Votaciones de reojo en Castilla y León: Vox acusa al PP de cambiar en función de su voto

Fue el primer éxito de la mañana para el PSOE, que aún cosechó una segunda votación unánime. Fue la de una proposición no de ley sobre Monte La Reina, el espacio que el Ministerio de Defensa volverá a utilizar en Toro (Zamora) y que 'repoblará' así con militares y sus familias una zona que padece una despoblación severa. De nuevo era un texto sin aristas. Pedía a la Junta un plan integral para atender las necesidades de esas familias que van a llegar. Y de nuevo unanimidad. 78 a 0. Y, según Vox, con el mismo 'modus operandi'. «Habíamos anunciado que la íbamos a apoyar, el PP tenía previsto no hacerlo y finalmente lo ha hecho para no quedar retratado», reiteró Juan García-Gallardo.

Vox, en cambio, se encontró con una posición contraria de su ex socio, el PP, en una proposición no de ley en la que abogaba por una reducción de impuestos en la compra de viviendas. Primero para los jóvenes menores de 35 años con ingresos inferiores a 37.800 euros y familias con menores a su cargo, para los que se pedía una bonificación del 100% del impuesto de Actos Jurídicos Documentados y el de Transmisiones Patrimoniales. Para el resto, reducciones de tipos. Y en lo que tocaba a 'instar' al Gobierno, pedir además que se recuperara la deducción por inversión en vivienda habitual en el IRPF, por ejemplo. Vox se quedó solo… A medias. Por Ávila, Francisco Igea, Soria ¡Ya! y UPL se abstuvieron. El PSOE y Podemos votaron en contra. Y el PP también.

«Nos deja estupefactos», decía García-Gallardo. «Se ha unido al resto de grupos, en especial al PSOE, para no favorecer el alivio fiscal en la adquisición de vivienda de los jóvenes de Castilla y León».

¿Tal es el nivel de enfrentamiento PP-Vox? Pues según el PSOE no tanto. «En las 21 votaciones de las comisiones celebradas hasta ahora [desde la ruptura del pacto], solo han votado diferente en una», les recordaba el día anterior el socialista Luis Tudanca. Y esta vez también hubo un voto conjunto. Fue en la proposición no de ley del PP contra el pacto económico firmado entre PSOE y ERC a favor de la financiación «singular» para Cataluña. Ricardo Gavilanes, portavoz popular, tradujo la abstención de los 26 procuradores socialistas presentes como una actitud «tibia, que sigue la senda de su amado líder, Pedro Sánchez». Mañueco obtuvo el «aval» de las Cortes para presentar cuanta resistencia jurídica pueda a que ese acuerdo financiero se lleve a cabo.

El PP insistió en que ese pacto supondrá «un gran gravamen para el resto de las comunidades y de los castellanos y leoneses», porque el Estado «no va a tener la capacidad económica que debiera tener». El PSOE defendió que siguen en la misma posición que siempre, que debe negociarse una financiación suficiente para todos los territorios que tenga en cuenta las circunstancias peculiares de cada territorio, como la dispersión geográfica, la demografía, el envejecimiento… Y de nuevo sacó las cuentas. Rosa Rubio aseguró que «en 2025 vuelve a incrementarse un 10% más, llegarán 9.541 millones de euros», el dinero transferido desde el Gobierno para pagar los servicios esenciales.

Aquí el PP no solo se encontró con los votos a favor de Vox y del resto de los grupos. También con una posición idéntica de dos antagonistas, Juan García-Gallardo y Francisco Igea. El primero de los ex vicepresidentes, el que lo fuera con Ciudadanos, echó en cara al PP su posición en otras circunstancias históricas: «Ustedes han defendido el cálculo del cupo vasco para mantenerse en el Gobierno», les dijo. Y el segundo de los ex vicepresidentes, el de Vox, se acordó del catalán en la intimidad de José María Aznar. «El señor Aznar pactó con el señor Pujol, en el famoso pacto del Majestic, y ahora cuando el señor Sánchez hace algo parecido, el PP reacciona de forma creo que correcta pero incoherente. El bipartidismo ha alimentado el separatismo», acusó.

Con este ambiente de vigilancia al rival y votaciones paradójicas comienza el curso. En lontananza se avista el próximo lunes, cuando se celebrará esa ronda de contactos anunciada por Fernández Mañueco para intentar sacar adelante los presupuestos autonómicos. Y esas votaciones sí que se anticipan, a la vista de lo ocurrido hoy, inciertas.