Muere el procurador de Vox Francisco Javier Carrera Noriega a los 59 años
Obituario ·
Diagnosticado de cáncer en junio de 2023, ha permanecido activo en las Cortes de Castilla y León hasta el Pleno del 11 de septiembre, cuando recibió la ovación de su bancada
Francisco Javier Carrera Noriega (Oviedo, 24 de marzo de 1965) apareció una tarde en la cafetería de las Cortes con la maquinita de la quimioterapia. Tomaba un café con otros procuradores de Vox y compartió sin disimulo la mala noticia que traía consigo aquel aparato. ... Un cáncer de páncreas. A sus compañeros se lo había dicho el 27 de junio de 2023, justo antes de la campaña de las elecciones generales anticipadas, al volver del hospital. La mala noticia incluía metástasis. «Vamos a pelearlo», dijo entonces y repitió después muchas más veces. «No quiero saber de plazos, de vidas, de nada, voy a seguir luchando», les dijo entonces.
Lo recuerda bien Rebeca Arroyo. Azares de la vida, ella era la número 4 de aquella papeleta de Vox por Valladolid en la que Francisco Javier Carrera ocupaba el número 3. «Hasta el último minuto quería vivir. De vez en cuando, en un brote de sinceridad, me decía 'ánimo, que vas detrás', y yo le decía que no tenía ningún interés», dice ella.
Ha sido un parlamentario duro, de los que se preparan la intervención con números, datos, gráficos y lo que sea necesario. «Exigente», dicen de él. Desde su llegada al hemiciclo, el hombre de la economía en el grupo parlamentario de Vox, dada su trayectoria profesional. Licenciado en Derecho, trabajó en el sector financiero durante su vida laboral fuera de la política, empezando por Segur Caixa, Atradius, Nationale Nederlanden, para acabar en la Caja de Ahorros de Zaragoza y su sucesora, Ibercaja, en las que ejerció desde 1994 hasta 2021.
El 11 de septiembre intervino por última vez. Defendía una proposición no de ley sobre vivienda. Entre la primera intervención y la segunda, diez minutos y 38 segundos. Sus propios compañeros pensaban que no podría hablar desde la tribuna de oradores. Carlos Pollán (Vox), presidente de las Cortes, le invitó incluso a que presentara el texto desde su escaño si lo deseaba. Renunció.
Cuando llegó ante el micrófono, suspiró largamente, bebió agua y comenzó. «Por fin hemos levantado la veda de los impuestos, menos mal que hablamos de algo que interesa a los ciudadanos en esta comunidad», dijo en la réplica. Cuando terminó, la bancada de Vox se puso en pie para aplaudir su intervención. No se sabía, en ese momento, que iba a ser la última.
En el Pleno siguiente su asiento estaba vacío. «Iba a venir, pero al final no ha podido», explicaba una compañera de grupo. Durante este año y cuatro meses en los que la enfermedad se ha desarrollado, su físico se resintió, pero sus ganas de seguir en la brecha política no. No solo colaboró activamente en la campaña de las generales de 2023, sino que llegó a pasar por el hospital un martes para aparecer por una comisión el viernes, para pasmo de sus compañeros.
«Es una persona amable, educada, un caballero», dice Rebeca Arroyo. «Una persona muy trabajadora, meticulosa hasta el límite, que preparaba cada intervención hasta el último detalle». Como vicepresidente del Comité Ejecutivo Provincial de Vox en el que él mismo había pedido entrar, Javier Carrera asistió de forma telemática a la última reunión. Fue hace una semana. Apenas pudo intervenir. «Y al final dijo 'disculpadme, que no he podido hablar mucho, pero estoy cogiendo fuerzas para seguir trabajando'», explica su compañera en las Cortes.
Hasta ahí lo político y lo profesional, pero muchas veces los hobbies y las aficiones definen más a la persona que el trabajo. Para empezar, era piloto de ultraligeros. «Le encantaba pilotar y lo que peor llevaba era que no podía volar», dice la que será su sucesora en el escaño de las Cortes de Castilla y León. También viajar.
En marzo, ya con muchas secuelas por la enfermedad, viajó hasta la India, siempre ansioso de conocer otras culturas. En verano ya no pudo moverse de casa. También jugó al rugby, afición que en Valladolid le llevó a militar en las filas de El Salvador de veteranos, según cuentan. También escribió dos novelas, 'La tierra de los Corazones Negros' (Ed. Punto Rojo Libros, 2015) y 'El secreto de Marcel' (Ed. Adrián Naranjo, 2022), y ya tenía mente una tercera. La segunda de ellas, de hecho, ubicaba la trama en Andrín, en el concejo de Llanes, Asturias, donde tiene sus raíces familiares.
Sus compañeros guardan también un recuerdo para su pareja, Silvia Guilarte, que ha sido «un apoyo incondicional» durante esta dura etapa en la que, insisten, sus ansias de vivir la experiencia política le han empujado a seguir adelante por encima de lo que cabría esperar.
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