su falta de adecuación a la normativa urbanística y de seguridad pese a que su legalización se ha intentado en varias ocasiones. Y la clausura forzosa por la pandemia se ha prolongado hasta ahora en el céntrico Hotel Amadeus, en Montero Calvo, con más de 50 habitaciones de cuatro estrellas. Todo indica que podría ser objeto de alguna obra de adecuación antes de volver a ponerse a disposición de turistas y viajeros de negocios, si bien según las fuentes consultadas en ningún caso sería durante este 2025, ejercicio para el que las reservas están cerradas.
No son una amenaza, sino un complemento, y además de primera. «Los apartamentos turísticos reglados, que cumplen las obligaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y se categorizan conforme a la normativa regional, no nos hacen daño porque representan una oferta de calidad que nos ayuda a todos a mejorar. El problema surge cuando no se cumplen algunas de las obligaciones anteriores, por desconocimiento o por falta de recursos para su control, y es aquí cuando se genera una competencia ocasional, nada profesionalizada, que afecta a todo el sector alojativo», sostiene la secretaria general de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Raquel González Cano, que recuerda que «la restricción del PGOU para implantar negocios turísticos en plantas altas de viviendas hay que cumplirla, y creemos que no en todos los casos se está cumpliendo». En cuanto a la oferta disponible, la directiva señala que «las plazas cerradas se compensan con las nuevas plazas que han generado los apartamentos turísticos (según el INE, a enero de 2025 había 201 en la provincia con 855 plazas), y por tanto, la capacidad de alojamiento de Valladolid ha crecido». Una opinión similar expresa Miguel Incera, el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes vallisoletanas, quien señala que hoteles y apartamentos «son dos modelos de alojamiento diferentes pero que conviven perfectamente y que además responden y dan solución a necesidades diferentes. Tener una oferta variada y de calidad, como ocurre en ambos casos, es mejor para la experiencia de los que nos visitan». En relación a esto el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, ha asegurado este viernes que «los apartamentos turísticos aquí los tenemos muy regulados, no van a ser nunca ni están siendo un problema, como se ve, ante las experiencias hoteleras que estamos atrayendo». « Lo que hay que hacer es convivir y convivir es eso, dar vida a nuestro centro urbano, dar vida a nuestros locales, darles uso y rehabilitación para que todo luzca de la mejor manera posible», ha añadido, según informa Sergio García.
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