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«Acabo de ver ahora mismo en el ordenador que por una caja de cincuenta mascarillas quirúrgicas, que eran cinco euros como mucho, ahora te piden 50», asegura Basi Illana Fernández, de la farmacia del número 29 en el Paseo de Farnesio. «Tenemos una ... demanda continua, los pacientes están llamando por teléfono, vienen a la farmacia a preguntar y no les podemos dar ninguna respuesta porque, primero, de lo que se está informando, nosotros no sabemos nada, y luego, desde el Colegio de Farmacéuticos se está tratando de que nosotros seamos al canal de suministro de las mascarillas que nos manden, o de que se fije un precio para las que tengamos nosotros. Estoy buscando entre cantidad de proveedores y pude conseguir algunas mascarillas la semana pasada a precios caros, pero ahora voy a esperar porque todo lo que me viene es a precios desorbitados. Se habla de que las farmacias están especulando, pero, yo, realmente, las que tenía la semana pasada, las he dado a costo», añade.
El de Basi Illana es ejemplo de la situación que se vive en la red de 288 farmacias en la provincia de Valladolid (162 de ellas, en la capital), que siguen sin mascarillas (ni otro material, como guantes) que vender a los pacientes ante la pandemia y que piden al Gobierno que se fije un precio que evite la especulación con este producto por parte de los proveedores.
Consejos y recomendaciones
«Cada uno está buscando, nos llamamos entre farmacias y nos preguntamos si hemos podido conseguir algo, pero yo, con las compañeras que he hablado, van a hacer lo mismo que yo, no van a comprar a precios desorbitados algo que es primera necesidad», subraya Basi Illana, que incide en que, «en cuanto la gente empiece a salir, en teoría tendrá que tener mascarillas». «Yo también estoy buscando mascarillas infantiles, porque ahora los niños están en casa, pero en cuanto comiencen a salir, tampoco las hay, y las de los adultos no se ajustan a ellos», agrega.
«No hay stock de mascarillas en las farmacias, y eso da pábulo a la especulación de proveedores. Es un producto que ahora tiene unos precios desorbitados y al que el Gobierno tiene que aplicar un margen mínimo, o ni aplicarlo», señala por su parte el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, Carlos Treceño Lobato, que incide en cómo el colectivo farmacéutico se ha ofrecido a las administraciones para, a través de un sistema de control como es la receta electrónica, llevar a cabo una distribución ordenada de las mascarillas, sin un coste adicional.
«Vamos a necesitar material no para cubrir una demanda puntual de la población, sino para meses, porque a medida que se abra más el confinamiento, va a ser más necesario, y hay que proveer de manera rigurosa», añade Carlos Treceño.
Su vuelta al tajo el pasado lunes tras la decisión del Gobierno de que los empleados de servicios no esenciales como la construcción o la industria se reincorporaran a las fábricas, las naves en polígonos y obras, ha motivado un ligero repunte de los usuarios del transporte urbano en Valladolid, con un incremento el lunes del 9% en el número de viajeros de autobús respecto al lunes de la semana precedente, hasta llegar a los 5.546, y del 7% ayer con respecto al martes de la semana anterior, hasta los 4.071 pasajeros, según los datos de la empresa concesionaria Auvasa que difundió ayer el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez. A todos aquellos usuarios que han subido a los vehículos de las distintas líneas esos dos días sin protección, los conductores, de acuerdo a un protocolo fijado el domingo, les han provisto de mascarillas hasta repartir 2.300 el lunes y 1.563 ayer hasta las 15:00 horas, casi 4.000 unidades de las 70.000 que la Delegación del Gobierno de Castilla y León ha destinado a la capital y de las 110.000 asignadas a la provincia de Valladolid.
A esas casi 4.000 mascarillas repartidas en los autobuses hay que sumar las que ayer continuó distribuyendo la Policía Nacional en la estación de trenes entre las 6:00 y las 10:00 horas, sobre todo coincidiendo con la llegada y la salida de convoyes, y en zonas de la ciudad como el Paseo Zorrilla, Fuente Dorada o Plaza de España. Por su parte, la Policía Local se centró en el reparto en la estación de autobuses, aunque con escasa presencia de viajeros, y la Guardia Civil hizo lo propio en la provincia (estuvo, por ejemplo, en el Parque Tecnológico de Boecillo).
Hubo ayer alguna queja entre taxistas que no se beneficiaron de ese reparto, aunque el presidente de la cooperativa Radio Taxi, Ángel Lorenzo, explicaba ayer que entre los 466 socios se han distribuido 900 mascarillas facilitadas por la Junta a través de Ayuntamiento, y un par más para cada taxista del colectivo merced a Fomento y que tenían que recogerse de manera individual en Correos.
La Delegación del Gobierno en Castilla y León obvió ayer cualquier respuesta al respecto en relación con el conflicto con la Junta por la cifra de mascarillas que el Estado ha hecho llegar a la región a través del Instituto Nacional para la Gestión Sanitaria (Ingesa), después de que la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, asegurase que no son 2,5 millones, sino 700.000.
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