Valladolid

Llegar a fin de mes gracias a las cofradías

Y es que el origen de las hermandades penitenciales radicaba en la asistencia y el auxilio como primordial entre los hermanos y también entre los conciudadanos amén del amparo espiritual. Pues este articulado de su regla parece recobrar más actualidad si cabe porque están empezando a registrar un aumento de peticiones de ayuda. No en demasía, pero sí destacable en los últimos tiempos lo que les invita a recordar la otra crisis económica de hace justamente una década, cuyas peticiones de ayuda comenzaron de manera tímida pero en poco tiempo se acrecentaron repentinamente.

Las campañas solidarias se multiplican en estos días desde organismos civiles, religiosos y desde oenegés destacando las cuestaciones para adquirir alimentos básicos, la donación de juguetes o incluso material de higiene y de cuidado infantil. La fraternidad con el otro también es una constante en los presupuestos de las cofradías vallisoletanas durante todo el año, aunque es verdad que fechas como las navidades los corazones parecen reblandecerse más y, por tanto, las colaboraciones de voluntarios y las aportaciones de anónimos también aumentan a través de las conocidas como bolsa de caridad aunque las cofradías insisten: «Las necesidades y dificultades surgen durante todo el año no sólo en diciembre».

Según las peticiones que reciben, los tiempos parecen recrudecerse por momentos para muchas familias. Según los indicadores nacionales, provincial o local, pero también según lo advertido en el día a día cuando también llaman a las puertas de las cofradías, muchas personas más allá de pedir alimentos, que también, solicitan ayuda económica para pagar recibos de gastos corrientes que no pueden afrontar. Facturas de agua, electricidad, gas e incluso alguna mensualidad de alquiler o cuota hipotecaria son algunos de los pagos que en los últimos años han afrontado, por ejemplo, las cuentas de la Cofradía de la Orden Franciscana Seglar-La Santa Cruz Desnuda, tal y como revela su máximo responsable, su hermano ministro, Miguel Santos Romón, quien reconoce tener en la actualidad una especie de 'déjà vu' «porque empezamos a vivir situaciones pasadas».

Con la crisis de 2008, los años más duros para muchas economías familiares fueron los comienzos de la década de 2010, hasta el punto de que la cofradía franciscana soportó «muchos gastos extraordinarios de familias o personas inesperadas que motivó apretarnos el cinturón en gastos más superfluos de cofradía y nos entregamos con las personas que nos pedían ayuda», explica Miguel Santos, al tiempo que cree que en la actualidad están empezando a divisar situaciones como en aquellos primeros tiempos.

Circunstancias que ya se han materializado con una multiplicación de la demanda de productos de alimentación básicos como leche o aceite pero también de pañales como confirman, por ejemplo, desde Fundación Red Madre o COF (Centro Orientación Familiar) de Cáritas, quienes hacen una insistente llamada a la solidaridad ante el crecimiento de casos de necesidad.

La discreción y que nadie se vea señalado por la buena voluntad de la hermandad motiva no poder precisar mucho más de las situaciones reales ni mucho menos poder hablar directamente con ellos, pero lo cierto es que el pago de recibos de gastos generales también está entre la planificación de unas cuentas cofrades que en el apartado de bolsa de caridad de los franciscanos con sede en la parroquia de La Inmaculada del paseo de Zorrilla significa más del 25% de su presupuesto anual. «Pero vivimos al día», determina Miguel, «porque nunca sabes cuándo va a aparecer una donación cuantiosa, que las hay, o cuándo va a aparecer una familia necesitada».

Ante esta timidez de verse y sentirse señalados los responsables de las cofradías muchas veces lo ven cuando se suman cuotas sin pagar. Es en este momento cuando saltan las alarmas a los tesoreros y directivos y empiezan a preguntar de modo inicial y discreto para ofrecer ayuda. Es más, por ejemplo, la Cofradía de la Santa Cruz Desnuda cuenta hasta con una bolsa de empleo «para intentar ayudar a cofrades, familiares y amigos de la comunidad franciscana con empresas que tengan alguna relación con la hermandad».

El hermano ministro reconoce que esta labor es complicada y tienen sus limitaciones, aunque lo cierto es que en los últimos años han ofrecido la posibilidad a numerosos posibles demandantes de empleo.

Y aunque es verdad que los franciscanos trabajan con mucha intensidad estas cuestiones a juzgar por los hechos y por los gestos, lo cierto es que más cofradías dedican también muchos esfuerzos y dinero a labor social y de caridad. Es el caso del resto de cofradías penitenciales, las más históricas de la capital, como la Sagrada Pasión, Jesús Nazareno, Las Angustias o la Vera Cruz, que trabajan también durante todo el año este apoyo económico y asistencial dedicando una parte importante de sus dineros, en especial lo donado para esa causa por otros hermanos.

La ayuda va dirigida directamente a sus cofrades, pero también a una buena parte a entidades como Cáritas Diocesana, Red Madre, Red Íncola, Cáritas Parroquial o el Banco de Alimentos. «Una ayuda de aquí para los de aquí sin olvidarnos de las necesidades fuera de nuestras fronteras», como explica el secretario de la Vera Cruz, Alfonso Domínguez, quien reconoce que su penitencial ha hecho un «esfuerzo extraordinario» en esta materia con motivo de la coronación canónica de la Virgen de los Dolores el pasado mes de septiembre cuyas aportaciones superaron los 25.000 euros, entre donativos y fondos propios.

«El trabajar con tantas organizaciones fue casi obligado a raíz de la pandemia porque ellos podían llegar mejor y a más personas», explican desde estas penitenciales significando a la vez que en los últimos años dedican una consignación relevante a Red Madre «por la labor clave y fundamental en defensa de la vida humana».

El presidente de la Sagrada Pasión, Luis Lázaro, también se pronuncia en esta línea y felicita públicamente a las entidades «por su labor y cómo gestionan el dinero que reciben». Desde esta cofradía, por ejemplo, también se ayuda económicamente al Centro Albar, a la ONG Amanecer en África para mantener un colegio en Togo, Obras Misionales Pontificias y, en los últimos tiempos, ayudas concretas para Ucrania. «Es un gran esfuerzo de la cofradía y de sus cofrades dado que en Valladolid las hermandades somos muy humildes», precisa Luis Lázaro de la misma manera que indica el alcalde-vicepresidente del Nazareno, Alberto Muñoz, hermandad que trabaja también con las asociaciones citadas aunque éste matiza que ahora no afrontan situaciones críticas. Las penitenciales son un ejemplo de todas las que trabajan en la misma línea como, entre otras, la Sagrada Cena, Atado a la Columna, Despojado, Cristo de la Luz, Siete Palabras, Preciosísima Sangre o La Piedad que, por ejemplo, disponen de un formulario por su página web para acceder a ellos y solicitar ayuda.

Ahora llega la Navidad y la solidaridad se multiplicará aunque los responsables de las mismas aprovechan para, a través de este medio, hacer una llamada tanto a sus cofrades como al resto de la ciudadanía a acudir a ellos o a las numerosas asociaciones con las que trabajan «para hacer donativos en dinero o en especie para canalizar en estos tiempos donde se empiezan a vislumbrar verdaderas necesidades familiares o directamente para solicitar ayuda».