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Con la vista y la preocupación puesta desde hace meses en una escalada de los precios del gas, la luz y el combustible -que parece no tener fin- el encarecimiento de la cesta de la compra, que posiciona además a Castilla y León como la ... segunda comunidad en la que más aumenta y donde los precios han subido cinco veces más que los salarios los consumidores sacan la calculadora y cuadran cuentas para calentar los hogares en un intento por reducir los gastos ante un incierto invierno que amenaza con apretar aún más la de por sí ajustada economía de muchas familias. Son los ingredientes de un caldo de cultivo con sabor a incertidumbre que han supuesto la 'tormenta perfecta' provocando una anticipación en la decisión de compra de instalaciones de calefacción y estufas de biomasa. Los pélets y la leña incrementan «como nunca antes sus ventas» ante los elevados precios del gas natural y el gasoil.
Fabricantes y vendedores aseguran que es la primera vez también que los clientes han comenzado -por miedo a que después sea más caro o haya dificulad para encontar producto- a comprar leña y pélets a finales de junio, cuando lo normal era empezar la temporada de ventas a partir del mes de septiembre. «De hecho, este año con la anticipación de los clientes se puede hablar de una venta prácticamente continuada, porque lo normal es que se termine de vender en abril y se ha vendido de forma continuada», señala Pablo Rodero, responsable de EnPlus de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), y presidente del Consejo Europeo del Pellet (EPC). Rodero explica que en solo un año «han aumentado entre un 30% y un 40% las ventas de estufas de pélets y hasta un 15% en el caso de las calderas». Este incremento augura además unas previsiones de consumo nacional que está previsto cierren el año en torno a 806.700 de toneladas de pélets, 751.700 se gastaron en 2021.
María José Tapia
Ceo de Naturpellet
«Está pasando lo mismo que pasó con el papel higiénico en la pandemia, los clientes están comprando más cantidad de la que necesitan para hacer acopio y ese sobreestocaje puede comprometer en los próximos meses los plazos de entrega, lo que se entregaba en 24 horas antes ahora puede tardar hasta 15 días, pero nadie se va a quedar sin pélets y lo importante es que, si de media una casa se calienta con 4 palets al año, que no se compren 8 como está sucediendo en muchos casos», señalan desde Biomasa Portillo, uno de los puntos de venta que abastece a Valladolid y provincia y que está rechazando pedidos desde hace dos semanas por falta de pélets. Vendían unos 80 palets diarios en situación normal y aclaran que «más que un aumento de clientes lo que están notando es que la gente está llamando sin parar a todas las empresas para encontrar más producto», señala Sergio Sancho, que atiende más de 80 llamadas diarias de clientes que buscan pélets.
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Aunque tarden algo más en hacerse con ellos, los encontrarán, pero a un precio bien distinto, ya que ha aumentado y de forma significativa la demanda entre los consumidores que se encuentran con 'la sorpresa' de que hoy los pélets son un 67% más caros que hace un año, una cifra que escala hasta el 96% si se compara con 2017, fecha en la que se pagaba por kilo 0,26 céntimos frente a los 0,50 que cuestan ahora, según la Organización de Consumidores (OCU).
Traducido a euros: «Si antes el saco de 15 kilos costaba entre 3'5 y 4 euros, ahora estaríamos hablando de un rango de precios que oscila entre los 7'5 y los 9 euros, porque todo depende de la calidad del producto», señala María José Tapia, Ceo de Naturpellet, la segunda empresa con capacidad productiva en España que reparte 60.0000 toneladas al año y en la que llevan meses notando un gran aumento de la demanda «casi desde hace casi un año cuando se empezó a hablar de la posibilidad de que hubiese un posible apagón energético».
OCU
Tapia explica que en este caso la subida de precios del pélets no viene tanto del aumento de la demanda, «ese sería el menor factor, más bien se trata del aumento del precio de los combustibles necesarios para la fabricación y distribución del producto, que es lo que ha multiplicado los costes y pese a que los precios sean el doble el margen de beneficios es ahora menor que hace un año», señala la presidenta de la Cámara de Comercio de Segovia. Datos que respaldan en la OCU, respecto al encarecimiento en la cadena logística de la industria maderera en los últimos dos años que se podría incrementar aún más en el futuro, puesto que la electricidad supone ya el 19% de los costes totales de fabricación.
