El laboratorio general de la Facultad de Ingeniería Informática de la UVa se convirtió este jueves en un campo de batalla digital, donde la destreza cibernética era el arma más valiosa. 38 estudiantes de Ingeniería Informática y de Telecomunicaciones tuvieron que hacer frente a uno ... de los mayores desafíos de ciberseguridad mundial, el Locked Shields 2024. Se trata del ejercicio de ciberdefensa más complejo del mundo y está organizado por el Centro de Excelencia de Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN (CCDCOE), en el que los estudiantes vallisoletanos tuvieron la oportunidad única de defenderse de ciberataques hiperrealistas diseñados por los 200 mejores hackers y expertos en seguridad informática de la OTAN.
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La Universidad de Valladolid ha sido invitada a participar en este gran ejercicio por el Mando Conjunto del Ciberespacio, organismo dependiente del Ministerio de Defensa. Han formado equipo con 7 estudiantes de la Universidad de Zaragoza para competir contra otros 12 equipos universitarios y de empresas de diferentes países de Europa y de Estados Unidos.
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Con esta actividad, el CCDCOE, ubicado en Tallín (Estonia) pretende brindar a los equipos participantes la oportunidad de practicar la protección de los sistemas nacionales de Tecnologías de la Información y la infraestructura crítica, mientras se simula un ataque cibernético grave. En este caso, el escenario muestra una gran empresa de gas que está siendo atacada por ciberdelincuentes. Si bien, todo es ficticio, los estudiantes tienen que ser capaces de contrarrestar los ataques y defender la infraestructura crítica, tomando decisiones estratégicas en tiempo real. Les sirve para entrenar y poner a prueba sus habilidades en ciberdefensa y les enseña a cooperar con otros equipos.
En la sala de la UVa se escuchan murmullos. Los estudiantes intercambian ideas, evalúan posibles vulnerabilidades y fortalecen sus defensas mientras el reloj prosigue su cuenta atrás. Los ataques cibernéticos no cesan desafiando a creatividad de los alumnos. Es una batalla de ingenio contra ingenio y los vallisoletanos no lo hacen mal del todo.
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El profesor de Ciberseguridad Blas Torregrosa y el investigador Amador Aparicio son los organizadores de esta gran cita. Pertenecen al grupo de Investigación en Ingeniería de la Privacidad. «Son más de 5.000 los sistemas informáticos implicados que recibieron miles de ataques con malware de última generación. El año pasado fue la primera toma de contacto. Este año esperamos tener unos buenos resultados. Es un ejercicio hiperrealista y muy exigente. El software que se utiliza es real y simula el que tendría una multinacional de gas. El objetivo es mantener la disponibilidad de los sistemas. Nuestros estudiantes están enfrentándose a los mejores 200 hackers del mundo. Lo tienen complicado pero están haciendo un buen papel. Lo fundamental es que los chicos aprendan a defender infraestructuras críticas, algo que les tocará hacer más pronto que tarde en su vida profesional», apunta Torregrosa.
Enrique Rodríguez, es el jefe de equipo de Ciberseguridad de Cidaut, colaborador de la UVa, y se encargó de coordinar la respuesta del ataque de la OTAN. «Estamos muy satisfechos de los resultados que están obteniendo los alumnos a la hora de contener el ataque. Se ha mejorado mucho respecto a la participación del año pasado».
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Para los estudiantes, la experiencia no puede ser más positiva. Ana Espeso cursa 4º de Telecomunicaciones y no dudó ni un momento apuntarse a este ejercicio. «Es muy interesante. No pensé que pudiéramos aguantar tanto los ciberataques. El miércoles tuvimos que preparar todas las máquinas y hoy (por el jueves) nos estamos defendiendo. En clase no podemos ver un ataque en directo y tan real. Estamos aprendiendo mucho», señala esta estudiante.
El subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales, que es además ingeniero informático, no quiso perderse la competición de los alumnos de la UVa y valoró muy positivamente su participación en esta iniciativa. «Me parece maravilloso que los estudiantes puedan tener una experiencia en un entorno tan realista y que además está coordinado por la OTAN. Les ayuda a salir de la rutina, algo que es muy agradable cuando estás estudiando. Se trata de un ataque hipotético, pero que se puede dar y de hecho se da a menudo, aunque no a tan gran escala. Que ellos aprendan a defender los sistemas de los que son administradores es fundamental para su futuro como profesionales», señaló.
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Adrián Bernardo y Eduardo Martínez tenían una misión importante en esta guerra cibernética. Estaban a cargo del cortafuegos. «Tenemos que monitorizar todos los procesos. Nos han secuestrado una de las máquinas. El problema es que tenía la contraseña por defecto y estamos recuperándolo. De momento hemos conseguido bloquear al atacante», apuntan estos jóvenes mientras envían líneas de código a la red. Esta experiencia ha marcado para ellos el inicio de una emocionante carrera en el mundo de la ciberseguridad.
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