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Una escolta oficial ha acompañado este miércoles los restos mortales del agente de la Guardia Civil Pablo Escudero, de 50 años, en su recorrido desde ... el tanatorio de Las Contiendas hasta la iglesia de la Vera Cruz, donde una treintena de compañeros en formación han recibido al cortejo fúnebre con honores para despedir a un «guardia muy querido» que inició su trayectoria profesional hace un cuarto de siglo en el puesto de Boecillo para recalar después en la Comandancia de Valladolid.
El guardia civil, que deja pareja y dos hijas, perdió la vida al día siguiente de colisionar con su turismo particular contra un pilar de la rotonda de la carretera de Puente Duero cuando se dirigía en la madrugada del domingo a su domicilio en Viana de Cega, donde reside buena puerta de su familia. Agentes, policías nacionales -uno de sus hermanos es agente del 091-, abogados y amigos de la víctima han querido despedir a Pablo Escudero en el funeral celebrado en la iglesia situada al final de la calle Platerías.
«Es una pena, era un buen agente y una buena persona», ha lamentado el coronel, ahora en la reserva, Francisco Javier Galache, bajo cuyo mando fue trasladado hace veinte años al Núcleo de Servicios de la Comandancia, donde trabajaba en la actualidad. Antes, durante años, había estado destinado al traslado y custodia de presos en los Juzgados, donde también eran «conocido, querido y respetado», según han querido destacar los numerosos letrados que han acudido al funeral.
El pasillo de honor que ha recibido los restos mortales del guardia civil ha estado presidido por el teniente coronel Javier Peña, máximo responsable ahora de la Benemérita a raíz del reciente paso a la reserva del coronel Juan Miguel Recio, quien ha ordenado la posición de firmes a los agentes al paso de la comitiva. Su tricornio, portado por un allegado, ha seguido al féretro en su entrada la iglesia.
El agente Pablo Escudero, de 50 años, prestó su último servicio el lunes, cuando se cumplió su deseo de que sus órganos fueran donados para salvar vidas. Sus restos mortales han sido incinerados al término del funeral.
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El guardia civil recibió dos condecoraciones (2015 y 2016) y en los últimos años había sido el portador de la corona de laurel que depositan los agentes en la celebración del día de El Pilar en honor a los guardias fallecidos.
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