Lo habían anunciado desde hacía algo más de una semana a través de las redes sociales de la asociación vecinal. Y las calles del barrio San Andrés lucían varios carteles anunciando la fiesta inaugural del Kiosko Atelier, o lo que es lo mismo, el histórico ... templete de la plaza del Caño Argales. La expectación entre el vecindario era absoluta, tras varios meses de vaivenes con el Ayuntaminto para determinar los usos del remodelado espacio, y así se ha hecho notar durante la mañana de este sábado. El flujo de personas que se han ido acercando a las inmediaciones de la remodelada plaza para ver con sus propios ojos la apertura del habitáculo ha sido constante.
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«Aunque por el tamaño está muy limitado, si que nos gustaría que le diera más vidilla a la plaza», comenta María José, 50 años, que vive en las proximidades y se ha acercado a disfrutar junto a su pequeña Gloria, de cuatro, de las actividades programadas para la inauguración. Entre ellas una suelta de libros, cortesía de la Biblioteca Libre Entre Líneas, un taller de manualidaes textiles y un concierto a cargo del grupo Vagabund3a.
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A la expectación de algunos se ha sumado la curiosidad de otros, que desconocían el motivo de tantas personas, para lo que suele ser habitual, congregadas en la plaza, y que celebran la apertura. «Pues claro, ¿para qué lo quieren vacío?», se pregunta una señora que se acerca queriendo averiguar «qué fiesta se celebra allí».
Fiel al carácter vecinal y colaborativo de la iniciativa, han sido dos vecinos ligados al mundo de las artes gráficas, Manuel Díez y Adrián Correa, los encargados de pintar un mural con el nombre del recinto, con la inestimable ayuda de algún pequeño colaborador. «Se trata de reivindicar la apertura y mantener entretenida a la gente, sino el barrio de muere poco a poco», explica Correa, grafitero para la ocasión y diseñador gráfico.
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Carolina Amo
A pesar del ambiente lúdico, la inauguración, de caracter «reivindicativo», ha tenido un sabor agridulde para los responsables de la Asociación Vecinal Caño Argales. «Es la primera vez que lo abrimos y no sabemos si será la única», explica Teresa García, su presidenta, que lamenta que tendrán que entregar el lunes las llaves de nuevo al Ayuntamiento.
«La idea inicial era que se pudiera usar para temas artíticos, como exposiciones de fotografía o teatro. La gente lo quiere», explica García, que no ve viable bajo esta formula algunos de los planes que tienen para el espacio. Para poder exponer las manualidades de los talleres celebrados en su entorno, intercambiar libros o exponer fotografías, es necesario que las persianas permanezcan subidas y un convenio más flexible.
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