Homenaje a los fallecidos en un Lunes de Pentecostés marcado por la covid en Valladolid

En el interior del templo no quedaba un sitio libre y fuera eran alrededor de 50 los que esperaban a que finalizara la misa para poder entrar y ver a la Virgen y a San José. Ambrosio Tordable, jubilado de 70 años y feligrés «de toda la vida» se encontraba en el exterior del templo. «Llevo desde los 18 años viniendo todos los años, incluso a la misa a las seis de la mañana. Normalmente veníamos a pasar el día aquí, pero este año es diferente porque ha fallecido el amigo con el que venía siempre. Estoy aquí en homenaje a él pero me iré a casa dentro de poco», señalaba.

Con la misa a punto de concluir, llegaba a la iglesia José Luis Ramirez, también jubilado y con la medalla de cofradía en su cuello. «Es una tradición de familia venir y llevo haciéndolo ni sé los años, pero este no me voy a quedar a comer», asegura. Él, junto a otros devotos, ha sido el encargado de llevar a la Virgen en andas durante varios años y agradece que «este año sea algo mejor que el anterior, aunque hay esperanza en que el próximo ya se vuelva a la normalidad y se pueda cumplir con la tradición de la romería».

Las campanas han repicado durante diez minutos y a las 12:00 horas ha comenzado una nueva eucaristía. En la sacristía, Teresa González, presidenta de la Cofradía de la Antigua Devoción de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros, ha comentado lo «complicado de este año, porque no se ha podido hacer la romería como tradicionalmente, pero hemos hecho una composición de imágenes para que los devotos las veneren en el altar». Con menos gente que otros años, González ha asegurado que «la romería tira mucho porque es una tradición en la que la explanada estaba repleta de gente que venía a la procesión y a pasar el día cerca de la Virgen». El secretario de la cofradía, Jorge Ramírez, ha asegurado que «los sentimientos son enfrentados por encontrarse con la Virgen del Carmen pero no poder cumplir rigurosamente con la tradición». Durante la celebración de la misa en la que ha estado presente, ha constatado como «a muchos fieles les resbalaban las lágrimas por debajo de la mascarilla; puede que piensen en los que ya no están por esta pandemia y que hayan venido a modo de homenaje a ellos». Este joven cofrade será uno de los que disfruten de la comida en la explanada.

Ya en la campa y sentados en una de las mesas de madera disponibles se encontraba el grupo de Andrés Vázquez y José Luis García, quienes aseguraban estar allí «en memoria y homenaje» a su compañero fallecido este año y con el que siempre compartían el Lunes de Pentecostés. «Llevo desde niño viniendo, incluso cuando teníamos que comer casi en Santovenia por la cantidad de gente que había. Antes había carros y éramos muchísimos los que estábamos, pero ahora con la pandemia la gente tiene miedo y no viene». A su lado, José Luis García aseguraba que, «al menos, es mejor que el año pasado», cuando fueron los únicos en la campa. «Este año hemos venido por nuestro amigo que se ha ido y no puede estar con nosotros», concluye.