Evita la cárcel el acusado de vaciar las cuentas de un anciano con alzheimer

Durante todo este tiempo de instrucción (el nonagenario falleció en febrero de 2021), José Antonio Sanjuanes ha ido abonando esas cantidades estafadas paulatinamente al resto de herederos. Pagó 120.000 euros durante la instrucción y recientemente, antes de la celebración de esta vista, ingresó otros 10.000 euros. Ahora, le quedan por pagar casi 9.000 euros a uno de los perjudicados, que según la vista de este lunes ya ha retirado la acusación particular tras ese compromiso acordado este lunes en la Sección Cuarta de la Audiencia de Valladolid.

Los hechos se remontan al final de la segunda década de este siglo. Sanjuanes logró un poder general tres años antes de que la víctima, nonagenaria y con un deterioro cognitivo grave, falleciera el 3 de febrero de 2021. Durante ese tiempo, el acusado se aprovechó de su delicado estado de salud para apropiarse de más de 100.000 euros que tenía en varias cuentas bancarias. Incluso consiguió que los pagos sanitarios del Benito Menni, alrededor de 108.000 euros, fueran cargados a una cuenta bancaria de la que José Antonio no sería beneficiario tras el fallecimiento del anciano, según el testamento firmado por el anciano.

Tres años antes de la muerte del nonagenario, cuando este estaba ingresado en el Río Hortega, el ahora condenado se hizo con un poder, además de ser nombrado titular del enfermo, para iniciar movimientos en las cuentas a su favor. En ese momento, el anciano tenía «incapacidad de decidir».

A partir de ahí, comenzó a despatrimonializar las cuentas con transferencias de todo tipo, además de giros mensuales a la cuenta bancaria que en un futuro, cuando muriese el titular, heredaría según reflejaban las últimas voluntades del enfermo. De esta forma, la acusación pública enumeraba varios movimientos con el fin de «apropiarse indebidamente», como la extracción de 42.450 euros del Banco Santander.

Transferencias que completaba con giros mensuales, incluso después de fallecer el anciano, a la cuenta de la que sería titular una vez muerto. De esta forma, desvió 56.000 euros, divididos en recibos mensuales de 2.000 euros. El presunto delito de apropiación indebida se completaba con retiradas de dinero de otras cuentas por valor de 21.000 euros.

Tras ese conglomerado de transferencias, giros y extracciones, las cuentas del nonagenario quedaron tras su muerte en 49.234 euros (Santander), 18.460 (Sabadell) y 197.378 (Bankia). Precisamente, esta última es la que figuraba en el testamento del enfermo que sería para José Antonio Sanjuanes y su mujer, si bien la pareja no estaba dentro del procedimiento al no constar en la apropiación indebida.

Ahora, con la reparación del daño, Sanjuanes evitará la cárcel según el acuerdo ratificado este lunes en la Audiencia, ya que inicialmente se enfrentaba a tres años y medio de prisión.