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La localización de un segundo muro en el extremo opuesto de la excavación arqueológica que se está llevando a cabo en la calle Constitución, situado a nueve o diez metros del hallado la semana pasada, invita al optimismo sobre el resultado inicial de la investigación que pretende rescatar del subsuelo la primigenia sala capitular del desaparecido Convento de San Francisco (siglo XIII), que fue reconvertida después en capilla, donde reposan los restos del penúltimo rey irlandés, Hugh O'Donnell, el 'Rojo', quien murió el 10 de septiembre de 1602 en Simancas y que fue enterrado con honores en esta estancia funeraria.
«Hemos encontrado un segundo muro, presumiblemente de cierre, que podría ser, y lo digo con reservas, pero con mucha confianza, el otro extremo del perímetro de la capilla de Las Maravillas (denominación que adquirió en el siglo XVII al levantarse en ella un altar en honor a la Virgen de Las Maravillas)», aseguró el lunes la arqueóloga del Instituto de Historia Simancas (UVA), Olatz Villanueva. Esto ocurrió a primera hora de la tarde, cuando el responsable de la excavación, el también arqueólogo Jesús Misiego (de la empresa Strato), centraba sus esfuerzos junto a los operarios municipales en descubrir precisamente este segundo muro localizado a una distancia del que ya hallaron la semana que «invita al optimismo».
La búsqueda del héroe irlandés Hugh O'Donnell (1572-1602) ha generado una gran expectación en el país natal de este rey que combatió a los ingleses y que recaló en Valladolid, donde murió, cuando solicitaba más tropas al rey Felipe III después de la sonada derrota de un ejército irlandés y castellano contra las tropas inglesas un año antes. Los medios irlandeses recogen el testimonio de historiadores que apuntan a que los restos del monarca serían fácilmente identificables debido a que, al parecer, perdió los dedos de los pies por congelación durante su huida después de estar encarcelado en Dublín en 1591, según recoge el rotativo irlandés Donegal Daily.
Los planos del convento, que fue demolido a mediados del siglo XIX, apuntan a que la citada capilla tendría una dimensiones de ochenta metros cuadrados en una planta cuadrangular de nueve metros por cada lado, es decir, la distancia aproximada que separa los muros de cimentación y los sillares localizados en los primeros días de excavación (comenzó el lunes de la semana pasada) de los encontrados ahora, justo a esos nueve o diez metros, bajo el escaparate de la tienda de moda Alba Conde, situada junto al portal del número 8 de Constitución.
«Hay que descubrir bien esta esquina y situarla en su contexto, pero todo apunta a que bien podría ser el muro de cierre de la capilla», insiste la arqueóloga. Los muros localizados en los extremos de la zanja abierta al inicio de la calle Constitución, en el tramo entre Duque de la Victoria y Menéndez Pelayo, se encuentran a unos dos metros de profundidad y la capilla, que los historiadores sitúan justo en este punto, podría adentrarse hacia las edificaciones colindantes en los números 8 y 10 de esta vía. «Hay cierto espacio para poder localizar, al menos, buena parte de esta capilla y quizás los restos de Hugh O'Odonnell, aunque también es cierto que hemos comprobado que una parte se habría perdido por unos cimientos de hormigón existentes», lamenta.
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