Reabiertos el Puente Mayor e Isabel La Católica en Valladolid después de cuatro meses de obras

Las obras, en lo que a la parte peatonal se refiere, están ya finalizadas una vez abiertas las dos aceras con el nuevo firme flexible, que «solo ha dado problemas en el lado izquierdo», según reconocen fuentes de la empresa que ha llevado a cabo los trabajos, cuyos operarios han fijado con 250 tornillos las chapas galvanizadas con el hormigón con el fin de minimizar, que no eliminar, los botes causados por las primeras al paso de los viandantes. Los agujeros se han cubierto con el mismo material (caucho flexible) que extendieron sobre las chapas.

Las nuevas aceras, botes aparte, son más anchas que las anteriores (han pasado de 2 a 2,71 metros), cuentan con una barrera de protección también más alta que la anterior y una hilera de 34 farolas con un punto de luz (antes tenían dos), en ambos casos de un tono rojizo. La valla exterior, por ahora de color negro, se conservará, aunque será revisada en los próximos días por los operarios municipales para afianzarla y pintarla del mismo tono que el resto de los elementos del puente.

El espacio ganado para los peatones lo perderá la calzada para el tráfico, en la que se mantienen, eso sí, los dos carriles en sentido de salida de la ciudad hacia las avenidas de Salamanca y de Gijón. El puente fue cortado ayer por completo a la circulación, lo que ocasionó algunos atascos en las horas punta, para que los operarios llevaran a cabo las labores de fresado y asfaltado del firme, que han concluido hoy. De forma que desde esta misma mañana se ha reabierto por completo el paso más veterano sobre el Pisuerga de la ciudad después de cuatro meses de obras.

Los trabajos, que han contado con un presupuesto de 374.686 euros, comenzaron el pasado 15 de mayo y contaban con un plazo inicial de ejecución hasta el 10 de octubre.