Día Mundial del Sida
Las fiestas con sexo y droga, nuevo foco de riesgo en ValladolidDía Mundial del Sida
Las fiestas con sexo y droga, nuevo foco de riesgo en ValladolidNo hay cura pero sí tratamiento, cada vez más eficaz y cómodo para no perder adherencia al mismo. El sida es ya, desde hace años, una enfermedad crónica con la que se convive toda la vida y «su curva de supervivencia es muy similar a ... la de cualquier persona. Algo más de comorbilidades, requieren más cuidados con la edad pero nada tiene que ver con los orígenes de la epidemia, ahora ya es controlada. Eso sí, envejecen antes, en el sentido de que las enfermedades habituales a los 70, ellos ya las padecen a los 60», explica el doctor Carlos Dueñas, jefe de Enfermedades Infecciosas del Clínico de Valladolid.
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Sin embargo, ya sin las grandes cifras de finales del siglo XX, la reducción de los contagios es todavía una asignatura pendiente y desde hace unos diez las cifras permanecen estables, congeladas, sin los deseables descensos. Hay más información, se conoce mejor, hay medios para una detección precoz pero aún hay camino por recorrer aunque desde el optimismo de un futuro prometedor. El objetivo de la Organización Mundial de la Salud –que ercuerda hoy Día Mundial del sida– es que, de aquí a 2025, el 95% de las personas que viven con el VIH deben tener un diagnóstico, el 95% de ellas estar con tratamientos antirretrovíricos (TAR) que salvan vidas, y el 95% de los enfermos infectados tendrían que haber logrado suprimir la carga vírica, tanto para beneficio de su salud como para disminuir la transmisión del VIH. España se sitúa en el 96%, 95% y 92%, respectivamente. «Estamos muy bien», aprecia el doctor Dueñas.
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Ana Santiago
Dos son las principales novedades que prometen reducir la transmisión y potenciar la detección temprana. Describe así el también jefe del Servicio de Medicina Interna del Clínico que, desde hace algo más de un año, los hospitales de Castilla y León pusieron en marcha terapias de prevención frente al sida para los casos de conductas de riesgo por las fiestas 'chemsex' de drogas y sexo rotatorio en las que se cambia muy habitualmente de pareja y la transmisión es más fácil. «Antes, estas fiestas sexuales estaban bastante centradas en Madrid y grandes ciudades; pero la práctica ya ha llegado a Valladolid y otros puntos o viajan a Madrid para participar en ellas. El caso es que son conductas de riesgo que conviene hacer un seguimiento y profilaxis», destaca. El Ministerio de Sanidad aprobó en noviembre de 2019 los programas de Profilaxis Pre- exposición al VIH (SIPrEP); pero la pandemia retrasó su puesta en marcha efectiva que se llevó a cabo a finales de 2021. El Clínico de Valladolid atiende una consulta semanal para estas personas y, en el último año largo, ya suma cien personas en el programa. La mayoría son de las 'chemsex' pero también puede darse por otras conductas de riesgo, en parejas en las que uno está infectado por ejemplo», añade. El Río Hortega suma otro medio centenar.
«En estas fiestas es habitual el consumo de sustancias estimulantes, de drogas, asociadas a la práctica de sexo de hombres con hombres, de transexuales también es habitual... es sexo colectivo cambiando de pareja continuamente. Y no siempre con preservativo o con un buen uso del mismo». Por ello, para evitar contraer el VIH, hacen profilaxis de preexposición, una terapia preventiva que es una combinación de dos componentes. Hay que tomarla todos los días mientras tengan prácticas de riesgo, durante meses o años y con un seguimiento médico a veces mensual, al menos trimestral. Son personas generalmente muy concienciadas en este sentido».
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«Esta prevención logra frenar el contagio del VIH, diagnosticar algún caso que desconocía estar infectado y, a la vez, detectar y controlar otras enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, clamidia o gonorrea asintomáticas. Nos ayuda a controlar las enfermedades venéreas víricas y bacterianas», añade el doctor Dueñas. Y ahora «la nueva moda es también el 'slam', drogas por vía venosa que se ponen también para mantener sexo. Con todas estas conductas nosotros ofrecemos la consulta de profilaxis preventiva en los hospitales, discreta atención y protectora». En España son ya 22.000 las personas seguidas en estas terapias preventivas.
Y otro programa, este impulsado desde las Urgencias hospitalarias, que ayuda a controlar la enfermedad, es el del análisis oportunista en los casos que llegan a estos servicios «por otras causas pero con signos subsidiarios de un VIH, se hace una serología. Por ejemplo, con un cuadro de mononucleosis... pues se aprovecha a realizar una prueba y se detectan casos de forma temprana lo que permite un tratamiento más efectivo y cortar la transmisión», apunta este internista.
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Otra mejora importante, pero que todavía es un problema, es la reducción del porcentaje de personas que están infectadas y no lo saben. Llegaban casi al 18% y ahora los no diagnosticados son ya sólo un 7%. Un porcentaje que nos avala también ese tipo de programas de profilaxis. Hay que detectar más para reducir a mínimos la enfermedad. Y que el grupo indetectable sea cada vez menor. Si llegan tarde su cuerpo estará muy deteriorado y el tratamiento será más complicado. Detectados a tiempo tienen un pronóstico, con medicación, magnífico», apunta Dueñas.
Controlar la transmisión –«veo cada vez más pacientes preventivos que infectados», destaca Dueñas– y mejorar la posología de los medicamentos. Es el objetivo. «Los fármacos de los que disponemos actualmente para tratar el VIH son excelentes y, ya en muchos casos, no sirve para todos, los pinchamos cada dos meses y no tienen que tomar cada día la pastilla. Otros aún siguen con ella pero es una, no veinte como antes. Y el futuro irá en esta línea, en parches recargables, terapias orales semanales o tratamientos semestrales o anuales que les den libertad a estos enfermos y les ayuden a preservar su intimidad. Ahora ya muchos son jubilados y se van meses a Benidorm y poder olvidarse de la medicación será un logro. O si trabajan, las pastillas hay que tomarlas siempre a la misma hora, y no quieren que se sepa porque sigue siendo una enfermedad que estigmatiza mucho, o conviven en un piso con amigos y no quieren que se sepa... Una medicación de este tipo es calidad de vida para ellos», insiste Dueñas.
La transmisión ha cambiado desde que comenzara la epidemia (se identificó en 1983) y los años 90. «Ha bajado el contagio por drogas intravenosas aunque volvemos a tener más porque es una adicción que mantienen las personas que llegan de Europa del Este. Y aunque hay contagio entre homosexuales y heterosexuales, el reducto mayor del sida es en esas fiestas de sexo y drogas y más varones porque tienen entre ellos un sexo de mayor riesgo de contagio. Es prácticamente una enfermedad de transmisión sexual».
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