La psicóloga Inés González Carballo (círculo) proporciona algunas pautas sobre cómo abordar la EBAU. José C Castillo
EBAU 2024

Grabar el temario o visualizar la situación, algunas técnicas para afrontar la EBAU

La psicóloga Inés González comparte algunos consejos para tener en cuenta tanto en la preparación durante los días previos como en el momento del examen

Ignacio Repilado

Valladolid

Jueves, 30 de mayo 2024, 06:53

A estas alturas del curso es posible que la palabra EBAU ya haya sido repetida hasta la saciedad tanto en las aulas como en los hogares. Y puede que no sea para menos, ya que la prueba de acceso a la universidad es uno de los grandes retos académicos a los que los estudiantes de Bachillerato deberán hacer frente.

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Preparar la EBAU puede llegar a generar una gran presión en los alumnos. Sin embargo, con una planificación adecuada, técnicas de estudio eficaces y la actitud correcta, es posible reducir el estrés y aumentar las probabilidades de obtener una buena calificación o, como mínimo, salir airosos de esta prueba.

La planificación, intercalar el estudio de asignaturas más exigentes con otras más sencillas o mantener tiempos libres, algunas de las recomendaciones

Inés González Carballo es doctora en Psicología clínica y licenciada en Medicina integrativa. Para todos aquellos estudiantes que en estos momentos se encuentren en la recta final de su preparación de la EBAU recomienda: «En primer lugar, ser realistas con el tiempo de estudio». «La planificación es muy importante y, cuanto antes y mejor se planifique, más realista será el alumno con el examen». De esta forma, se podrán evitar jornadas de estudio demasiado intensas, en las que se deje de lado el ocio y el deporte. «Es cierto que cuando se está preparando esta prueba hay que dedicar más tiempo de estudio y es una etapa académicamente más intensa que años anteriores». «Sin embargo, planificando con antelación se puede ser más realista con el tiempo de trabajo, lo que permite gestionarlo de forma más adecuada».

Y es que a pesar de que en este periodo el estudiante busca el máximo rendimiento, es muy importante que haya ciertas pausas y descansos. «Cuando se estudia, el alumno debe descansar. Yo recomiendo pausas de cinco a 10 o incluso 15 minutos cada hora u hora y media, dependiendo de la intensidad de la materia que se esté preparando y del momento de cansancio o agotamiento en el que se encuentre la persona», afirma la médico especialista.

Sin embargo, el estudiante también debe cuidar el espacio que le rodea a la hora de preparar la prueba. «Se debe trabajar en una zona donde la persona se encuentre a gusto, pero sin distracciones. Con limpieza y silencio». «A algunos les puede funcionar mejor estudiar en la biblioteca, con amigos, solo… No hay nada escrito. La regla es que cada uno se sienta cómodo y se pueda concentrar bien», detalla Inés González. Además, en la actualidad el móvil se ha convertido en una fuente de distracciones, por lo que deberá dejarse «en silencio y con las notificaciones desactivadas».

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Por otro lado, es interesante tener en cuenta la importancia de intercalar asignaturas difíciles con otras menos exigentes, de forma que la carga mental no sea siempre la misma. «Si siempre preparamos asignaturas que requieren las mismas competencias, al final nuestra mente se satura», por lo que de esta forma se puede lograr un tiempo de estudio mejor aprovechado.

La planificación y la organización, junto a reglas mnemotécnicas, esquemas o grabaciones, son la clave

Inés González recuerda que los estudiantes que llegan a la EBAU son aquellos que, académicamente cuentan con una notable experiencia, «por lo que esta prueba realmente no les es desconocida». Sin embargo, existen ciertas técnicas que se pueden poner en práctica.

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En una prueba de este calibre, la planificación y la organización son fundamentales, ya que el temario a evaluar es muy amplio. «Si el estudiante no se organiza de forma correcta, se corre el riesgo de llevar determinadas asignaturas o temas perfectamente preparados, mientras que otros no se han tocado». No se trata de eso, ya que no puede quedar nada al azar. «Se debe llevar todo lo mejor posible aunque nada se prepare a la perfección. En este momento, la planificación nos va a ayudar a darnos una serie de días o de horas para cada asignatura». Y es que a esto también ayuda conocer cómo va a ser el examen de cada materia, ya que el método de estudio no es el mismo para preparar un examen de tipo test que para otro de desarrollo o con preguntas cortas. Además, esto no tiene por qué coincidir con la forma de evaluar las materias durante el curso.

