Desde Valladolid a Cuba para ser el que más sabe de biología en todo Iberoamérica

Su última parada le llevó hasta el Mediterráneo, donde participó junto con otros 59 alumnos de toda España, tres de los cuales eran de Valladolid. «Tuvimos varias jornadas. En la primera hicimos dos exámenes con 75 preguntas tipo test y el segundo día fueron cuatro problemas prácticos», explica. ¿El resultado? Pues en concreto no puede saberlo, porque no les dan una calificación exacta. Pero sí fue lo suficientemente alto como para conseguir una de las cuatro medallas de plata, lo cual ya aporta alguna pista de que bajo, seguro que no fue. Y claro, no todo es llegar y besar el santo. Detrás del logro existe una explicación, que aquí se traduce en una preparación. «Hicimos un curso preparatorio en Salamanca con muchos exámenes de biología para entrenar la materia. Tienes modelos y con ellos puedes practicar. Además, los profesores en clase también nos han recomendado algunos libros que nos pudieran ayudar», relata.

Álvarez tiene ahora por delante cinco meses para preparar el viaje a Cuba. No solo por la maleta, también por los conocimientos. «Sé que nos mandan un libro bastante grande con el temario. Eso será la base para preparar el examen, pero hasta que no me llegue no puedo saber qué puede entrar. Ya entonces veré, haré ejercicios y repasaré», asegura el joven. Además, antes del viaje, también tiene una semana de preparación en Valencia con diferentes profesores de la universidad. En la anterior edición se dieron cita en Madrid 48 olímpicos participantes y procedentes de 14 países.

Su historia en las Olimpiadas, que funcionan de forma clasificatoria -de la autonómica a la nacional y de allí a la Iberoamericana- empezó casi de casualidad. «Por probar suerte. Nos lo comentaron en el instituto, nos apuntamos varios compañeros y así comenzó todo». De hecho, también se planteó ir a una competición similar de química, pero al final se decantó por estas de biología. Y hasta ahora.

De su experiencia en Valencia destaca las pruebas prácticas, que se desarrollaron en cuatro áreas diferentes. Fisiología vegetal, microbiología, biotecnología y zoología y ecología. Precisamente es esta última la que más llamó su atención. «Con una lupa y una guía debíamos descubrir a qué taxón -grupo de seres vivos- pertenecía cada muestra, que eran invertebrados acuáticos», relata.

En el futuro más cercano, el joven ya tiene la EBAU en el horizonte. Y más allá, también tiene claro el siguiente paso. «Quiero estudiar Medicina. Por eso también me gusta todo lo relacionado con la biología, que es la base. Y si puedo, me gustaría estudiarlo en Valladolid», asegura Álvarez. A poco más de un mes de la cita, está sin presión aparente. Apenas le tiembla la voz cuando dice que necesita un 13 en la selectividad. Pero no solo la biología ocupa el tiempo libre de este joven vallisoletano. También tiene hueco para otros ámbitos, practica teatro en La Nave del Calderón y además encuentra sitio para el deporte. Se declara fan del pádel y también del patinaje freestyle. «Sobre todo el que es en línea, porque hay varias submodalidades. Por ejemplo con 20 conos como obstáculos», explica. Y tampoco se le da mal. Este fin de semana viajará hasta A Coruña para competir dentro de la Liga Nacional de Segunda División.

Por si no fuera poco -que no lo es- Diego Álvarez también consiguió el primer puesto en Valladolid en los Premios de Educación Secundaria. Y ahora, en septiembre espera convertirse en una de los jóvenes que más saben de Biología en Iberoamérica.