Fiestas de Valladolid

Los chaparrones empañan la primera ronda de tapas y cañas

No esperaron ni un segundo los vallisoletanos para saborear la Feria de Día. No aguardaron a que la edición fuera bendecida de manera oficial por las autoridades –este sábado al mediodía, en Portugalete– para probar las combinaciones de pincho y bebida por 3,5 euros (como máximo) por alguna de las 81 casetas desplegadas por dieciocho puntos de la ciudad. Porque el mismo viernes por la noche el aspecto era similar en prácticamente todos los establecimientos hosteleros que han optado por sacar las barras durante las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo para que vecinos y visitantes puedan darse un homenaje con sus ofertas gastronómicas. Daba igual la zona. Estaba «todo hasta arriba». «Muy bien, muy lleno; si sigue así tiene buena pinta», afirmaba, sin perder el ritmo de tirar cañas, una trabajadora de La Argolla, con puesto en Fuente Dorada.

También lo ratificó este sábado el presidente de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de Valladolid, Jaime Fernández, que aunque auguró una buena Feria de Día, fio a la meteorología los resultados y el respaldo de la ciudadanía. «Ya teníamos ganas, a ver si el tiempo nos acompaña... Pero en líneas generales bien, el viernes estaba todo a tope, no solo la Feria de Día, también el interior de los locales y el ocio nocturno», incidió el representante de los hosteleros.

Dicho y hecho. Fue terminar la intervención del alcalde, Jesús Julio Carnero, durante la inauguración de la Feria y comenzar a llover. Los chaparrones que de forma intermitente hicieron acto de presencia en la capital no amedrentaron al público, que llenó los mostradores en busca de su Lorencito, un montadito de solomillo con roquefort, unas cremosas croquetas o unos callos con garbanzos –entre otras muchas opciones–. Aunque la lluvia sí deslució por momentos la hora del aperitivo, con sombrillas haciendo las veces de paraguas y viandantes apresurando el paso en busca de refugio.

Es la Feria de Día una actividad «emblemática», prácticamente ya intrínseca a todo vallisoletano. Así lo consideró regidor, que aprovechó la apertura de una nueva edición para agradecer a los hosteleros «el trabajo que desarrollan para mantener viva algo que los vallisoletanos sienten como muy propio, como es la Feria de Día».

Replica a la edición anterior en lo que a participación –81– y precio del pincho especial de ferias se refiere –tapa y bebida 3,50 euros como máximo–, aunque experimenta un ligero cambio en su distribución por la ciudad. Esta vez no hay casetas en la plaza de Santa Cruz y, en su lugar, se gana un nuevo emplazamiento en el lateral de la catedral y Portugalete.

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