Cerrar la persiana o sobrevivir con muchas dificultades. A este panorama se enfrentan los estudios fotográficos de Valladolid tras conocer una de las medidas que acompaña la llegada del nuevo DNI 4.0. El pasado 2 de junio, el ministro del Interior, Fernando Grande- ... Marlaska, explicó que para capturar las instantáneas que rubrican la identidad de cada ciudadano, ya no será necesario acudir al estudio de fotografía. Las comisarías de todo el país se equiparán con material fotográfico y relizarán las capturas en el momento de la realización del documento. Y con ello, miles de estudios fotográficos verán cómo una de las principales fuentes de ingresos se difumina, al igual que la idea de seguir en un futuro cercano con sus negocios.
Publicidad
«Creo que esta medida va a influir mucho. La mayoría tendremos que cerrar del todo o cambiar el modelo de negocio porque un estudio es difícil de mantener si te quitan una fuente de ingresos importante como son las fotografías de los carnés», comenta el presidente de la asociación de fotógrafos profesionales de Valladolid, Jonathan Damián. Asegura que detrás de esta decisión se esconden ciertas trazas de intrusismo. «Me parece muy mal esta medida porque supone intrusismo. Nosotros somos fotógrafos, hacemos fotos, y no vamos a la comisaría a poner multas ni denuncias, ni a controlar el trafico», apunta enfadado.
Noticia Relacionada
Además de dejar de ingresar, Jonathan cree que la calidad de las fotografías que se incluyan quedará sensiblemente mermada con esta medida. «Solamente tienes que preguntar a la gente que se haya renovado desde hace unos años el carné de conducir y te va a poder decir la diferencia que hay entre una fotografía que puedes hacer en un estudio y la que te hacen en el psicotécnico con una webcam. De las personas a las que he preguntado, todas me dicen lo mismo. Que no se reconocen, que no son ellos, que salen muy oscuras y todo ese tipo de cosas», señala.
Uno de los matices que el ministro del Interior incluyó tras su anuncio, fue que el sector fotográfico apenas notaría un impacto del 10% respecto a su facturación. «Es un dato completamente irreal. El problema es que nuestro sector engloba gran diversidad de negocios como estudios de publicidad, moda, venta de equipos fotográfico y demás. Por ello, al realizar estos cálculos no se está incluyendo solo a los estudios fotográficos, para los que el impacto será mucho más que ese 10%». subraya Jonathan Damián.
Publicidad
Otro fotógrafo vallisoletano, Javier Padilla, se muestra categórico a la hora de reflejar lo que supondrá esta medida. Con su estudio situado cerca de la comisaría de Policía Nacional del barrio de Las Delicias, él tiene claro lo que esta decisión va a significar para su negocio. «Esto va a ser la ruina; dicen un recorte del 10% del negocio, pero para nosotros, que estamos más cerca de las comisarías, va a ser bastante más. Para la gente que estamos aquí a lo mejor nos puede llegar a suponer un impacto de un 30% de la facturación o más», augura amargamente. «Las fotografías de carné son nuestro día a día. Es nuestro sustento diario, si esto nos lo quitan, pues por ejemplo la persona que tenemos aquí nosotros contratada, actualmente en ERTE, tendrá que irse a la calle porque no la podremos mantener», lamenta Javier.
Por su proximidad, a su estudio acuden como clientes varios de los funcionarios que trabajan en la comisaría. A ellos, esta medida también les afecta. «He hablado con alguno de los funcionarios que trabajan dentro y me comentan que para ellos no deja de ser un problema añadido porque a su labor ahora se añade también la de ser fotógrafos», relata Javier Padilla.
Publicidad
También coincide con Jonathan en que el factor diferencial será la experiencia y el trato de los profesionales. «Yo con una persona me puedo tirar aquí el tiempo que necesite hasta poder realizar una buena foto. Eso no sé si será posible en las comisarías con toda la gente que debe ser atendida. Van a tener mucho menos tiempo y más complicaciones», prevé Javier. Además, el fotógrafo no cree que esta decisión respecto al nuevo DNI vaya a suponer un ahorro significativo para la gente. «Un ciudadano que se gasta cinco o seis euros cada diez años en unas fotografía de tamaño carné hace que se mantenga el negocio de muchas personas que pagamos impuestos, seguros sociales, tenemos un empleado y, con esta medida, todo esto se va a acabar. No sé hasta que punto interesa esto», afirma.
Por otra parte, Javier Padilla mira hacia otros países europeos para intentar buscar un método que aúne todos los puntos de vista y no sea tan perjudicial para los negocios de fotografía. «En otros países de Europa en los que han tenido este mismo problema, lo han solucionado. En Alemania, por ejemplo, han creado un servidor donde el cliente acude al estudio de fotografía y en vez de llevarse la foto en papel, el fotógrafo envía la fotografía a la comisaría a través de una nube en la red», explica. Al echar un vistazo hacia el futuro cercano, Padilla solo observa incertidumbre y pesimismo. «No vemos solución, la única vía de escape es que el empleado que tenemos aquí seguramente tendrá que irse a la calle. No sabemos cómo vamos a hacer para reinventarnos y seguir abiertos».
Publicidad
Para Nuria Niño, cuyo estudio de fotografía se ubica junto a la comisaría de Policía de Parquesol, los próximos meses serán un calvario entre la incertidumbre de si podrá seguir abierta y el miedo a tener que echar la persiana a su negocio. Con apenas dos años de vida, la ilusión con la que lo montó se desvanece en cada lágrima que sale de sus ojos. Y es que Nuria Niño no puede evitar emocionarse al tener que hacer frente a un posible certeza que ronda su cabeza. Quizá no pueda seguir con su estudio abierto tras el mes de agosto. «Si nos quitan esa gran parte, no sé si voy a poder sobrevivir. A lo mejor se pierde un 30% o 40% de los ingresos con esta medida. En mi caso, soy nueva y esto ayuda a que te conozcan porque entra gente a hacerse la fotografía del carné y ve el estudio, además de cubrir una serie de gastos. Para mi es un palo muy gordo porque estamos pasándolo bastante mal y ahora mismo que nos quiten esto es la puñalada final».
Guillermo Arranz lleva toda una vida retratando personas desde su estudio de la calle Torrecilla. Muy cerca de él, se sitúa la comisaría de Policía de la calle Fray Luis de Granada. «No nos han dado tiempo para hacer previsiones, ver qué soluciones podemos tomar, qué hacemos con las inversiones que hemos hecho si tenemos que cerrar.... Las fotos del carné son el único artículo por el que el ciudadano debe acudir obligatoriamente a nuestras tiendas».
Publicidad
Noticia Relacionada
Para Guillermo Arranz con este tipo de decisiones se enturbia la capacidad emprendedora de futuras generaciones. «Viendo esto: ¿Qué motivación van a tener los jóvenes cuando están viendo que a sus padres, a sus abuelos les están cerrando los comercios de un día para otro?», se pregunta indignado. Igual de contundente se muestra a la hora de definir su futuro. «Vamos a tener que cerrar. El impacto va a ser brutal. Muchos irán al paro y las tiendas tendrán que cerrar», vaticina.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.