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Leandro Díaz, en su pescadería del mercado de Delicias. GABRIEL VILLAMIL
Coronavirus en Valladolid: «La gente tiene miedo, la mayor parte de mis clientes hacen la compra a través del Whatsapp»

«La gente tiene miedo, la mayor parte de mis clientes hacen la compra a través del Whatsapp»

Leandro Díaz acude todos los días de madrugada al mercado central para abastecer su pescadería, en el mercado de Delicias, y ha incrementado el reparto a domicilio

Víctor Vela

Valladolid

Sábado, 4 de abril 2020, 08:15

Más precaución, sí. Menos clientes frente al mostrador y más a través del teléfono, también. Pero la jornada de Leandro Díaz, pescadero en el puesto cuatro del mercado de Delicias, comienza, como antes de la crisis sanitaria, con un madrugón para acudir bien temprano a la lonja, a por género a los almacenes de Mercaolid, donde llega fresco el pescado que luego despachará en su negocio. «A las cinco y media de la mañana ya estoy allí».

–¿Y qué se encuentra, qué ambiente hay en el mercado central?

–Hay mucho más cuidado. En alimentación, las medidas de seguridad siempre han sido muy extremas, como es lógico. Ahora, se nota sobre todo porque hay más mascarillas entre la gente... y especialmente porque se guarda la distancia de seguridad. Pero el abastecimiento es el mismo, tanto en variedad, como en cantidad e, incluso, con un mejor precio. Hay productos que han bajado mucho.

–¿Por ejemplo?

–La merluza. La merluza cayó muchísimo de precio. Y se encuentra con facilidad en el mercado, como la dorada, el salmón... Sí que hay algo más de problema con la pesca de bajura: la anchoa, la sardina. De eso hay menos por la situación que viven los pescadores. Muchos dicen que no les compensa salir, que solo el hecho de arrancar la barca les genera más pérdidas de lo que luego pueden conseguir. Y sobre todo, porque cuentan que en el mar, en embarcaciones pequeñas como las suyas, no pueden mantener la distancia de seguridad que se exige ahora para evitar el contagio.

–¿Se ha notado en las ventas?

–Esta es una situación muy anómala. Hace tres semanas, cuando se anunció que iba a haber el estado de alarma, que no se podría salir de casa, la gente cargó. No solo con papel higiénico. También con comida. Tuvimos unos días que se vendía muy por encima de lo habitual, para luego congelarlo en casa. Pero claro, llega un momento en el que no se puede comprar más, no se puede almacenar más porque no se tiene sitio. Por eso, después de aquellos primeros días, hubo un bajón importante de afluencia al mercado.

–¿Y ahora?

–Tampoco hay mucha gente. Los clientes tienen miedo. Prefieren no salir de casa. Y más en los barrios que están un poco más envejecidos, como es el caso de Delicias. La solución, para muchos, es hacer los pedidos por teléfono, que se lo tengas ya preparado y luego venirlo a recoger. Y en mi caso, la mayoría es para reparto a domicilio. Cuando cierro a las 15:00 horas, comienzo a llevar la compra a la casa de mis clientes. Tampoco es algo nuevo. Lo vengo haciendo desde hace años. Abrí un Whatsapp para que la gente comprara. Pero ahora esto funciona muchísimo más.

–¿Y luego el reparto...?

–Con mucha precaución. Lo normal es que no subamos a las casas. Cojo un pañuelo, un papel de usar y tirar, para llamar al telefonillo, avisar de que ya está la compra, y entonces la bajan a buscar. Si hay que subir, evito el ascensor. Y a la hora de pagar, si es posible, con la aplicación del teléfono o con tarjeta. Así se evita el contacto. Es algo que se ha notado mucho, también. Muy poca gente paga en efectivo. Se tiene miedo a tocar monedas, billetes. Mucho mejor con la tarjeta. Ahora se ha ampliado a 50 euros el límite para pagar sin contacto, sin tener que meter la contraseña, pero nosotros en la pescadería ofrecemos guantes de usar y tirar a los clientes por si tienen que teclear el número. Pero luego, ten en cuenta que negocios como este siempre hemos cuidado mucho la desinfección, la limpieza.

–¿Cómo se vive la situación en un mercado tradicional?

–Es extraño, porque hemos notado un cambio de tendencia. La gente viene menos al mercado de barrio y prefiere hacer largas colas en el súper. El otro día, vi al alcalde por la tele y me dolió que dijera que no se preocupara la gente, que los supermercados estaban abastecidos... pero no tuvo un recuerdo para los mercados municipales, que trabajamos desde hace años por nuestros barrios. Quizá el Ayuntamiento tendría que apoyar más a sus propios mercados.

–¿Cómo se vive la situación en el de Delicias?

–Por desgracia, durante la mañana nos vemos con más tiempo libre. Eso ha supuesto que hablemos más entre nosotros, que el buen ambiente que ya teníamos se haya fortalecido. Hemos grabado además un vídeo, entre todos, con la canción de 'Resistiré', para mostrar a la ciudad y al barrio que seguimos aquí, al pie del cañón. «Aquí estamos, ofreciéndoles nuestros servicios siempre con una sonrisa. Entre todos, podremos con ello», decimos en el vídeo.

–¿Siguen todos los puestos abiertos?

–Estamos quince de forma continua. Hay cuatro que han cerrado de manera temporal, por motivos personales, de cuidados en casa. Y luego, porque hay sectores que se han visto más afectados. Yo no trabajo mucho con la hostelería, pero el cierre de los bares y restaurantes también ha influido, porque para muchas tiendas es una importante fuente de ingresos. Y con la hostelería parada, se nota. Es lo que está ocurriendo con el lechazo. O con el bacalao, que ahora vivía un momento muy importante de cara a la Semana Santa.

–Porque el momento...

–Es extraño, muy anormal, muy poco corriente. Y te obliga a vivir un poco al día. Es muy difícil calcular cuánto género tienes que coger en el mercado (y a los distribuidores les pasa lo mismo). Esto cambia al minuto. Hoy tienes pocos clientes, pero a lo mejor mañana necesitan abastecerse, congelar para varios días, y no sabes muy bien cuánto tener en el mostrador. Es una situación complicada, pero hay que transmitir tranquilidad, porque la variedad y calidad del pescado está garantizada.

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