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Ejemplar de avispa asiática. AFP
El Río Hortega vacuna con veneno de la avispa común para proteger de la asiática a los alérgicos de Valladolid

El Río Hortega vacuna con veneno de la avispa común para proteger de la asiática a los alérgicos de Valladolid

Un laboratorio español está terminando el diseño de una inmunoterapia específica de velutina

Ana Santiago

Valladolid

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 07:22

Los fallecimientos por picadura de abejas y avispas registrados en los tres últimos años están elevando el nivel de alerta de la población. La cornisa cantábrica es la zona más afectada y, en el caso particular de Galicia, los expertos coinciden en que la situación puede ser más preocupante que en otras comunidades, debido a que la población que vive o trabaja en entornos rurales es mayor que en otros territorios, pero, sobre todo, porque en la última década ha irrumpido con fuerza una especie invasora, la avispa asiática (Vespa velutina) que se ha adaptado también perfectamente a zonas urbanas donde la avispa autóctona (Vespa crabro) no suele estar. Se calcula que esta especie provoca hasta el 90% de todas las picaduras en las áreas en las que su presencia es mayor.

Castilla y León es también una zona muy rural y que acaba de registrar un nuevo caso de una vallisoletana, aunque ocurrido en Torrelavega, que ha pasado cuatro días en la UCI del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander. La llamada 'avispa asesina' ya ha entrado por la zona sur de Salamanca a través de Portugal y Extremadura, algo que preocupa a los apicultores porque además de agresiva es depredadora de abejas.

Sacyl atendió el año pasado a 253 pacientes afectados por himenópteros

Explica la jefa de Alergología del Río Hortega –hospital que atiende a todo Valladolid–, Alicia Armentia, que, en la actualidad, «además de las pruebas cutáneas con diferentes venenos y extractos de insectos podemos hacer un análisis molecular por microarrays de las moléculas más alergénicas de cada uno o en particular. La sensibilización a cada una de ellas tiene valor pronóstico y terapéutico para afrontar una inmunoterapia específica que dura unos cuatro o cinco años y se realiza en el hospital de día del Río Hortega. A la inmunoterapia clásica con diferentes venenos de himenópteros podremos añadir en el futuro una específica para vespa velutina, especie invasora muy agresiva que no solo ataca a personas sino que depreda a las abejas».

Explica Armentia que «hay una similitud del veneno de la avispa velutina o asiática y la de nuestra avispa véspula y, por ahora, vamos a vacunar con veneno de véspula, pero hay un laboratorio español (ALK) que está terminando una vacuna específica de velutina».

El número de pacientes alérgicos a la picadura de insectos se duplica en tres años

Según los datos que facilita el Servicio de Alergología del Río Hortega, el pasado año 2018 «atendimos en total en el hospital a 253 pacientes por alergia a himenópteros y otros insectos; lo que constituye un porcentaje del 5,9% sobre la población alérgica a diferentes alérgenos –ambientales, alimentarios, fármacos– que atendimos todo el año. En 2017 fueron solo 190 que acudieron en 2017, con un aumento en un solo ejercicio del 33%.

En el año 2015 el estudio epidemiológico 'Alergológica' había detectado que la alergia a avispas y abejas fue el motivo de consulta en el 2,5% de los pacientes, por lo que «parece que estamos asistiendo a un aumento de la incidencia en esta patología, que también puede ser debido a una mejor derivación de estos pacientes desde Atención Primaria», destaca Armentia.

El Río Hortega acogerá este sábado una jornada sobre alergias y apicultura

Por ello, «hemos realizado diferentes reuniones informativas y hemos difundido infografía y métodos de manejo eficiente de las reacciones adversas a estas picaduras, así como talleres para apicultores, médicos, educadores y asociaciones de pacientes sobre el correcto uso de inoculadores de adrenalina autoinyectable, que es el único medio de paliar una anafilaxia». Precisamente este sábado, el Río Hortega volverá a acoger una jornada sobre alergias y apicultura con la participación de la asociación vallisoletana del sector Aprova, con una conferencia de esta especialista.

Un medio ambiente alterado

La doctora Armentia destaca que es difícil saber las causas de este incremento de la incidencia. «Hay una clara presión genética en las enfermedades alérgicas, pero sobre todo hay algo, hay 'aliens' en el aire que respiramos y la alimentación que consumimos –tóxicos, insecticidas, productos químicos, otros biotransformadores y agentes mutagénicos– que, sin duda, están alterando la respuesta de nuestro sistema inmunológico. Creo que el aumento de la higiene no es el culpable, es un testigo inocente. ¿Cómo estaríamos sin los avances en salud pública, las vacunas...? Los culpables somos nosotros mismos que hemos alterado nuestro clima, mares y terrenos cultivables», destaca.

Los datos del cerrado ejercicio 2018 muestran que son las avispas véspula, con 74 pacientes (1,7%); polistes, con 72 afectados (1,69%), y la abeja (apis mellifera), con 70 (1,64%) las principlaes responsables de los efectos de hipersensibilidad ed los pacientes que atiende este complejo vallisoletano, que también recibe pacientes de Segovia y Palencia para realizar pruebas cutáneas y aplicar tratamientos inmunológicos. Otros casos menos frecuentes fueron dolichovéspula, con 30 pacientes (0,70%); el mosquito con cuatro (0,09%); el tábano que suma tros tres (0,07%) y la peligrosa vespa velutina con solo uno (0,02%).

Un dron para acercar la adrenalina a zonas de difícil acceso

Si la picadura es de abeja se recomienda retirar el aguijón cuanto antes sin presionar sobre el saco de veneno y, para ello, lo mejor es rascar la zona con una tarjeta. Para bajar la inflamación es bueno aplicar frío y lavar con agua y jabón. La reacción normal a una picadura produce una hinchazón en la zona afectada menor de diez centímetros de diámetro entre el 56% y el 94% de los casos. Cuando es mayor de diez centímetros, en un 15,7% de las picaduras, se pueden tomar antiestamínicos y corticoides. La reacción alérgica grave –en un 3% de casos– se produce si hay enrojecimiento y picor en zonas distintas a la picadura, ahogo, mareos, visión borrosa, sudoración, malestar general o síntomas intestinales. Lo mejor si se da esta situación es llamar al 112 o ir a un centro médico al necesitarse adrenalina.

En una anafilaxia o reacción alérgica muy grave al veneno, si ya se ha padecido antes, es conveniente llevar la adrenalina autoinyectable encima para tratarse, ya que en media hora la persona afectada podría fallecer.

«En este sentido presentamos un proyecto al Concurso de Ideas en Sanidad, organizado por SacylInnova, que consiste en el diseño de un dron para dejar en poco tiempo la adrelina en zonas de difícil acceso. Se mandaría desde patrullas policiales que se mueven por toda la comunidad, ya que se dan picaduras en agricultores o apicultores o en un campamento infantil en zonas de montaña», explica la doctora Alicia Armentia.

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