«Agotamiento, apatía, insatisfacción por el trabajo realizado y no reconocido, elevados niveles de estrés y ansiedad, infravaloración...». Los educadores del centro regional de reforma Zambrana no pueden más y así se lo han hecho saber a la dirección, que guarda silencio ante la reiterada ... petición de que se reajuste lo que llaman el «nuevo paradigma», el marco de actuación que se aplica en el centro con los menores infractores. Según los trabajadores, esta herramienta «no funciona porque crea «una percepción de impunidad» en los menores «que cada vez son más y más agresivos». Tal es así, que solo durante el mes de abril se han registrado en el conjunto de los módulos unos 250 partes de incidencias por indisciplinas, agresiones e intentos de agresiones.
«Se está produciendo un goteo de bajas y abandonos, hay compañeros que incluso se están planteando irse a trabajar a un supermercado o a otras actividades alejadas de este trabajo, porque el nivel de estrés que estamos sufriendo es tremendo. Y es gente de vocación, muchos de ellos llevan veinte años trabajando con menores», indican fuentes del centro, que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a sufrir represalias laborales.
Los representantes de los trabajadores de la empresa Grupo 5, que tiene adjudicada la contrata del servicio por parte de la Junta de Castilla y León, que es la Administración competente en materia de protección de menores, han hecho llegar a la dirección del Zambrana sendos escritos de queja en los que, además de la sobrecarga de trabajo, advierten de que el tiempo que tienen que dedicar a realizar funciones administrativas delante del ordenador, que se han incrementado con el nuevo sistema, como rellenar partes de todo tipo, les roba tiempo para atender a los internos, cuyo número ha aumentado.
Al año se cumplimentan cientos de partes informativos en los módulos del Zambrana por parte de los educadores, y ello sin contar los partes de incidencias. «Nos estamos olvidando del trabajo real con los menores, que es la atención directa. En este momento, un educador por turno se encuentra de manera constante sentado frente al ordenador, realizando funciones administrativas que inciden en la sobrecarga de tareas», señala un segundo escrito de queja. Denuncia un «agotamiento generalizado en todo el equipo educativo» por lo que solicitan que se tomen medidas.
En la actualidad, una plantilla de 80 trabajadores (divididos en tres turnos diarios) se ocupa de 58 menores, un 25% de ellos muy conflictivos. La mayoría de ellos cumplen medidas de internamiento por maltrato a los padres, y son ellos los que tienen un porcentaje más alto de rehabilitación. Le siguen los ingresos por peleas y robos, hay seis chicos que están por violación y uno, por asesinato. Hay un 8% de los habitantes del Zambrana que terminarán en prisión porque seguirán cometiendo delitos.
Centro de Reforma Zambrana
Los educadores creen que el seguimiento impuesto por la dirección mediante partes no es adecuado a los fines de resocialización de los menores. «Llevar a cabo un parte semanal para saber la situación, motivación, intereses de cada uno de ellos es una actividad carente de sentido con un resultado irreal: las respuestas de los menores distan mucho de lo que de verdad les sucede y cuentan lo que creen que es más apropiado. Resulta más eficaz cuando estas manifestaciones se producen con una percepción de naturalidad y espontaneidad por su parte», explican.
«Riesgo elevado para la integridad física»
Uno de los fallos del nuevo método implantado en el centro, que ya han denunciado los educadores ante la Junta sin éxito, es la supresión de lo que denominan «la economía de fichas», es decir, mantenerles la paga semanal de seis euros íntegra aunque hayan cometido alguna infracción. «Hagan lo que hagan, el fin de semana salen y se van con la paga íntegra, así que las sanciones no tienen resultado». Antes se les descontaba una parte del dinero como castigo. «Esto ha creado en los internos una percepción de impunidad que va en aumento de forma preocupante, ya que ello implica que sus faltas de respeto hacia el equipo educativo y de no reconocer autoridad alguna, hace que la integridad física de los trabajadores corra un riesgo elevado«, exponen en uno de los escritos de queja a los que ha tenido acceso El Norte de Castilla.
Sostienen que las nuevas medidas correctoras no han calado y los internos se rebelan: «No hago caso ni a mi puta madre, te lo voy a hacer a ti»
En este sentido, puntualizan que, a pesar de las sanciones impuestas por el centro, «son inumerables las amenazas, intentos de vejaciones, intentos de agresión y agresiones sufridos por los educadores y el personal de seguridad». Muchos internos acumulan sanciones por cometer muchas faltas graves. La rutina del centro «se ha vuelto pesada y descontrolada» porque a cada indicación que realiza el personal educativo, los jóvenes «reaccionan poniéndola en entredicho y negándose a seguirla, creando un clima disruptivo que se propaga entre los demás internos, ya que las medidas correctoras actuales no han calado en ellos, siendo infinitamente menos útiles que las de antes».
Pantalones caídos y vestidos muy cortos
Destaca el escrito que al personal del centro se le trata «como meros títeres que pueden manejar a su antojo, con exclamaciones del tipo: No hago caso ni a mi puta madre, te lo voy a hacer a ti». A las imprecaciones y faltas de respeto se suman además infracciones a las normas recogidas en el propio estatuto del Centro Regional Zambrana. En concreto, alude a la «actual permisividad» en cuanto al vestuario «que hace que el personal educativo se vea sin argumentos a la hora de corregir la indumentaria de los menores, como puese ser el uso de pantalones muy caídos enseñando la ropa interior casi al completo y vestidos muy cortos que, al sentarse, dejan la ropa interior al descubierto».
Ante estas quejas, desde la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades «se niega en rotundo» que se haya producido una «falta de respuesta» por parte de la dirección del Centro Zambrana a los trabajadores. De hecho, apostillan desde el gabinete de prensa de dicha Consejería, «todos los asuntos canalizados a través del comité de empresa han obtenido respuesta por parte de la dirección y así seguirá siendo en ese marco».
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