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Zsolt Vamos utilizó un pasaporte falso con la identidad de Anton Ziska para acceder a varios mapas en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca. Vídeo de Rodrigo Ucero

El falso periodista que mutilaba libros: así atraparon al ladrón de mapas de Valladolid

Quince años después del robo, las bibliotecas de Santa Cruz, Salamanca y Toledo continúan sin recuperar los documentos robados por el húngaro Zsolt Vamos, que arrancaba hojas de los obras antiguas con herramientas de plástico que él mismo fabricaba y escondía en los cuellos de sus elegantes camisas

Domingo, 17 de noviembre 2024, 08:17

Una sola hoja de afeitar, escondida con mimo en un estuche de gafas, fue suficiente para perpetrar unos de los robos más sonados de la historia del arte en España. Con dos certificados falsos y su identidad verdadera, el uruguayo César Ovilio Gómez accedió a la Biblioteca Nacional y mutiló 10 libros para robar 19 grabados. Entre ellos un mapamundi de la obra 'Cosmographia' del astrónomo, matemático y geógrafo griego Claudio Ptolomeo, tasado en 110.000 euros. Con el botín voló a Buenos Aires, y aunque entregó parte de las obras, otras muchas desaparecieron en los recovecos del mercado ilegal de arte. El escándalo fue tal que obligó a dimitir a la escritora Rosa Regás, que dirigía por aquel entonces la Biblioteca Nacional, tras un desencuentro con el que era el ministro de Cultura, el también escritor César Antonio Molina.

En 2007, tres años después de este robo, un ciudadano húngaro que compartía el entusiasmo por los mapas antiguos encontró en César Ovilio Gómez la inspiración que necesitaba para sustraer documentos y libros de fondo antiguo de bibliotecas y archivos de toda España. Atraído por el efectivo modus operandi del uruguayo y animado por la impunidad de sus actos, Zsolt Vamos ideó un plan para saquear archivos y bibliotecas, varias en Castilla y León, y desaparecer después sin dejar rastro.

Su plan comenzaba con una investigación. Utilizaba las webs de las bibliotecas o del Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español para localizar las obras más demandadas. Sobre todo mapas y documentos de cartógrafos como Theodore de Bry, Pomponio Mela o Claudio Ptolomeo. Este último era su favorito. Muchos clientes -que vivían sobre todo en América- pagaban, y muy bien, por poder colgar en su salón un mapa basado en los cálculos y mediciones del geógrafo griego. Aunque para conseguirlo fuera necesario mutilar un libro custodiado en una biblioteca a miles de kilómetros de su país.

Al igual que César Ovilio Gómez, Zsolt Vamos ideó una profesión falsa. Se presentaba como periodista de investigación para acceder a los documentos y mostraba uno de sus cuatro pasaportes con identidades y nacionalidades fraudulentas. En unas bibliotecas se ocultaba tras el personaje del húngaro Gabor Jozsefser, en otras decía ser el lituano Romualdas Darginavicius, pero sobre todo le gustaba la identidad de Anton Ziska, reportero eslovaco nacido en junio de 1953. Ni siquiera esta fecha era cierta. El verdadero Zsolt Vamos había nacido el 31 de octubre de 1961 en Tatabánya, una ciudad húngara de 70.000 habitantes situada a sesenta kilómetros de Budapest.

Entre 2007 y 2008 llegó a visitar varias bibliotecas en ciudades como Toledo y Valladolid. Algunas ni siquiera fueron conscientes de los robos hasta que en marzo de 2008, la Real Biblioteca de San Lorenzo del Escorial dio la voz de alarma. Había desaparecido un mapa desplegable del siglo XVI que formaba parte de un tratado sobre cosmografía y expediciones geográficas editado en 1537 en la localidad suiza de Basilea.

La denuncia puso en alerta a la Unidad de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, que hasta entonces no contaba con indicios suficientes para dar con el que empezaba a convertirse en el ladrón de bibliotecas más huidizo del país.

Varias imágenes de la obra 'Geographicae' de Claudio Ptolomeo (1525), de la que el falso periodista robo tres mapas bifolio. Esta obra está considerada como uno de los textos clásicos que mayor influencia ejerció en el desarrollo de la Geografía. Rodrigo Ucero
Imagen principal - Varias imágenes de la obra 'Geographicae' de Claudio Ptolomeo (1525), de la que el falso periodista robo tres mapas bifolio. Esta obra está considerada como uno de los textos clásicos que mayor influencia ejerció en el desarrollo de la Geografía.
Imagen secundaria 1 - Varias imágenes de la obra 'Geographicae' de Claudio Ptolomeo (1525), de la que el falso periodista robo tres mapas bifolio. Esta obra está considerada como uno de los textos clásicos que mayor influencia ejerció en el desarrollo de la Geografía.
Imagen secundaria 2 - Varias imágenes de la obra 'Geographicae' de Claudio Ptolomeo (1525), de la que el falso periodista robo tres mapas bifolio. Esta obra está considerada como uno de los textos clásicos que mayor influencia ejerció en el desarrollo de la Geografía.

