Considerada un regalo de Alá por sus altos beneficios nutricionales al ser rica en vitamina C, calcio y hierro, ahora es considerada un 'superalimento' y comienza a comercializarse procesada, empleada como producto Gourmet. Este 'oro blanco', como lo denominan en Kenia, segundo país productor después ... de Somalia, para hidratarse y nutrirse en sus viajes por el desierto, puede además ser la gran alternativa para los alérgicos.
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Una investigación de la Universidad de Valladolid (UVA) y el Río Hortega revela que esta leche puede ser una posible alternativa en los pacientes alérgicos a la leche de otros mamíferos rumiantes. El trabajo de fin de grado de Adrián Rodríguez Ramírez demuestra que la leche de dromedaria fue mejor tolerada que la de vaca, específicamente en pacientes sensibilizados a betalactoglobulina, una proteína que se encuentra en el suero de la leche de vaca. Un 5% de las personas hipersensibles a los alimentos tiene especial intolerancia a la leche de vaca, oveja o cabra, especialmente afecta a los varones y a los niños pequeños, según recoge esta investigación. El trabajo dirigido por la doctora Alicia Armentia, catedrática de Alergología y jefe del servicio en el Río Hortega, busca valorar la respuesta alérgica a este lácteo de camélido en todos los pacientes alérgicos a la leche de vaca durante un año en este hospital de la zona Oeste.
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Explica el trabajo que «el camello no es un rumiante sino un Tylopode y la composición de su leche es muy diferente. La concentración proteica de la leche de vaca es dos veces mayor que la de la leche humana y, entre sus alérgenos principales, están la betalactoglobulina, ausente en la leche humana y la alfa-s1-caseína, con poder anafiláctico»
Sin embargo, la alergia a la leche de camella «es extremadamente rara incluso en los países donde más se consume». La más similar a la humana es la de burra que contiene más proteínas en el suero (35%-50%) que la de vaca (20%). La betalactoglobulina de la leche de burra «es un monómero y la leche de los rumiantes un dímero y tienen gran contenido en lactosa como la humana». En cuanto a la de cabra se asimila mejor que la de vaca, su proteína mayoritaria es la beta-caseína, pero «su alergenicidades similar a la de la leche de vaca y oveja, por lo que no son una alternativa para los alérgicos», repasa.
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La leche de camella «es más digestiva, sin betalactoglobulina y con una beta-caseína, una proteína que se digiere mejor, diferente en estructura a las demás leches, Contiene más antibacterianos (lisozima, lactoferrina) que la leche de vaca y similar cantidad de inmunoglobulinas que la humana».
A la de camella se le han atribuido propiedades antibacterianas y beneficiosas para la microbiota intestinal, inmunomoduladoras, antioxidante y potenciadoras de la inmunidad natural, antiinflamatorias y analgésicas e, incluso, antidiabéticas. También, repasa el estudio, se han detectado, incluso, otros efectos beneficiosos sobre el autismo o el cáncer, que «requieren más estudios». «El interés de nuestro trabajo se centra en valorar si la leche de camella y, en concreto, la de dromedaria de Lanzarote, sería una alternativa nutricional útil y segura en pacientes tanto niños como adultos con síntomas alérgicos graves por hipersensibilidad mediada por la prueba de la inmunoglobulina E alérgeno-específica (IgE) a la leche de vaca».
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El estudio no solo valora este producto desde un punto de vista sanitario y como alternativa para los alérgicos y celíacos sino como «una interesante fuente de creación de empleo, granjas, productivo y de conservación medioambiental. Y cada vez son más las personas con problemas alimentarios y no es solo la leche de forma directa, es que se emplea en muchos otros productos que ni sabemos que la llevan como el chorizo y una alternativa para este tipo de pacientes sería muy interesante», apunta la doctora Armentia.
Esta investigación, el trabajo de fin de grado del ya médico Adrián Rodríguez Ramírez, no solo resulta original en su planteamiento sino que parte de una experiencia personal de este joven que, actualmente, prepara el MIR con vocación de facultativo de Familia en su tierra natal, Canarias; aunque no descarta como destino profesional Valladolid «porque mi novia es de allí;pero a mí me gusta mucho mi tierra, osea que entre ambas estará la elección».
Explica que «el interés por este trabajo propuesto por la doctora Alicia Armentia surge después de comentarlo un día en una de sus clases de Alergología, allá por el mes de mayo del año pasado. En él tratábamos el tema de alergias cruzadas entre alimentos y su propuesta hizo encender una bombilla en mí sobre aquellas historias que se contaban en mi familia, cuando parte de ella se tuvo que marchar al Aaiún, la ciudad más importante del Sahara Occidental y la que fue la capital del antiguo Sahara Español hasta diciembre de 1975».
«El ella –recuerda Adrián– pasaron buena parte de su infancia, hasta el año 1975, fecha en la que regresaron a Canarias justo antes de que tuviera lugar la llamada Marcha Verde. Es de esa etapa de donde vienen las historias que me contaban, resultado de esa mezcla cultural. En ella era habitual el consumo de leche de camella, sobre todo la tomaban los más antiguos lugareños y, en especial, los más jóvenes. Y es que, debido a las condiciones climáticas y geográficas, el camello era un bien muy preciado y que se criaba muy bien». Por aquel entonces, explica «hacía las veces de medicina, medio de transporte o animal de carga y era fundamental, por lo tanto, para el desarrollo y las condiciones de vida en el día a día. Estaba mucho más arraigado el consumo de su leche que ahora y se sabía ya por aquel entonces de forma empírica, que su uso tiene potenciales beneficios para la salud».
Por tanto, «eran muchas las familias que hacían uso de este recurso, el cual se tenía en centros médicos, en las bases militares, escuelas y hacía muchas veces de 'agua' para hidratarse en travesías, debido a la escasez de agua potable procedente mucha de las veces de los pozos de la zona», describe.
Los pacientes que han participado en el trabajo proceden de la base de datos del Servicio de Alergia, Digestivo y Pediatría del Hospital Universitario Río Hortega, durante 2021. Afectados con clínica grave de urticaria, dermatitis, asma, rinitis, síntomas digestivos o anafilaxia relacionada con la ingesta de leche de vaca (1.479 personas); controles de población sana de Hemodonación (50 pacientes); alérgicos a pólenes de gramíneas sin síntomas digestivos relacionados con leche ni con ningún alimento, otro medio centenar; con esofagitis eosinofílica (67 pacientes) y celiacos (50 afectados). El hospital practicó pruebas 'in vivo' e 'in vitro'. En tres pacientes la provocación fue positiva al alcanzar dos mililitros de leche de camella, con síntomas leves; pero el resto toleró la cantidad de cien mililitros sin reacciones ni inmediatas ni tardías.
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La cría del dromedario en Canarias se da principalmente en las islas de la vertiente oriental. La buena adaptación de los camellos a las mismas dio lugar a una expansión por todo el archipiélago. Ahora está casi limitada a su uso turístico. Su presencia es mayor en las zonas sur de Gran Canaria y Tenerife, así como en todo el territorio insular de Fuerteventura y Lanzarote.
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