Henar Zamora. El Norte

Henar Zamora, la docente que enseñó griego desde cero durante décadas en la UVA

La comunidad universitaria llora la muerte a los 62 años de esta «grandísima» profesora de Filología Griega, muy querida y respetada y «un ser humano excepcional»

E. Esteban

Valladolid

Jueves, 14 de diciembre 2023, 13:23

Hacía tiempo que la enfermedad había alejado a María del Henar Zamora Salamanca de las aulas, pero en los pasillos de la Universidad de Valladolid, los mismos que recorrió durante casi cuarenta años, jamás se olvidaron de su sonrisa «constante» y su extrema generosidad. Porque ... esta profesora de Filología Griega, que falleció el pasado 12 de diciembre a los 62 años, deja una profunda huella tanto en profesores como en los numerosos alumnos a los que curtió en el idioma, desde cero, durante tantos cursos.

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La noticia cayó como un «jarro de agua fría» en toda la comunidad universitaria, fundamentalmente entre sus compañeros de Filosofía y Letras. Era Henar un «ser humano excepcional», una persona muy querida y respetada en la UVA. «Tenemos una pena terrible. Normalmente se dice eso de una persona que ha desaparecido, pero es que es verdad; era excepcional en todos los aspectos», afirma la vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Cristina de la Rosa, quien destaca que además de compartir promoción y trayectoria laboral con Henar eran «buenas amigas».

Pero si había algo que caracterizaba a Henar Zamora sobre todas las cosas era su «vocación docente extraordinaria». No pasaba desapercibida por el Departamento de Filología Clásica su entrega total por cada asunto que abordaba, cada clase que preparaba. Le encantaba recorrer la facultad. Se volcaba con cada estudiante, cada temario. Era, en definitiva, una «grandísima» docente.

De hecho, cuenta De la Rosa que «en cuanto su salud se lo permitía, volvía a las aulas». «Siempre elegía las asignaturas de formación de los alumnos de Clásicas en los primeros años. Tenía la labor de enseñarles los elementos más importantes del griego, sobre todo en un momento en el que los alumnos no tienen muy buena formación del idioma porque en sus institutos no existe esa materia», explica. Precisamente gracias a su elección los estudiantes podían seguir cursando el grado «sin problema». «Se encargada de la asignatura Griego Cero, formaba a aquellos que venían sin una formación grande», insiste esta docente.

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«Volcada» en su familia

No entendía Henar la vida de otro modo que no fuera desde la bondad y la dedicación más absoluta. Dentro de las aulas, pero sobre todo fuera de ellas. Su familia era su debilidad. Era una mujer «volcada» con sus cuatro hijos, su marido y sus dos nietos. «Era una madre amantísima de sus hijos, disfrutaba de sus nietos, era maravillosa», añade De la Rosa, que conoció a Henar durante la carrera universitaria. Ambas formaron parte de la primera promoción de Clásicas de la Universidad de Valladolid (se graduaron en 1984) y desde entonces no se separaron.

Cuando se licenció, «directamente se quedó en el departamento». «Encontramos trabajo allí y ella se quedó en Griego y yo en Latín. Así se fraguó nuestra amistad, primero como compañeras de carrera y luego en el trabajo», asevera la vicerrectora de Estudiantes. Tenía un puesto laboral, un futuro próximo garantizado, pero no se conformó. Continuó formándose y comenzó a investigar. «Empezó trabajando en dialectología griega; su tesis doctoral fue sobre un dialecto dórico de un lugar llamado Cos. Hizo muchos trabajos sobre ello, y después se fue centrando en aspectos religiosos del mundo griego», subraya, al tiempo matiza que, a todo ello, cabe añadir que inició una «nueva vía de investigación que fue la Filosofía griega».

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Desarrolló a lo largo de su vida «una labor preciosa, hablando de textos filosóficos y ayudando a los estudiantes a entenderlo». Descanse en paz.

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