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María López
Valladolid
Domingo, 28 de julio 2024, 18:53
El fin de las clases y la llegada del verano es sinónimo de tiempo libre, y en muchos casos es momento de aprovechar para sacarse el carné de conducir. No es tarea sencilla y son muchos los factores que influyen a la hora de conseguir ... la 'L' que otorga el permiso de conducir tipo B. En Valladolid, en 2023, 20.090 personas realizaron (algunas en varias ocasiones) las prueba teórica (8.740) y práctica (11.350).
Entre las faltas más comunes que cometen los vallisoletanos a la hora de presentarse al examen práctico de conducir, pisar las líneas continuas «es todo un clásico», señala Federico Pérez, profesor en Autoescuela Calvo, que cuenta con tres sedes en Valladolid y más de treinta años de experiencia en la formación de conductores. «Otro error muy común es no adaptarse a la velocidad de la vía. Esto es algo que llama la atención, ya que no siempre es por ir a más velocidad de la permitida. Muchos alumnos cometen esta infracción por ir despacio, lo que también supone un peligro en carretera», reconoce el profesor.
Otro fallo habitual es la distancia de seguridad, ya sea frontal o lateral. Los vehículos aparcados en doble fila son todo un reto para aquellos que se examinan: «Sobrepasar los coches mal aparcados parece sencillo, pero hay que hacerlo con una distancia prudente para no poder a nadie en peligro».
En cambio, no sólo las infracciones provocan que el resultado del examen de conducir sea 'no apto'. La tensión y los nervios previos al examen de conducir pueden jugar una mala pasada y hacer que el alumno cometa errores innecesarios. Federico insiste que «no hay una fórmula secreta para aplicar y decir si hago esto apruebo seguro». Él es de los que piensa que consiste en hacer el mayor número de prácticas posibles para el día del examen estar «tranquilos y confiados en el trabajo hecho hasta el momento. Eso sí, los nervios ya dependen de cada uno», apunta.
Arcadio González
Director de Autoescuela Máster Vial en Valladolid
Arcadio González es director de uno de los cinco centros con los que cuenta la Autoescuela Máster Vial en Valladolid. La necesidad de tener el carné de conducir para poder desplazarse por la ciudad es una realidad y así se refleja en el perfil del alumno, aunque reconoce que «en los últimos diez años hemos tenido un cambio social muy importante respecto a ello». Esperar a cumplir la mayoría de edad para examinarse ya no tiene tanta prisa como antes. «El 90% corresponde a un perfil de alumno joven, pero ya de 22 o 23 años, cuándo se pasa el ciclo académico de la universidad», señala Arcadio.
«No en todas las zonas sucede lo mismo. Por ejemplo, en Laguna de Duero y en Arroyo, el perfil sí que corresponde a jóvenes con la mayoría de edad recién cumplida. Al final, la necesidad de desplazarse a la zona del centro es un poco lo que les obliga a examinarse tan pronto», justifica.
«La calle Morena es una de las más conflictivas de Valladolid», así de contundente se muestra Manrique Manzano, profesor de la Autoescuela Manrique en Valladolid, situada en la calle de la Facultad de Medicina. «Los alumnos tienen problema con la distancia lateral. Además, hay un paso de peatones con poca visibilidad y, sobre todo, hay un semáforo en amarillo intermitente con stop, algo muy frecuente en Valladolid. Esto es una excepción a la norma, ya que los semáforos prevalecen sobre las señales verticales y el amarillo intermitente no exime de cumplir las señales que obliguen a la detención», explica el profesor.
Por su parte, Arcadio González, de Autoescuela Máster Vial, explica que «no hay recorridos exactos para el examen práctico. El examinador guía al alumno a medida que conduce. Valladolid es una ciudad que en quince minutos tienes recorrida de una punta a otra, entonces un examen que dura sobre media hora, da para mucho», indica el director del centro. Pese a ello, afirma que dependiendo de la zona de salida del examen, el alumno puede estar más tranquilo. «En la salida desde la Jefatura Provincial de Tráfico, en la calle Verbena, los alumnos dicen que puede ser un poco más complicada porque hay una intersección con poca visibilidad... lo que está claro es que quién tiene un despiste en un semáforo o un ceda le da igual dónde sea», recalca.
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Otros recorridos que prefieren los alumnos son aquellos «en los que no tienen que ir pendientes de muchas cosas a la vez», explica en tono irónico. Desde la avenida de Salamanca o el Paseo Zorrilla pueden salir fácilmente por la autovía, algo que prefieren antes que conducir por la ciudad por la gran cantidad de estímulos a los que tienen que estar pendientes. La avenida Ramón Pradera en sentido a la Feria de Muestras también es otra alternativa para dirigir a los alumnos fuera de la ciudad, algo que, sin duda, la mayoría de ellos eligen.
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