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Pingüinos, Semana Santa, Feria y Fiestas de Nuestra Señora de San Lorenzo, Seminci… Y ahora también Navidad. El turismo navideño se convierte en otra de las grandes citas del calendario anual en cuanto a su repercusión económica hasta el punto de que los hosteleros reconocen ... que la gran cantidad de gente en las calles ha significado que la caída del sector en este periodo no se haya notado pese a la subida de los precios que los bares y restaurantes han repercutido solo en el incremento del IPC. Las cifras de gasto registradas tanto de naturales como de visitantes significan un espaldarazo tanto para el sector hostelero y hotelero, como reconocen, en una ciudad donde los servicios son el puntal de la economía «pero los números negativos empiezan a llegar ya, el jaleo en bares y restaurantes a bajar, y el invierno es muy largo».
El presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de Valladolid (Apehva), Jaime Fernández, hace un balance «más que positivo, exitoso para los tiempos que corren» de las navidades pasadas, que para el sector que representa empieza en noviembre con puentes festivos y comidas y quedadas de amigos y empresas y reconoce que ahora vienen tiempos más complicados hasta la Semana Santa en las barras y comedores de los locales vallisoletanos. Unos negocios que no están repercutiendo todas las subidas de la materia prima en sus precios, «pero que lógicamente se aplican precios nuevos para salvar sus cuentas tanto de alimentos como de salarios y gastos generales».
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El responsable de esta patronal vallisoletana con asociados tanto en la capital como en la provincia detalla que antes de las navidades algunos ya modificaron los precios de sus cartas al alza pero que realmente está siendo esta semana cuando empiezan a aplicar el Índice de Precios al Consumo (IPC) que de acuerdo a los marcadores conocidos este viernes del cierre de 2023 es de un 2,8%. Una cifra, por cierto, como explica Jaime Fernández, «muy lejos de las subidas que nos están aplicando a nosotros las grandes distribuidoras de cerveza, alcohol, refrescos o de alimentos que superan el 4%».
«Al cliente, como es lógico, algunas subidas les llama la atención e incluso lo comentan o se quejan in situ pero lo cierto es que son absolutamente conscientes de todo lo que está subiendo la vida, el ocio también, así que no queda otra», manifiesta el presidente agradeciendo a la vez la fidelidad de los clientes vallisoletanos a la hostelería local, «con el importante esfuerzo que repercute en sus bolsillos, pero Valladolid es una ciudad de bares y restaurantes, nos gusta mucho». Desde esta misma semana alternar en los bares y restaurantes será algo más caro «porque los precios han subido pero no tanto como ir a hacer la compra al supermercado, como el aceite, u otros gastos fijos que todos tenemos, como los recibos de suministros», como han señalado varios empresarios de hostelería, «pero la gente lo entiende aunque se resigne porque desde hace pocos años todos vemos cómo los salarios cunden menos en términos generales». En este sentido también reconocen el apoyo al sector del turismo, del continuo aumento de visitantes «que nos permite tener siempre trabajo».
«Un trabajo marcado por épocas pero que desde hace varios años es un revulsivo para nuestra economía porque movemos mucho género, pero también mucho personal y muchos impuestos que eso significa bien para toda la ciudad», aboga Jaime Fernández, al insistir en que son muchos proveedores de multitud de servicios con los que ellos trabajan además del gran número de personal contratados en bares, restaurantes y hoteles. En esta línea vuelve a referirse al esfuerzo de los ciudadanos que van a sus establecimientos siendo consciente de que es una realidad que si antes consumían 2 o 3 rondas, ahora sólo sean 1 o 2. Pero las situaciones llegan incluso al punto de que ahora «la gente apenas invita a otra gente conocida que esté en la misma barra, ese momento de pagar a otro, sin tener en cuenta las rondas en el mismo grupo, son prácticamente simbólicas», aclara Jaime Fernández.
Pero esa caída del consumo de vallisoletanos se ha compensado al alza con las fechas navideñas: «Por un lado porque el consumo sube en líneas generales y la gente somos más espléndidos en el gasto por las fechas y porque hemos registrado muy buenos números de visitantes». El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería considera en este sentido que el turismo navideño se ha convertido en un baluarte del sector: «La actividad, animación e iluminación navideña empezada en la temporada anterior con mucho acierto ha situado a Valladolid como una de las ciudades referentes del turismo de Navidad en España», ha dicho Jaime Fernández al comentar el éxito de la campaña para hotelería y hostelería que ha estado reforzada también «por el importante esfuerzo de los sectores implicados y del propio Ayuntamiento para atraer el turismo deportivo».
De esta manera anima a la administración municipal como la provincial y a todos los agentes sociales, además de empresarios de hotelería, hostelería y a la sociedad vallisoletana en general a consolidar esta época del año donde el turismo religioso, cultural y de ocio ha recalado en Valladolid en sus distintas vertientes, «a seguir trabajando por tener las mejores navidades, la mejor ciudad de la Navidad en un momento donde este turismo está muy en auge» con visitantes tanto nacionales como de países fronterizos como Francia o Portugal. «La gran cantidad de gente en la calle y en los bares han convertido a las navidades para Valladolid en una fecha igual a las ferias de septiembre: muy atractivas y con mucha repercusión económica», concluye.
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