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Durante casi una década, el escenario para Pau Vegas era un camino de baldosas blancas y negras, un sendero con sostenidos y bemoles que ella recorría desde el otro lado del teclado. Porque Pau ha sido durante años teclista para los demás. En la banda ... Cuarto Burlé, en las giras de Amaia, de Dora, de Yoly Saa. Desde hace unos meses, Pau ha decidido no solo pulsar la tecla, sino asomarse a otras vertientes musicales, con ella en primera línea. Así, desde hace meses ha apostado por su propia música, una coctelera con sintetizadores, loops y cajas de ritmo en la que mezcla 'Esperanza y ruina', su primer EP.
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Pau estrena la noche de la electrónica en Valladolid, esta sesión reservada a los dj's en los que ella asume el riesgo del directo. Y no solo con el teclado, sino con la guitarra y su voz. En sus canciones brilla la oscuridad, hay un diálogo constante entre el mensaje esperanzado y el hastío de la ruina, el deseo y el freno.
Comienza con 'Cuántas noches', con Dani Barcala acompañándola en un escenario por el que también desfilan 'Como era antes' o 'Excusas para quedarme'. «Durante mi niñez, la adolescencia, toda la vida, he venido aqui para ver los conciertos de la Plaza Mayor y estar ahora aquí es chulísimo», asegura Pau, mientras saca el muestrario de unas canciones que, en ocasiones, hacen una pausa en la mitad, como si tuvieran que coger aliento para continuar. 'Cabeza gris' termina con una secuencia sonora desasosegante que enlaza con 'Muy cerca del suelo'. El concierto termina con 'Es todo azul'.
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