En esta fábrica, que lleva en marcha desde hace 8 años en Sanchonuño y cuyo principal clientes es Leroy Merlin, ya tienen las ventas cerradas hasta el mes de marzo, aunque reconocen que la situación «es incierta porque si la gente compra antes y más cantidad estamos a la expectativa de ver lo que suceda en los próximos meses». Eso sí, subrayan la necesidad de no crear una alarma social innecesaria y no hablan de un futuro peligro de desabastecimiento sobre unos de los sistemas de calefacción más económicos del mercado. «Aunque se hayan encarecido de forma notable los pélets también ha crecido el resto de energías, el doble el gasoil y entre 6 y 8 veces más el gas natural por lo que sigue siendo muchísimo más barato apostar por los pélets», finalizan desde la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa.
El conflicto de Ucrania, que está provocando un impacto directo que se deja notar en la economía familiar, no es ajeno al mercado de pélets. «Antes llegaban de Rusia y Bielorrusia unos tres millones de toneladas que este año no llegan y eso cambia el orden en Europa, donde hay muchos países que importan prácticamente el 100% de los pélets y esas consecuencias están llegando a España, aunque la mayoría de las empresas apuestan por proteger y abastecer primero el mercado nacional», explica la Ceo de Naturpellet, María José Tapia.
Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos
Sucede algo similar con Portugal, país que hace apenas dos años vendía en España 140.000 toneladas de pélets y que ahora está comprando este combustible a nuestro país.
Si el incremento de la venta de estufas de pélets ha sido significativo en el último año,lo mismo ha sucedido con la venta de chimeneas y estufas de leña que se han incrementado desde 2021 en un 30%, tal y como aseguran desde la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (Aeffecc).
Las ventas ya crecieron un 20% con la pandemia en 2020, «pero por entonces y con el 'boom' del bricolaje ante la obligación de estar en casa, se compraban como elemento decorativo, después en 2021 el aumento fue brutal, pero ya con otra utilidad y como búsqueda de una alternativa energética más económica debido a la preocupación por el aumento de los precios de la luz, el gas natural y el gasoil, entonces alcanzamos ese 30%», señalan desde Aeffec, asociación que detecta en sus estudios que hasta el 31 de julio de 2022 se ha producido también un crecimiento del 30% en las ventas más que en 2021 y se prevé cerrar el año por encima del 40%.
Ante la excepcional e inédita demanda «lo que sucede es que se produce un retraso en los plazos de entrega, que si antes era de 15 días hasta que se recibía la chimenea ahora puede prolongarse casi hasta los dos meses».
Maderas jesús
España es el tercer país de Europa con mayor masa forestal pero uno de los últimos en aprovechamiento de este recurso, aseguran desde Aeffcc, aunque descartan problemas de desabastecimiento de leña, «hay un auge importante en la venta de leña pero exportamos más de lo que consumimos por lo que no habría problema y eso que se está produciendo al igual que con los pélets una situación real de sobreestocaje, porque los clientes que antes pedían por ejemplo, 3 portes de 4.000 kilos ahora lo piden todo de golpe por la situación económica de los consumidores y la incertidumbre».
Desde Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos aseguran que en este caso el precio de la leña apenas ha aumentado «si antes estaba a 0'16 euros el kilo ahora está en torno a los 0,19, por lo que sigue siendo una alternativa muy económica a la hora de calentar la casa», finalizan.
Ese auge en la venta lo han notado vendedores como el vallisoletano Jesús M., que en diez años al frente del negocio de venta de leña de encina, roble y pino no ha visto nada similar a lo que sucede ahora. «Ya he vendido las 50 toneladas que tenía porque estos meses han sido una locura, este año la gente se ha interesado mucho más y bastante antes que otros años por hacer acopio de leña y está pasando como con el papel higiénico» explica el vendedor quien puntualiza, «antes nadie quería leña porque era muy sucio y era más por capricho pero al ser lo más económico la gente ahora la compra por necesidad y fundamentalmente como apoyo a otros sistemas de calefacción para abaratar costes este invierno».
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