Durante meses, el equipo -compuesto por cinco guardias- siguió el rastro de Vamos por varias ciudades de España. Los primeros pasos fueron descubrir la identidad del ladrón, al que llamaban Usain Bolt por la rapidez con la que desaparecía después de cada robo. Contaban con imágenes de las cámaras de las bibliotecas y copias de sus pasaportes falsos. Esas fotografías mostraban a un hombre de media edad, robusto, bien vestido, con el pelo cano y no muy alto. Pero el dato que llevó a su identidad verdadera fue la letra con la que rellenaba las fichas en las bibliotecas para acceder a los fondos antiguos. La escritura, y la firma. Los agentes realizaron un estudio caligráfico y descubrieron que coincidía con un documento de identidad expedido en Hungría para un ciudadano llamado Zsolt Vamos. Ese fue un punto de inflexión en la investigación. Ya contaban con un hilo del que tirar.

Ahora podían cotejar los registros en hoteles próximos a las bibliotecas históricas. Y en uno de estos establecimientos, el hotel Alfonso VI de Toledo, el recepcionista reconoció al ladrón. Y no solo eso, aportó otras dos cuestiones fundamentales para apresar a Vamos. Una de ellas era que viajaba en un Mercedes Benz negro y, otra, que no estaba solo: le acompañaba una mujer. El trabajador del establecimiento hostelero no se acordaba bien del ladrón, «es un hombre normal», comentó; pero de su mujer… a ella la describió perfectamente: dominicana, muy guapa, joven, muy exuberante, enumeró, «y se llama Evelyn».

Con el número de matrícula 8740-GLH, facilitado por la agencia de alquiler, los agentes establecieron controles y avisaron a la bibliotecas. Un hotel de Pamplona, el Leyre, avisó de que se habían registrado dos clientes con esas características. El operativo se trasladó a esa ciudad. La Biblioteca de la Universidad de Navarra alertó de que había solicitado investigar sus fondos. La consigna fue dejarle. Ya le arrestarían después.

Y así fue. El 8 de agosto de 2009, tras visitar esta biblioteca y el Archivo Real y General de Navarra, regresó al céntrico hotel. Los agentes de la Unidad de Patrimonio Histórico le estaban esperando. En esta ocasión su Usain Bolt no tuvo tiempo de huir.

Sorprendido y perplejo, con las maletas sobre la cama

Como muchos jóvenes de los 80, Pedro Gómez vivió los años duros del terrorismo con preocupación y pesadumbre. Quería ayudar, luchar contra ETA. Su familia, de tradición militar, le aconsejó ingresar en la Guardia Civil. Después de años en varias unidades especiales, entre ellas la del servicio de Información de la Lucha Antiterrorista, fue reclutado por la Unidad de Patrimonio Histórico. El primer caso en el que trabajó fue la investigación por los robos de mapas en bibliotecas, lo que en 2009 se denominó la 'operación Biblión'. Fue uno de los agentes que detuvo a Zsolt Vamos y a su pareja Evelyn después de perseguirlos durante meses por decenas de provincias españolas y lusas.

No se olvida de la cara de perplejidad del ladrón húngaro cuando los agentes entraron en la habitación. «Cuando nos vio no se lo creía. Estaba bastante sorprendido». Zsolt Vamos se veía tan impune, tan seguro, que ver acceder a los agentes a la habitación fue para él un shock. Mientras los guardias civiles abrían y cerraban cajas y cajones encontrando mapas, documentos y libros robados, Evelyn increpaba a su pareja. «Ella le decía 'te lo dije, te dije que me había cruzado con gente sospechosa', pero él no podía ni articular palabra», recuerda Gómez. Con las maletas sobre la cama, y aquejado por una gripe, el falso periodista no entendía que en aquel momento terminaba su carrera delictiva. O eso creían todos.

Entre la habitación y el Mercedes Benz negro, los agentes recuperaron 67 mapas e ilustraciones de las bibliotecas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja, Universidad de Navarra, Archivo General de Navarra, Soria y Capital del Burgo de Osma. El valor de lo robado superaba el medio millón de euros e incluía hojas de mapas y grabados que formaban parte de diversas ediciones de las grandes obras científicas impresas en los siglos XVI y XVII en todo el mundo de autores como Claudio Ptolomeo, Pedro Medina, Petrus Apianus, Abraham Ortelius, Jeronimo Girava, Jan Huygen Van Linschoten, Cornelius Wytfliet, Henricus Sebertus y Benzoni-Bry.