Escuchar el temario previamente grabado, una estrategia desconocida

De entre las técnicas de estudio existentes, los esquemas y las reglas mnemotécnicas pueden ser de gran ayuda. Sin embargo, también puede ayudar grabarse leyendo o explicando el temario y, posteriormente, escuchar el audio en otros momentos. «Parece que no, pero esta última estrategia puede tener un gran peso». De hecho, tal y como explica Carballo, escuchar el temario previamente grabado o simplemente leerlo varias veces puede llegar a ser más útil que horas y horas de memorización.

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También contribuye postivamente mantener la vida lo más normalizada posible en estos días, conservando, siempre y cuando se pueda, ciertas rutinas. «Mantener el tiempo de deporte o el dedicado a familia y amigos puede ayudar a motivar al estudiante antes de ponerse a trabajar», declara.

Estudiantes de la EBAU, en imagen de archivo. A Piña

¿Cómo organizar los apuntes de cara a la EBAU?

Según pasan los días y la fecha del «temido» examen se acerca, a menudo aparecen dudas entre los estudiantes con respecto a sus apuntes. Sin embargo, estos no se deben cambiar o rehacer a última hora, ya que puede provocar que el alumno encuentre una gran cantidad de esquemas muy variados, lo que puede ser contraproducente al provocar más agobio que ayuda.

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Para preparar los apuntes de cara al estudio de la prueba, lo primero que se debe hacer es organizar las anotaciones relevantes realizadas durante todo el curso. «Para ello, el estudiante deberá preguntarse, siendo realista, qué es lo que puede estudiar en el tiempo disponible, qué es lo más importante y qué sería deseable estudiar en caso de tener el suficiente tiempo». Además, «hay que tener en cuenta que existen ciertas asignaturas las cuales no demandan un estudio muy detallado, sino que es suficiente ir a lo fundamental». Prestar atención a aquellas preguntas sobre las que los profesores han insistido con mayor frecuencia es algo a tener muy en cuenta.

Inés González Carballo también recuerda que se debe ser fiel al temario a través de los propios apuntes que el estudiante ha ido elaborando desde el inicio del curso. «La numeración, el subrayado, las notas a pie de página o incluso los dibujos pueden ser de utilidad, ya que el estudio realmente es muy visual». «Cuando se usa este tipo de recursos, los apuntes son más atractivos, lo cual puede tener un impacto positivo en la retención y la memorización».

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Mantener un entorno de estudio y trabajo despejado también puede favorecer la concentración. A este respecto, González afirma que cuando uno estudia, es importante que solamente tenga en la mesa aquellos apuntes de la asignatura que se esté preparando en ese momento. «Tener una gran pila de apuntes puede provocar que el estudiante se desconcentre y agobie, por lo que es más adecuado centrarse en una sola asignatura».

El color en el estudio, elemento de gran utilidad

El subrayado forma parte fundamental del estudio. Y es que el color realmente desempeña un papel esencial. «Nosotros estudiamos de una forma muy visual, por lo que enfrentarse a unos apuntes con colorido o subrayado puede ayudar a memorizar». De esta forma, colores como el rojo, capaces de captar la atención del cerebro, adquieren un papel a tener muy en cuenta a la hora de preparar pruebas como la EBAU. «Las palabras en rojo y mayúsculas normalmente se retienen muy bien». Otros colores como el verde o el azul, que transmiten calma, pueden usarse para marcar párrafos o ideas generales en lugar de palabras concretas.

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Además, según la doctora en Psicología, asignar términos o conceptos a colores específicos y mantener esta estrategia en varios apuntes distintos puede ayudar a que el cerebro asocie un color concreto a una idea determinada. «Lo ideal es quedarse con unos tres colores; porque si se utilizan más, los apuntes pueden quedar sobrecargados. Aunque esto es algo bastante personal».

