«Vi un fogonazo y me cayó la ventana encima con marcos y todo»

Julia, al igual que el resto de vecinos, no ha podido entrar a su casa por razones de seguridad y el mero hecho de ver cómo trabajan los bomberos para refrescar la zona más afectada le lleva a emocionarse. Esa emoción que recorre el cuerpo de esta septuagenaria se multiplica cuando relata lo que vivió ayer mientras veía la televisión en la cama, en su vivienda ubicada en el 4º C del número 32 de la calle Goya. «Vi un fogonazo y me cayó la ventana encima. Salió volando con marcos y todo», explica esta mujer, a la que rescataron los Bomberos con la ayuda de un vecino, aunque la primera llamada que realizó fue a su hija, Carmen Sáez, que se encontraba en Salamanca y se llevó el susto de su vida. «Me llamó y me dijo que tenía todo el patio de luces lleno de llamas y que no podía salir de la habitación», explica Carmen.

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Una vez que los bomberos intervinieron y se le pudo sacar de casa, esta vecina fue trasladada al hospital, donde se le trataron los cortes que tenía en el brazo y una herida «bastante importante» que presentaba en la espalda. Tras las curas, se le dio el alta en torno a las 2 de la madrugada y, sin apenas dormir nada, ha acudido esta mañana a la calle Goya, donde ha contemplado, junto a decenas de curiosos, los daños registrados en el edificio por la explosión. «Espero que podamos entrar pronto en casa», concluye esta mujer que, por el momento, residirá junto a alguna de sus hijas hasta que se conozca la valoración que hacen los técnicos sobre el estado del inmueble, aunque las palabras del concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, tras visitar el edificio junto al arquitecto municipal no invitan al optimismo. «Desde fuera parecía que los daños no eran demasiado importantes, pero por lo menos la mitad de la edificación tiene una pérdida de resistencia enorme y cierto riesgo de colapso. Así que tomaremos las medidas necesarias y estudiaremos el tipo de soluciones que se pueden dar», apuntó el edil después de bajar del inmueble siniestrado.