Los vecinos del Puente Mayor de Valladolid, sobre las obras: «Eran muy necesarias, estaba todo feísimo»

Hasta la fecha, a pesar de las acometidas, el Puente Mayor ha mantenido su actividad. Solo había sido preciso cortar al tráfico uno de los carriles, pero durante este martes y miércoles, para llevar a cabo el remate final, se ha cerrado el tráfico en ambos carriles. En la mañana de este martes, los operarios han «arrancado el asfaltado anterior» y han esparcido «betún de petróleo por los bordes de la vía para acondicionarlo antes del nuevo asfalto», según ha confirmado uno de los responsables. En este sentido, a primera hora de la tarde, sobre las 15:00 horas, estaba previsto esparcir el nuevo pavimento. Los ritmos de trabajo están determinados por «las circunstancias del momento», pero sea como fuere, este miércoles estará todo finiquitado. «Son los plazos que nos han marcado y es cuando va a estar», apostilla el responsable.

Resulta inevitable llevar a cabo obras sin causar molestias. Sin embargo, la decisión de mantener un carril abierto mientras se trabajaba en otra parte del puente ha permitido minimizar las molestias ocasionadas. «Se han realizado en verano, el mejor momento para hacerlo porque hay menos tráfico y menos gente en la ciudad, por lo que yo creo que ha sido perfecto. Si tuviéramos solo un puente sería fastidiado, pero tenemos muchos y muchas alternativas para pasar de un lado a otro», argumenta Luis Ayala, un vecino del barrio de La Rondilla que pasa «cada día» por el lugar. «No ha sido ningún problema; han dejado un carril abierto y no ha dificultado mucho el tráfico», prosigue otra residente, Remedios Juck.

Los vecinos y viandantes lo tienen claro: la acometida era muy importante, necesaria debido al «pésimo estado» en el que se encontraba la infraestructura. «Han limitado el paso de la gente, pero eran unas obras necesarias; estaba todo feísimo», asegura José Manuel Secado, vecino de la zona «de toda la vida». «Como toda obra tiene sus ventajas e inconvenientes, pero está muy bien hecho y seguro que todos lo notaremos», continúa.

Como José Manuel, son muchos los vecinos de Puente Mayor que, aunque consideran que «ya hacía falta», no acaban de ver con buenos ojos el resultado de deteminadas remodelaciones. Es el caso, por ejemplo, de las aceras. El pavimento existente se ha sustituido por material de caucho, cómodo y resistente a los cambios de temperatura. Esta decisión ha causado cierta controversia entre los vecinos, ya que lo consideran «horroroso». «Es un corcho que se va a llenar de agua y de mierda, que se va a romper y a pudrir en cualquier momento. Esto no lo pondría yo ni en mi patio», lamenta Hermelinda Andrés, una jubilada vallisoletana que «cada día» saca a pasear a sus tres perros por la zona.

A pesar de que el Consistorio aseguró que se trata de un material antideslizante, los vecinos no terminan de creérselo y opinan que es un firme «parecido» al anterior, que cuando llovía «se llenaba de charcos». «Estaban en un estado pésimo, cuando llovía te resbalabas fácilmente», sostiene José Manuel Secado. «En cuanto llueva se va a empapar. Esto que han hecho es una chapuza; tenían que haberlo hecho bien, no ésto, que en unos meses va a volver a estar mal y hay que arreglarlo otra vez, y más gastos para el contribuyente», rechaza Hermelinda Andrés.

Las aceras ya lucen un nuevo aspecto; quién sabe si será el definitivo. De momento, lo que sí se sabe es que debajo del caucho se han implantado planchas de grandes dimensiones para impedir la filtración del agua. Cuando se pasa sobre ellas, se nota. «No sé si pondrán algo encima, pero debajo hay como unas planchas de acero que, según vas andando te vas hundiendo, especialmente si llevamos tacones; parecen como badenes», ironiza otra vecina, Remedios Juck.

A partir de este jueves, el Puente Mayor retomará la normalidad, al menos hasta el mes de octubre, momento en el que está previsto que se concluya el proyecto con la remodelación de las vallas de protección.