Benito Aguado, vecino y presidente de la comunidad del Duque de Lerma. Rodrigo Jiménez
Valladolid

«La gente se daba codazos para venir a vivir en el Duque de Lerma»

Benito Aguado es el presidente de la comunidad de vecinos del edificio más alto de la ciudad y uno de sus primeros propietarios, vive allí desde febrero del año 2000

Sergio García

Valladolid

Domingo, 10 de diciembre 2023, 00:04

Conoce a todos los propietarios. Todos a él también. Benito Aguado es el presidente de la comunidad de vecinos del Duque de Lerma desde hace seis años. Fue uno de los primeros inquilinos que entró a vivir en el edificio, este febrero hará 24 años ... que abrió por primera vez la puerta de su vivienda, que se ubica en la octava planta. Es decir, reside allí tan solo tres meses después de la inauguración. Desde allí tiene una vista privilegiada de toda la ciudad. Todo el recorrido del Pisuerga, también alcanza a ver el centro de la ciudad y, cuando llega la hora dorada, puede sentarse a observar el atardecer desde el salón de su casa. «Mis conocidos siempre me dicen que vaya chulada vivir aquí. Yo les digo que lo mejor son las vistas», comenta.

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No solo por eso, porque también hay que vivir allí. El edificio ahora está completo, pero no siempre fue así. «Cuando entramos a vivir éramos apenas ocho propietarios para 120 viviendas. Se vendieron en seguida, la gente se daba codazos por venir», asegura. De la decisión no se arrepiente Aguado, quien antes vivía en el entorno de la plaza de San Juan. «Fue raro al principio, pero uno se acostumbra y ahora no podría estar más a gusto», añade. La vida dentro es como la de cualquier otro edificio residencial de Valladolid, incluso más relajada si cabe. Algo a destacar si se tiene en cuenta que dentro conviven otras 250 personas. «Es un edificio muy tranquilo, apenas hay ruido. Muy individual y aunque no lo parezca, es difícil encontrarse con algún vecino. A pesar de todo, la convivencia es muy buena entre todos, también con los negocios que se encuentran aquí», destaca.

Durante los últimos años, los primeros propietarios se han ido del bloque y ahora hay más personas que viven de alquiler en el Duque de Lerma. «Los vecinos vienen y van. En un edificio tan grande cambia mucho la gente que vive dentro. A algunos inquilinos ni llegas a conocerlos, porque no se quedan por mucho tiempo», explica. Y el Duque de Lerma todavía llama la atención para los compradores. «Es raro que haya alguna vivienda que se quede vacía, pero cuando sucede apenas dura unos días hasta que se vuelve a ocupar. Cuando se abrió el edificio, las casas se vendieron en una semana», asegura Aguado.

Él es el tercer presidente de la comunidad del bloque, un cargo para el que asegura que lo más importante es buscar lo mejor para el edificio. «Me gusta vivir aquí. Te sientes un privilegiado por estar en un sitio emblemático y siempre te preocupas por el beneficio del Duque de Lerma, que ya sentimos como algo nuestro», finaliza.

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