La falta de vocaciones provoca la marcha de las Esclavas del Sagrado Corazón, en Valladolid desde 1897

La falta de vocaciones y de relevo generacional han obligado a la comunidad a reorganizar a sus integrantes (marcharán a otras provincias, no han querido precisar a cuáles) y el 11 de agosto abandonarán una diócesis a la que llegaron, al menos, hace 124 años.

El 25 de abril de 1897 –es la documentación que maneja la asociación de antiguas alumnas– abrieron un colegio, inaugurado el 1 de octubre de ese año, con el nombre de la fundadora de la orden: Rafaela María. En el curso 1998-99, Gestión de Centros Ecamsol asumió la titularidad del centro. A esta labor educativa se han sumado, durante estos 124 años en Valladolid, otras presencias, con una «casa de ejercicios espirituales, escuela de magisterio, residencia universitaria y su colaboración con Red Íncola», como enumeró Blázquez, quien aseguró que «la diócesis se ha beneficado abundantemente de su presencia y vocación». La residencia universitaria, que han atendido hasta este curso pasado, estrena ahora dirección y nombre, ya que pasa a llamarse Universitas Valladolid, con capacidad para 84 estudiantes.

Nadie desde la congregación –ni aquí en Valladolid ni desde Madrid– ha querido, en su despedida, explicar qué ocurrirá con la iglesia que atendían en la plaza del Salvador. Se marchan, después de 124 años, sin una aclaración pública. Ante la posibilidad de que el templo fuera pretendido por alguna cofradía como sede para su hermandad, fuentes de la Junta de Cofradías recordaron que en la actualidad no hay ninguna que carezca de dependencias canónicas, después de que La Oración delHuerto se haya establecido en San Nicolás (tras marcharse de la iglesia conventual del Corpus Christi, en Prado de la Magdalena). Lo que está claro es que la iglesia de las Esclavas dejará de ser, el 31 de julio (después de la misa de las 19:00 horas), sede de la Adoración Perpetua.

Entre las curiosidades que conlleva esta histórica marcha es que las Esclavas abandonarán una ciudad que históricamente había sido fundamental para la comunidad. Aquí está enterrada (en la iglesia) la madre Pilar, hermana de la fundadora Rafaela María. La madre Pilar vivió en Valladolid su «plenitud espiritual», desde 1903 hasta 1916, cuando falleció, el 1 de julio, en su «retiro» vallisoletano. Una placa recuerda que sus restos fueron aquí trasladados el 30 de julio de 1947.