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Rels B, durante su concierto en la Plaza Mayor de Valladolid. Foto: Ricardo Otazo / Vídeo: José C. Castillo
Virgen de San Lorenzo

Rels B lidera la revolución con su concierto en Valladolid

El cantante mallorquín protagoniza el primer llenazo de las fiestas, con calles cortadas para limitar el aforo antes incluso de que comenzara la actuación

Víctor Vela

Valladolid

Miércoles, 6 de septiembre 2023, 00:52

«Había un par de señores mayores que decían que no íbamos a llenar la Plaza Mayor. Y mira», dice Rels B con la mirada perdida en un horizonte de cabezas. Faltaban tres horas para que empezará el 'show' y el adoquín ya cotizaba alto. «¡Guau, cómo está esto!», exclama antes de pedir a su equipo que, al terminar el concierto, recoja las pancartas que exhiben los fans en las primeras filas. «Nunca había visto tantas como hoy», asegura desde el escenario y antes de prometer ruido, ritmo y jolgorio. «Tenemos preparados más de treinta temas. Así que no me enrollo». Y mientras los descarga, uno no deja de pensar en esos dos pitonisos que decían que por aquí no vendría nadie. «Un par de señores mayores», los llama Rels B.

Y me surge una pregunta. Por 25 pesetas, ¿podrías decir señales inequívocas de que tú eres uno de esos viejales, de que te has hecho mayor? Por ejemplo, recurrir a un jueguecito tonto del 'Un, dos, tres'. Venga, responda otra vez. Y entonces, comienza una lista que podría ser eterna: que tú celebraste San Mateo, que fuiste al Vistarama, que comiste un abisinio en Cubero... Todo eso sería válido, respuestas correctas, sin necesidad del campana y se acabó.

Pero hay una señal inequívoca e infalible de que avanzas hacia la vejez: siempre llegas tarde a la última canción. Cuando descubres a un artista que parece nuevo, la chavalería ya lo ha cambiado por otro. Cuando un tema te sorprende, tiene ya millones de reproducciones en youtube. Cuando tú vas, ellos vienen de allí. Y esta, amiguitos, también es una referencia viejuna.

Tal vez su nombre solo suene entre los mejores de 25, de 30, de 40... (¿Qué entenderá Rels B por señores mayores?), pero hasta hace unos meses, no tenías ni idea de quién era este joven rapero mallorquín que ya conquistaba los auriculares de la chavalería. Había miles, millones de personas dándole al me gusta, al corazoncito, al arriba con el pulgar, y tú, mientras, compartiendo gatitos en el facebook.

Si buscas en la hemeroteca, el éxito de hoy es consecuencia del mucho trabajo desde ayer. Ya en 2014 hay referencias cibernéticas a la música de Rels B, este joven de 29 años, Daniel Heredia, que a los 15 se marchó de una casa que podía ser cárcel (como canta en su canción preferida, 'La prisión'). Puso copas, trabajó como albañil, rescató a su madre del horror, se crió en los ritmos urbanos de Mallorca, lanzó sus primeras canciones a Internet. Y algunas, como 'Boys don't cry' lo cuentan: «Los niños no lloran, lo sabe' mamá. Salen a la calle ready pa' luchar. Quieren dinero, una vida, una oportunidad». Y ahora, años después, con la mochila llena de vivencias y hip hop, con una producción elegante, unos coros en vivo brutales, abarrota hasta los topes espacios como esta Plaza Mayor.

«Hace un par de años no sabías de mí, pero este cabrón ta' subiendo escalone'», recita en 'King Flakk', tema publicado en 2018, cuando todavía le quedaban pisos por subir y le susurraba al oído ese miedo pasajero que de vez en cuando sacude a los artistas: el que se olviden de ti. «La moda siempre muere, la moda se va sola. Yo quiero ser eterno, eterno como Bogart», canta un Rels B ya instalado en la argamasa de la masa, lanzándole guiños a la música caribeña y al afro. Un ejemplo es su 'Afrolova'23', publicado este mismo verano. «Es un día bonito para pensar en cosas bonitas», dice en el arranque de esta canción que suaviza los rasgos callejeros para vestirse de verano y chiringuito, las aristas romas para que no te pinchen y tal vez tú a la vez menos pinchar.

Si le quitas la música, sus letras podrían ser la chapa del colega que te cuenta sus dilemas de amor, del enamorado que lo intenta con mil triquiñuelas y una labia para embaucar: «Lo siento, pero, baby, me mandaron a este mundo pa' quererte» (canta en 'Pa quererte') o «dormí pensando en ti, pa mí eso es lo normal» (en 'Mi luz'). Son estrofas y canciones que suenan en el arranque de un concierto en el que Rels B convierte el escenario en cama elástica, como si tanto bote y salto formara parte de la canción, mientras unos cañones escupen niebla y pirotecnia y una cámara persigue al cantante para ofrecer en la pantalla una imagen buenísima del artista, con la plaza de fondo, alicatada de jóvenes en este festival de brincos, piropos y sudor.

«He estado a punto de no venir. Salgo de una gira larguísima, enfermé el último día, me estoy recuperando, pero ahora me está subiendo la fiebre», dice Rels B. «Perdonadme si no lo estoy dando todo». Y entonces uno se pregunta qué locura será esta cuando esté al cien por cien. El 'show' sigue con 'Sin mirar las señales, 'Cuando quieras' o 'Cómo dormiste?', esa canción que podría ser bolero siglo XXI, con su melodía suave y su romanticismo urbano y de sexo desinhibido. Porque si en aquellas baladas de Manzanero y Luis Miguel se le decía a la pareja que adoro la forma en que sonríes, ahora también se celebra que «ese culo tú lo mueves nivel expert». Y esta imagen (la menos explícita de la canción) conquista a una Valladolid que disfruta con un conciertazo de ritmos desatados y escenas de sábanas revueltas.

Rels B se pasea por el escenari con una imagen de la Plaza Mayor abarrotada de fondo. Ricardo Otazo

Además, como en toda historia de amor, también hay estribillos para el fuego que se apagó. «Ah, yo quería todo contigo, pero bueno, no se dio», canta en ese 'Se me olvidó' que es también combustible para esta noche en la que Rels B te quita años de más y te recuerda que siempre se es joven mientras suena una canción. El problema, claro, está cuando la música se apaga, cuando dejas de bailar, cuando sientes que tu cuerpo (frágil carcasa) se vuelve a quejar. Porque la juventud sin que te des cuenta se va. El día menos pensado, estás haciendo cola para que te den mimos y sopita en el restaurante de 'First dates' y eres uno de esos «señores mayores» que le dijeron a Rels B que no habría nadie esta noche en esta Plaza Mayor. Vaya tela.

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