Fiestas de Valladolid
Relato de un operativo especial contra el hurto de móviles: desde la prevención hasta la detención
Fiestas de Valladolid
Relato de un operativo especial contra el hurto de móviles: desde la prevención hasta la detenciónDetenido un joven por un robo con violencia e intimidación en Moreras. El presunto autor de los hechos sustrajo un teléfono móvil y amenazó a la víctima con un cuchillo de grandes dimensiones. Este podría ser el inicio del artículo en un fin de semana ... normal. Pero este no lo ha sido.
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Son las 21:30 horas del viernes. Primer día de fiestas en Valladolid. El pregón y el desfile han terminado, pero la noche acaba de comenzar. En la Jefatura Superior de la Policía Nacional, el equipo de hurtos se prepara para iniciar el operativo especial. El crecimiento exponencial en las sustracciones de teléfonos móviles ha obligado a reforzar el número de efectivos, que se ha doblado en los dos últimos años. Esta noche, los agentes de paisano deben estar pendientes de un perfil específico. Saben que hay una banda organizada que ha actuado en las últimas fiestas del norte de España y que podrían estar en Valladolid. «Viven en Madrid y cuando van a otras provincias tienen que hacer noche. Aquí no. Si se hacen con un teléfono, el dispositivo puede estar en pocas horas en la capital y fuera del país en un día», explica la jefa del operativo.
Los puntos de atención estarán en la Plaza Mayor y en Moreras. Una hora después, los agentes llegan a las dos zonas. Su labor es observar desde la periferia, marcar el perfil de las personas que se ubican en la zona y detectar posibles autores y víctimas entre la multitud. «Las bandas actúan rápido. Mínimo en grupos de dos o tres personas. Uno lo sustrae y al momento se lo entrega a otro individuo, quien se encarga de esconderlo. Aquí en Moreras suelen hacerlo entre los matorrales. También lo envuelven en papel de aluminio para que no se pueda geolocalizar», explica el oficial J. Gonzalo. La presencia de los agentes en la zona no es estática y después de un tiempo en la zona aledaña al Pisuerga emprenden el camino hacia la Plaza Mayor, donde también se encuentra parte del operativo.
De momento hay poco ambiente.
«Las sustracciones suelen comenzar a partir de la una de la madrugada, cuando ya ha habido una ingesta de alcohol por parte de las posibles víctimas». Los autores se aprovechan de que están más desinhibidas, entonces te pueden empujar y sustraer el teléfono sin que seas consciente. Estos grupos organizados, explica el oficial, buscan un tipo de víctima concreto: chicas jóvenes, distraídas o que hayan consumido alcohol. «Personas que no sean conscientes de la sustracción y que, en caso de darse cuenta, no vayan a oponer resistencia». Ahí es donde fijan el objetivo.
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«En la multitud, te rozas con la gente y no eres consciente de lo que sucede. Cuando alguien se da cuenta de que no tiene el teléfono puede haber pasado desde un minuto a una hora», apunta el oficial. Es por eso que los agentes de este operativo se centran en prevenir.
A las 23:46 llega la primera sospecha. Un individuo con características similares a las que buscan los efectivos. Por el momento, falsa alarma. Mientras, la gente empieza a llegar a Moreras. Poco después, unos jóvenes avisan de que una persona se ha desplomado en el suelo. «Nuestro objetivo es prevenir los hurtos, pero también colaboramos en otras actuaciones que puedan surgir». Tras unos minutos, el individuo se levanta por su propio pie. Ha terminado el concierto de la Plaza Mayor y cada vez hay más gente en Moreras. «Desde este momento es fácil recibir avisos por hurtos», alertan los agentes. El primero llega poco antes de las dos. Los agentes han detectado a una persona reincidente de Valladolid –además de las bandas itinerantes, que han aumentado su presencia desde la pandemia, también tienen que contar con los que viven en la ciudad–. Se inicia una observación para detectar alguna posible acción sospechosa de este individuo.
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Mientras, el reloj marca las 2:23 de la madrugada. Ahora sí. Las luces de los coches patrulla invaden el paseo principal de Moreras. Y no ha sido un hurto, ha habido un robo con violencia e intimidación. El objetivo, sustraer el teléfono de una persona. El autor no lo ha conseguido y su detención ha ocurrido en el acto. Han sido dos agentes de paisano de la Policía Nacional quienes le han parado los pies mientras huía del lugar. La víctima se ha percatado del robo y está junto a los efectivos y otros compañeros de la Policía Municipal, que también han participado en la actuación. Tras un cacheo se le encuentra el dispositivo sustraído y un cuchillo de grandes dimensiones que había escondido en el pantalón. Todo ocurre rápido y los agentes trasladan a la comisaría de Delicias a la víctima y al presunto autor.
Allí esperan pasadas las tres de la madrugada. «Ha venido junto con otras dos personas y me ha pedido el teléfono para llamar. En cuanto me he despistado ha salido corriendo y yo detrás de él. Le he alcanzado y me ha sacado el cuchillo. Entonces me he apartado, pero le he seguido a mayor distancia. Los agentes le han interceptado en un minuto», relata la víctima del robo en dependencias policiales. Él podrá recuperar su teléfono. Pero mientras, la noche se ha saldado con dos denuncias por hurtos, varias comunicaciones por pérdida o extravío y con la identificación de otro individuo que portaba un arma blanca y que además cumplía con las características de los miembros de esta banda organizada. Durante la semana, estos agentes mantendrán sus ojos desde la distancia. Esa mirada en la periferia para prevenir más sustracciones de teléfonos en Valladolid.
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