«Muchas veces uno siente que se está jugando la vida misma, pero la realidad no es tan dramática, independientemente del resultado».

Inés González Carballo

Psicóloga clínica

Sin embargo, el color no es el único factor que influye. «También hay que tener en cuenta la forma del subrayado, que puede ser lineal, vertical o implicando la totalidad de las palabras». Por tanto, «combinar estas señalizaciones permitirá jugar de tal forma que la mente del estudiante asocie una determinada idea o concepto con un color y tipo de subrayado», declara Inés. En definitiva, «el color puede ser de gran utilidad, ya que unos apuntes monótonos a menudo implican un estudio realmente tedioso», concluye.

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El dominio de los nervios, un ejercicio que se debe trabajar con antelación, pero que también se puede solucionar en el momento del examen

La fecha de la prueba se va acercando y, en algunos estudiantes, la desesperación y el nerviosismo va en aumento. Sin embargo, para lograr «dominar» los nervios puede bastar con que el estudiante se detenga y evalúe la importancia real del «problema». «Hay que trabajar mentalmente el control de los nervios de forma previa, por ejemplo mediante ejercicios de relajación o respiración y trabajando el control de las expectativas», afirma Inés González. «El alumno debe detenerse para pensar: ¿Qué espero yo de esa prueba? ¿Qué está esperando mi familia de mí con respecto a esa prueba?». «Muchas veces uno siente que se está jugando la vida misma, pero la realidad no es tan dramática como se vive en ese momento, independientemente del resultado», declara.

Sin embargo, al igual que en una maratón, el entrenamiento previo sobre el control de los nervios también puede ser de gran utilidad. Este podría llevarse a cabo de formas muy diversas, desde una alimentación adecuada hasta intentando mantener, en la medida de lo posible, hábitos de las rutinas diarias incluso en las épocas de estudio más intensivo. «La alimentación es realmente importante ya que de esta forma se pueden evitar picos de azúcar, lo que repercute de forma directa en el estado de ánimo». Por otro lado, «el privarse demasiado del tiempo de amigos o familia para dedicarse más de lleno al estudio puede ser en ocasiones contraproducente, al aumentar los nervios».

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Carballo, quien también recuerda la importancia del sueño, pone en valor el consumo de infusiones naturales como manzanilla o valeriana para mantener la calma. Eso sí, con cierta antelación para evitar imprevistos. Además, según se va acercando la fecha del examen, pequeños gestos pueden ayudar a despejar la mente: «Actividades relajantes como darse un baño de espuma pueden contribuir a que el estudiante se nutra de sentimientos agradables para mitigar el estrés», afirma Inés.

«Quedarse en blanco», una situación menos habitual de lo que se cree y que, por supuesto, tiene solución

De acuerdo con la psicóloga Irene Carballo, quedarse en blanco es una cuestión de perspectivas y anticipación que, aunque puede llegar a provocar ansiedad, «realmente las personas lo temen más de lo que sucede». «Cuando uno se queda en blanco se da el llamado 'bloqueo cognitivo'». «Esto puede deberse o bien porque se ha estudiado de una forma muy memorística o porque la activación del sistema simpático del organismo es tan alta que la persona no puede salir de ahí».

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Por ello, ante esta situación, lo aconsejable es pasar a la siguiente pregunta cuando el estudiante lleve dos o tres minutos sin avanzar. Si la respuesta sigue sin llegar, calma; existe otra solución. «Si llega un momento en el que el tiempo pasa y la respuesta no viene, puede ser útil intentar pensar en preguntas similares, de un temario parecido o conceptos que nos evoquen al de la pregunta en cuestión». De esta forma, si uno intenta recordar un contenido directamente relacionado, se le abrirá la puerta -mentalmente hablando- para acceder al «contenido bloqueado». Sin embargo, si de esta forma tampoco se logra responder a la pregunta, «es recomendable redactar la respuesta que nos resulte más similar». Esto puede añadir algunas décimas de puntuación en ciertos casos o incluso ayudar al estudiante a salir del bloqueo. «En estos momentos también es ideal llevar la mente a otro lugar de forma momentánea o realizar ejercicios de respiración y relajación», concluye la psicóloga González Carballo.

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