A punto de alcanzar el millar de operaciones, el robot Da Vinci se implantó en junio de 2018 en el Río Hortega. Revolucionó la cirugía en un hospital que ya había apostado por la innovación y las técnicas mínimamente invasivas con la laparoscopia; pero ... esto es un paso más, toda una revolución.
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El cirujano opera sentado en una consola, con una visión diez veces ampliada y en tres dimensiones, desde donde maneja virtualmente unas pinzas y a distancia del paciente sobre el que los brazos de esta alta tecnología intervienen con altísima precisión y seguridad. No es inteligencia artificial, no está programado, no toma decisiones ni las impide o advierte riesgos, todavía, pero esto no ha hecho más que empezar. La mitad de esas mil intervenciones son de Cirugía General y Digestivo, el resto se reparte entre Ginecología y Urología, fundamentalmente.
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Un alto rendimiento, respaldado también por los resultados, que avala la demanda del servicio de Cirugía General y Digestivo del Río Hortega. Así lo defienden el jefe del servicio, David Pacheco, y el de la Unidad Esofagogástrica y Pared Abdominal del complejo asistencial, Miguel Toledano. «Con un robot solo no tenemos suficiente para intervenir todos los casos susceptibles de beneficiarse de esta tecnología. El Río Hortega es pionero en España y muy pocos hospitales realizan con robot la pared abdominal u operan el cáncer colorrectal... se emplea en hígado, páncreas. El hospital es un referente nacional y hay que seguir avanzando», explica Pacheco. Indica asimismo que «nosotros estamos abriendo camino, de los pocos grupos que realizan así en España toda la cirugía pancreática, cabeza y cola». Añade Toledano que, «en realidad, es un paso más tras la laparoscopia, es laparoscopia asistida por un robot en realidad, una forma de intervenir mínimamente invasiva. Una vez que lo dominas facilita mucho la intervención y para el paciente supone menos dolor y mejor recuperación. Es como meter las manos dentro del abdomen, – «solo que no tienes tacto ni contacto», añade Pacheco–, con una cámara que te amplía diez veces la visión, tridimensional y puedes navegar por el abdomen. Incluso puedes rotar y en vez de coser la pared mirando hacia arriba, inviertes la imagen y suturas lo que está arriba como si estuviera abajo. Es impresionante realmente».
Miguel Toledano
Jefe de la sección de Esofagogástrica y Pared Abdominal
«Nuestro principal objetivo es crecer en calidad y, si para ello hace falta otro Da Vinci, lo pedimos, como hemos hecho ya y justificado con un informe detallado de resultados. Hay que avanzar cada día, estudiar continuamente», destaca Pacheco.
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Ambos explican que es un sistema tan intuitivo que «engañas al cerebro, tus manos son pinzas para él. Y todavía no, pero en el futuro el propio robot te indicará que tal paso es arriesgado, o que cuidado que cortas una vena o, con el BigData, aprenderá no solo de tus operaciones sino de la experiencia de miles de especialistas. El potencial es enorme. Ya, de momento, se graba y puedes revisar. También podrás operar virtualmente días antes de hacer la intervención real en el cuerpo real del paciente».
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La formación, precisa el doctor Pacheco «es muy completa y definida. Comienzas con un curso 'on line', te examinas, luego vas a centros especializados con simulador, entrenas, comienzas a ver cirugías fuera de tu hospital y cuando empiezas a intervenir lo haces tutorizado. Es muy garantista. Esto es parte del éxito de la robótica que quizás lo fue menos con la laparoscopia».
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«El paciente se recupera antes, vuelve más pronto a su vida normal con estas técnicas mínimamente invasivas, hay mayor seguridad para él y para el profesional –apuntan ambos–. Lo único es que gastas algo más de tiempo de quirófano, abaratas en estancias, fármacos, medios postoperatorios pero ocupas más tiempo».
David Pacheco
Jefe de Servicio de Cirugía General y Digestivo
Y este es uno de los problemas que arrastra el Río Hortega, desde el principio, desde que el hospital se levantó en Delicias. El complejo asistencial tiene muy pocos quirófanos comparado con cualquier hospital de su nivel, el Clínico, el de Burgos o el de Salamanca. Solo hay 16 frente a los 23 o 25 de otros centros y esto nos crea muchos problemas porque es muy limitante. Además nosotros tenemos cirugías muy complejas y largas, trasplantes, bariátrica para obesos... el cáncer colorrectal bajo la dirección de Vicente Simó. Somos 26 cirujanos, nueve trabajan con el robot. Y hay que organizar el uso del Da Vinci para nosotros que además somos tres secciones, en coordinación con Urología, Maxilofacial, Urología, Otorrinolaingología... un encaje del que se encarga la doctora Pilar Pinto», destaca Pacheco.
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El equipo también ha desarrollado un programa para reducir listas de espera tras la acumulación de la pandemia que «ha funcionado muy bien y sin el sistema de 'peonadas' que se pagan sino con el horario de mañana y tarde organizado: dejamos las intervenciones quirúrgicas complejas para las mañanas como las oncológicas y el resto en horario de tarde. A Sacyl le sale barato y las cifras son muy buenas en demoras sin mermar la calidad y hacemos casi un 30% de las intervenciones en Cirugía Mayor Ambulatoria», destacan.
La cirugía abierta todavía no ha desaparecido. «Hay pacientes y circunstancias clínicas, algunas intervenciones que requieren métodos más tradicionales. Hay que hacer bien las indicaciones, estudiar al paciente, seguir las guías y protocolos de la práctica médica. En ocasiones es mejor abrir, todavía en muchas patologías. La cirugía pancreática abierta es todavía en los hospitales lo más habitual», puntualiza Pacheco.
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En cuanto a los trasplantes hepáticos, la pandemia redujo este tipo de intervenciones porque además bajó también al donación de órganos; pero «ahora estamos recuperando la actividad», destaca Pacheco. El Río Hortega bajó de los 40 injertos en 2018 o los 35 en 2019 a solo 27 en 2020 y 24 el año pasado. En los dos primeros trimestres de este año ya ha sumado 18.
Valladolid acogerá la XXV Reunión Nacional de Cirugía de la Asociación Española de Cirujanos que se celebrará en el año 2025. La elección se realizó mediante la votación exclusiva de los socios, durante la celebración del 34º Congreso Nacional de Cirugía de Madrid.
La candidatura de Valladolid fue presentada por los doctores Miguel Toledano Trincado, jefe de sección de Cirugía General del Hospital Río Hortega y David Pacheco Sánchez, jefe de servicio de l mismo. Defendieron la capital Valladolid como una ciudad adecuada para albergar este encuentro, entre otros motivos, por disponer de una gran infraestructura, alojamiento y transporte y una rica gastronomía.
Además, Valladolid cuenta con el Palacio de Congresos de Miguel Delibes, «un espacio concebido para el intercambio de conocimiento y preparado para responder a todas las necesidades de los congresos». Por último, ambos recuerdan que, en los últimos cuatro años, Valladolid ha tenido una amplia experiencia en organización de eventos médicos como 'workshops', talleres de sutura o cirugía mínimamente invasiva.
La otra ciudad que se había presentado para acoger este congreso fue Murcia, según informa la sociedad científica de cirugía, la AEC que cuenta actualmente cuenta con más de 5.000 socios y colabora con otras sociedades y entidades científicas, participando activamente en órganos como la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), European Union of Medical Specialists (UEMS) y la Comisión Nacional de la Especialidad.
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