Mapas recuperados por la Guardia Civil durante la detención de Zsolt Vamos en el hotel Leyre de Pamplona el 8 de agosto de 2009. Guardia Civil/Ana Nuin
Imagen principal - Mapas recuperados por la Guardia Civil durante la detención de Zsolt Vamos en el hotel Leyre de Pamplona el 8 de agosto de 2009.
Imagen secundaria 1 - Mapas recuperados por la Guardia Civil durante la detención de Zsolt Vamos en el hotel Leyre de Pamplona el 8 de agosto de 2009.
Imagen secundaria 2 - Mapas recuperados por la Guardia Civil durante la detención de Zsolt Vamos en el hotel Leyre de Pamplona el 8 de agosto de 2009.

Junto con los documentos, se intervinieron dos pasaportes falsos y el material casero con el que cometía los robos: cuchillas, reglas, cúteres alterados a mano para que no fueran descubiertos por los detectores de metales. También camisas y americanas con doble fondo para esconder los documentos que robaba. Y una agenda en la que había anotado minuciosamente una ruta de bibliotecas que tenía previsto visitar en 28 ciudades de España, entre ellas el Archivo de Simancas y la catedral de Palencia, así como localidades de Portugal, Italia y Francia. En un lugar de la habitación se encontraba una obra de fondo antiguo embalada para enviar a una casa de Hungría que pertenecía al padre del propio ladrón. Este tipo de delincuentes suele contar con un equipo para sacar del territorio la mercancía. Zsolt Vamos se ocupaba de los robos y, Evelyn, de la logística.

El ladrón del cúter blanco y su paso por Soria

A Pilar Calvo y Josefa Ortego les quedan pocos años para jubilarse. Trabajan como auxiliares en la Biblioteca de Soria, donde se encargan de gestionar, mantener y catalogar los fondos bibliográficos. «Los libros son como nuestros hijos», explican. De alguna forma se preguntan en qué pudieron fallar. «Te vuelves más temeroso. Por supuesto que no estamos exentos de que vuelva a pasar, pero ahora es más difícil porque contamos con más medidas de seguridad. Pero es algo que tenemos encima, como una espada de Damocles», se lamenta Pilar Calvo.

A finales de julio, Zsolt Vamos visitó estas instalaciones. Solicitó consultar cuatro obras: 'Geographicae' de Claudio Ptolomeo (1525), 'Theatrum orbis terrarum' de Abraham Ortelius (1603), 'Cosmographia' de Jerónimo Girava (1556) y 'Tertia pars India orientalis', de Jan Huyghen van Linschoten. La sala de investigadores está rodeada de cristaleras. Una puerta transparente separa esta zona del lugar destinado a estudio y lectura. A pesar de ello, nadie le vio mutilar las obras. Una sola mañana le bastó para llevarse 26 mapas bifolio que cortó meticulosamente con un utensilio afilado. «En aquel momento se le llamó el ladrón del cúter blanco», recuerda la auxiliar. Hasta después de unos días, y tras recibir una comunicación de otra biblioteca, no fueron conscientes del robo. No se podían imaginar que aquel hombre educado y bien vestido fuera el temido delincuente que saqueaba archivos y bibliotecas.

La primera imagen muestra la obra 'Cosmographia', de Jerónimo Girava (1556). El ladrón húngaro robó el único mapa desplegable de la obra. En la segunda fotografía, la sala de investigadores de la Biblioteca de Soria donde Zsolt Vamos cometió el robo. En 2009 no contaba con cámaras de seguridad. En la última imagen, una de las auxiliares de la Biblioteca de Soria coloca las obras de fondo antiguo en el depósito. Rodrigo Ucero
Imagen principal - La primera imagen muestra la obra 'Cosmographia', de Jerónimo Girava (1556). El ladrón húngaro robó el único mapa desplegable de la obra. En la segunda fotografía, la sala de investigadores de la Biblioteca de Soria donde Zsolt Vamos cometió el robo. En 2009 no contaba con cámaras de seguridad. En la última imagen, una de las auxiliares de la Biblioteca de Soria coloca las obras de fondo antiguo en el depósito.
Imagen secundaria 1 - La primera imagen muestra la obra 'Cosmographia', de Jerónimo Girava (1556). El ladrón húngaro robó el único mapa desplegable de la obra. En la segunda fotografía, la sala de investigadores de la Biblioteca de Soria donde Zsolt Vamos cometió el robo. En 2009 no contaba con cámaras de seguridad. En la última imagen, una de las auxiliares de la Biblioteca de Soria coloca las obras de fondo antiguo en el depósito.
Imagen secundaria 2 - La primera imagen muestra la obra 'Cosmographia', de Jerónimo Girava (1556). El ladrón húngaro robó el único mapa desplegable de la obra. En la segunda fotografía, la sala de investigadores de la Biblioteca de Soria donde Zsolt Vamos cometió el robo. En 2009 no contaba con cámaras de seguridad. En la última imagen, una de las auxiliares de la Biblioteca de Soria coloca las obras de fondo antiguo en el depósito.

