La UVA esquiva el encarecimiento energético y plantea mejoras para lograr mayor eficiencia

El 90% de la energía que abastece las edificaciones propiedad de la Universidad se obtiene de la caldera de biomasa que emplea astillas de madera de los montes próximos a la capital. «En este sentido, al no ser un material procesado como pueden ser los pélets no se nota un aumento de precio en la astilla que ayuda además a mantener los montes», señala el vicerrector de Infraestructura, Patrimonio y Sostenibilidad de la UVA, Julio Grijalba.

El presupuesto energético para este año de la UVA incluye un gasto de luz de 3'5 millones, en combustible (biomasa) de 1.555.000 euros y respecto al gas natural alcanza los 750.000 euros; datos que ponen en evidencia el aumento del coste energéitico que contrastan con los 2'5 millones del año anterior y los 520.000 que se destinaron al gas natural.

Aunque aseguran que es pronto para hablar de cifras concretas, saben que el gasto será mayor «y se notará» en el uso del gas natural por el aumento del precio de este combustible, explican desde la Universidad que gracias a la encomienda de gestión que mantienen desde hace años por la que pagan un término fijo anual, un término variable en función de la energía consumida (tasado por varios años), «solo el índice de revisión ligado al IPC podría aumentar los gastos en la factura de la energía que emplea el campus. No hay un incremento mayor que el que tenga el IPC», argumenta Grijalba.

El objetivo a corto plazo de la Universidad de Valladolid es el de no consumir combustible fósil y ponen como ejemplo el nuevo sistema de calefacción por biomasa forestal que se inaugurará en el campus de Palencia de cara al mes de octubre. «Se descarbonizará por completo, al igual que en Soria donde se emplea solo biomasa y en Valladolid al 90% y que se intentará completar al 100%; aunque en el campus de Segovia es más complicado, al estar ubicado en el centro, hacer una central de producción», aclara el vicerrector de Infraestructura.

Son pocos los edificios que emplean gas natural en la Universidad de Valladolid como el Edificio Rector Tejerina, la Facultad de Derecho y el Palacio de Santa Cruz y desde la UVA explican que «el próximo paso» será el de cambiar el sistema actual de calefacción por la biomasa. «Hay que tener en cuenta que el campus es muy extenso y disperso, pero estará dentro del paquete de medidas que se lleven a cabo a corto plazo», afirma Grijalba.

De cara al próximo año, la Universidad continúa en su apuesta por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente y llevarán a cabo mejoras de la eficiencia del distrito energético de Valladolid con la incorporación de un depósito acumulador de agua caliente –que está previsto se instale en las inmediaciones en la Facultad de Económicas– y que permitirá en momentos de consumo pico aumentar la potencia de servicio hasta un 50% gracias al acumulado nocturno.

Con esta mejora en el depósito acumulador estarían «en disposición de aumentar el número de usuarios de la red», que ya abastece a otros grandes edificios como el Hospital Clínico Universitario o al Complejo Deportivo Río Esgueva.

Asimismo, están previstas «de forma inmediata» obras de mejora en la oficina de la central de producción, en concreto en el almacén de astilla ubicado en el Campus Miguel Delibes. «Desde hace años estamos gastando menos que otras instituciones y en el momento en el que se instaló la caldera de biomasa (2014) fuimos pioneros, punto de referencia a nivel nacional y seguimos manteniendo el compromiso con la eficiencia energética y el cambio climático, tenemos que dar ejemplo», finaliza el vicerrector de Infraestructura, Patrimonio y Sostenibilidad de la UVA.