Un camarero porta una bandeja en el interior de un establecimiento de Valladolid. CARLOS ESPESO

La hostelería de Valladolid no encuentra camareros pese a los casi 2.000 parados del sector

Los hosteleros se quejan de que no puede contratar personas cualificadas para desarrollar las actividades laborales relacionadas con su sector

Miércoles, 7 de julio 2021, 07:16

La temporada de verano ha irrumpido con signos de recuperación desde el minuto uno y el sector de la hostelería se encuentra ante una paradoja laboral. Después de haber sido golpeada por la pandemia como ninguna otra actividad, ahora corre el riesgo de no poder ... aprovecharse de la mejoría debido a la falta de mano de obra. Así lo manifiestan agentes implicados, desde los propios hosteleros a las empresas de colocación y trabajo temporal.

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En la crisis financiera e inmobiliaria de 2008 fue la construcción la que sufrió un vuelco radical, pasando de ser un sector sin paro a convertirse en una actividad a la que la gente no quería volver. Ahora los problemas se trasladan a la hostelería, con su propio perfil. Demanda de trabajo existe, pero también falta de personas con experiencia en el puesto, cierta cualificación y también «voluntad de dedicarse con continuidad a un sector que es muy sacrificado».

Esto provoca una elevada rotación que no favorece a un sector que está obligado a hacer alarde de su profesionalización en la temporada del año con mayor ajetreo, un pico de actividad relacionado con el periodo vacacional y el auge del turismo, al que se suma la progresiva recuperación de aforos.

Así lo explica Jaime Fernández, recientemente elegido presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de Valladolid, quien confirma los problemas del sector para cubrir todos los puestos que se requieren. «Es cierto que falta gente y que lo que buscamos no lo estamos encontrando –explica–. Quizá ofertas un puesto y vienen 20 personas a la entrevista, pero lo que abundan son demandantes de empleo que no tienen ni idea del trabajo al que se postulan».

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Jaime Fernández, Asociación de Hostelería: «La falta de formación es un problema histórico y tener un empleado sin preparación puede perjudicar el negocio»

Según señala Fernández, al no encontrarse los establecimientos con posibilidad de desarrollar su actividad al 100%, todavía hay un número significativo de trabajadores sometidos a expedientes de regulación temporal de empleo. De hecho, los registros de la Seguridad Social muestran que el pasado 30 de junio seguían en ERTE en la provincia de Valladolid 4.000 personas, de las que en torno al 30% pertenecen al apartado de 'servicios de comidas y bebidas'. Es decir, unos 1.200 profesionales del sector siguen detenidos por las restricciones de la covid-19.

«Es uno de los problemas más graves y también podríamos decir que histórico del sector. Ya en mi anterior etapa en la asociación traté de abordarlo porque hay momentos en que es algo grave. Buscamos profesionales con experiencia y nos encontramos con la ausencia de trabajadores cualificados», señala Jaime Fernández.

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Las estadísticas, en este caso del Servicio Público de Empleo (SEPE) del mes de mayo revelan que había en Valladolid 1.851 inscritos como demandantes de empleo en hostelería. El 40% eran menores de 35 años y el 60%, mayores de esa edad.

Javier Fernández, Hotel Enara: «Ha habido una demanda inicial muy fuerte tras las restricciones y los mejores candidatos ya están contratados»

«Una y otra vez nos topamos con esta carencia de una formación mínima entre la gente que pretende trabajar en la hostelería –continúa–. Hasta tal punto que una de las iniciativas que estamos pensando es la de promoverla nosotros mismos de alguna manera, quizá también mediante acuerdos con escuelas existentes como la de Alcazarén».

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Fernández asegura que no es extraño en el sector encontrarse con 'aspirantes' que llegan con una idea equivocada de lo que es trabajar en la hostelería:«Es algo muy duro y hay muchos abandonos, lo que acaba repercutiendo negativamente en los negocios».

Los salarios del sector

Coincide con él Javier Fernández, director del Hotel Enara, que estos días busca un camarero para el bar y restaurante. «Es un mal endémico del sector: no hay personal de sala con conocimiento de lo que supone la hostelería y, tan importante como esto o más, con gusto por el trabajo en un sector que puede ser muy exigente. Si no trabajas a gusto, el desempeño no es el mismo», opina.

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Esa «exigencia» que supone pasar quizás algunas horas con cierto relajo hasta que llegan los picos de actividad frenética, «echa para atrás a mucha gente». A la vez, «sigue habiendo trabajadores en ERTE y, ante la recuperación de los aforos, ha habido una demanda inicial muy fuerte, que empezó hace ya más de un mes, con lo que los mejores 'candidatos' ya están colocados». «Esto es como el fútbol, el primero que hace la oferta se lleva lo bueno», bromea.

Fernández busca un camarero para terraza que se sume ya mismo a los dos de la plantilla. Lo necesita hasta octubre como mínimo, si bien después, «si la covid lo permite y hay carga de trabajo, podría continuar». Ha recurrido al SEPE y ha puesto anuncios en prensa pero solo recibe currículums sin experiencia.

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Cuando se le pregunta qué parte de responsabilidad pueden tener en esta falta de mano de obra cualificada los salarios del sector, Javier Fernández explica cómo ellos se atienen «estrictamente al convenio, que establece un sueldo de mileurista». «En nuestro caso, al ser hotel, tenemos muy definidas las condiciones del contrato, que se cumplen puntualmente. En esto somos escrupulosos y quizá en los bares resulte más frecuente ir cambiando los horarios en función de los días, lo que termina por echar para atrás a los buenos profesionales».

Ana Barbero, Adecco: «Muchos demandantes se han pasado a otros trabajos y estamos notando un repunte de contratos más estables»

En este sentido, el nuevo presidente de los hosteleros vallisoletanos, Jaime Fernández ya ha manifestado su deseo de resolver el problema de la judicialización del convenio colectivo a cuenta del discrepancias en la subida salarial y retomar las negociaciones con los sindicatos para reconducir el diálogo.

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De temporales a indefinidos

Como intermediarios esenciales en la contratación dentro del sector, las agencias de colocación y trabajo temporal también están notando este desequilibrio entre la oferta y la demanda. «Los progresivos levantamientos de las restricciones han disparado las necesidades de personal de los establecimientos, que en un lapso breve han pasado de ser los más afectados por las consecuencias de la pandemia y de estar incluso cerrados en gran medida, a experimentar un pico de negocio». Según explica Ana Barbero, directora de Servicio de Adecco en Castilla y León, las empresas de recursos humanos se encuentran con «dificultades para dar con los perfiles adecuados» después de que muchas personas que antes eran demandantes de empleo en el sector, «se han reconvertido a otras ocupaciones» tras ver que la covid se cebaba con la actividad.

Quizá por influencia de esta circunstancia, Barbero señala que este momento es idóneo para acceder a un empleo estable a través de un contrato temporal. «Estamos notando que existe un repunte considerable en el número de personas que obtienen una incorporación definitiva por parte de los contratadores que primero les ofrecen un trabajo de temporada», comenta la responsable de Adecco, para quien esta «tendencia creciente a la existencia de posiciones más estables apunta a que nos encontramos ante una recuperación sostenible en el tiempo».

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