El disgusto duró pocos días. Una semana después, Zsolt Vamos era detenido en Pamplona y la Biblioteca Pública de Soria fue una de las afortunadas que consiguió recuperar sus mapas. Pero el daño era evidente. Las cuatro obras fueron trasladadas a la localidad vallisoletana de Simancas para ser recuperadas en el centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura. Paloma Castresana y María Teresa Matres fueron las encargadas de la restauración. En 2011 comenzaron por las dos más deterioradas y, en 2016, las otras dos. Castresana explica que los mapas habían sido cortados de forma meticulosa, con un corte limpio. Y esto es bueno, porque no se daña el papel, «pero dificulta el hecho de unirlos, porque si se desgarra la fibra es más sencillo que quede bien porque las mismas fibras se unen entre sí».

«Hay mucho loco por el mundo», reflexiona, «es una pena que esta gente que no tiene escrúpulos sea capaz de mutilar y robar lo que es de todos». Solo la restauración de estos cuatro libros se valoró en 225.000 euros. Es lo que a veces no trasciende de los expolios al patrimonio, el elevado gasto de la recuperación de las obras. Y el tiempo.

El cambiazo del libro en la Universidad de Valladolid

Pilar Rodríguez ha cumplido ya los 76. Desde hace diez disfruta de su jubilación. De 1992 hasta 2013 fue la directora de la Biblioteca de la Universidad de Valladolid. Recuerda con pesar la visita de Zsolt Vamos a las instalaciones que dirigía. «Fue un disgusto muy grande», reconoce. En su caso, descubrieron el robo por casualidad. Un día después de que el falso periodista consultara 'El arte de navegar' de Pedro de Medina (1545), una restauradora acudió a la biblioteca para trabajar en una hoja rasgada de ese mismo libro. Debajo de las tapas originales había dejado otra obra similar, pero sin valor. «No nos podíamos creer que nos había dado el cambiazo». «Se trataba de una obra muy importante, porque habla de la navegación, de los vientos, de las mareas, de las cartas náuticas…» prosigue, «tuvo mucho valor para la época y se llegó a traducir a cinco idiomas. Se llegó a pagar 600.000 euros por un ejemplar». Zsolt Vamos también se había llevado 22 mapas, algunos de su geógrafo favorito: Claudio Ptolomeo.

Pilar Rodríguez fue directora de la Biblioteca de la Universidad de Valladolid desde 1992 hasta 2013. En las otras dos imágenes, María Teresa Matres y Paloma Castresana, restauradoras del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ubicado en la localidad vallisoletana de Simancas. R. Ucero
Imagen principal - Pilar Rodríguez fue directora de la Biblioteca de la Universidad de Valladolid desde 1992 hasta 2013. En las otras dos imágenes, María Teresa Matres y Paloma Castresana, restauradoras del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ubicado en la localidad vallisoletana de Simancas.
Imagen secundaria 1 - Pilar Rodríguez fue directora de la Biblioteca de la Universidad de Valladolid desde 1992 hasta 2013. En las otras dos imágenes, María Teresa Matres y Paloma Castresana, restauradoras del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ubicado en la localidad vallisoletana de Simancas.
Imagen secundaria 2 - Pilar Rodríguez fue directora de la Biblioteca de la Universidad de Valladolid desde 1992 hasta 2013. En las otras dos imágenes, María Teresa Matres y Paloma Castresana, restauradoras del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ubicado en la localidad vallisoletana de Simancas.

En este caso, ni los documentos ni la obra de viajes fueron recuperados. Corrieron la misma suerte la Biblioteca de Toledo, la de San Lorenzo del Escorial y la Universidad de Salamanca, que fue de las primeras en alertar a la Guardia Civil después de constatar que había visitado las instalaciones dos veces en 2009. Todas ellas incrementaron sus medidas de seguridad, incorporando más cámaras en las salas de consulta.

En 2013, cuatro años después de la detención, Zsolt Vamos no se presentó al juicio. Desde entonces está en busca y captura. Al final, como el ladrón uruguayo César Ovilio Gómez, no ha llegado a pisar la cárcel. El guardia civil Pedro Gómez está seguro de que esté donde esté seguirá robando obras de arte. Aunque no pierde la esperanza «Algún día será localizado y espero que la Unidad de Patrimonio Histórico participe en la detención».

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