Segovia

Suspendidas las pruebas para sacarse el carné de conducir tres semanas por vacaciones

El cese de la actividad en el departamento de Tráfico durante gran parte del periodo estival era algo «habitual» hace años en el territorio nacional. Algunas provincias incluso «siguen haciéndolo». En Segovia «conseguimos que esto no fuera así porque no nos parecía que se debiera interrumpir el servicio», asegura la presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Irene Herranz. Pero esta vez no ha quedado otra opción.

El verano es un periodo complicado para las autoescuelas, ya que experimentan un repunte de matriculados debido al interés que tienen en sacarse el carné aquellos estudiantes que acaban de cumplir la mayoría de edad. En esta ocasión, no tendrán otra alternativa que practicar los test para aprobar el teórico y adelantar clases al frente del volante debido a la imposibilidad de presentarse a las pruebas por las vacaciones de los tres examinadores segovianos. «Se suspenden todas las pruebas, tanto las teóricas como las prácticas», declara.

Los negocios del sector tienen muy reciente la mala experiencia del año pasado, cuando «había una sola persona examinando» al intercalarse los periodos de descanso del resto de funcionarios. «Es algo absurdo, pues un único trabajador no tiene capacidad para sacar adelante el gran volumen de pruebas y alumnos que tenemos», reconoce Herranz. Esto provocaba que las autoescuelas no pudieran hacer una previsión de fechas a la hora de presentar candidatos a obtener el carné de circulación.

La jefatura «pensó que era mejor» y más efectivo decretar la paralización de la actividad en las tres primeras semanas julio -desde el 1 hasta el día 22-. Los negocios afectados han aceptado con resignación esta propuesta, pues confían que la realización de pruebas se retome con la plantilla de examinadores al completo, cuando los funcionarios ya hayan consumido sus jornadas de vacaciones. «Si las iban cogiendo a lo largo de los meses, era imposible avanzar; nos condicionaba mucho el trabajo», declara la representante provincial del gremio. Aunque las plazas de evaluadores ascienden a cinco en Segovia, solo hay tres asignadas.

Desde mayo y hasta este viernes, el último de junio, se ha contado con el apoyo de un examinador itinerante. Es una figura de la que se sirve la Dirección de Tráfico (DGT) para aligerar la carga de alumnos en las provincias más afectadas, ya que «hay otras que están igual de mal que Segovia». Los funcionarios que se reparten por toda España por un periodo de un mes a seis semanas son diecisete. En cualquier caso, se trata de la solución «provisional» que se puso en marcha ante las sucesivas reclamaciones tanto de las autoescuelas como los transportistas.

La situación era «crítica e insostenible». La Agrupación Segoviana de Empresarios de Transporte (Asetra) se sumó a estas peticiones ante la urgente necesidad de contratación de chóferes existente en el sector. Un total de 1.670 aspirantes a conductor esperaban con paciencia someterse a las prueba práctica de circulación al cierre de marzo. Los plazos para realizar este examen no bajaban de tres meses, en el caso de los coches; y de aproximadamente seis meses en lo que respecta a los permisos de conductores profesionales. Algunos afectados habían trasladado el expediente a otros territorios, como Valladolid o Madrid, para salvar este obstáculo.

Estas cifras se han rebajado al comienzo del verano. «Un poco, ligeramente», valora Herranz. «Puede que haya cien alumnos menos, no es algo especialmente significativo», añade. La noticia positiva es que la lista de inscritos ha conseguido estabilizarse, al no haber anotado destacados repuntes. Aun así, la incertidumbre todavía se mantiene, pese a que está previsto que otro evaluador temporal se desplace a Segovia desde las últimas semanas de julio hasta finales de agosto. «A partir de eso, no sé lo que ocurrirá, habrá que seguir insistiendo», asume la portavoz de las autoescuelas.

El director general de Asetra, Fernando García, es partidario de dotar de estabilidad a la plantilla y que estas medidas tengan continuidad con el objetivo de permitir a las autoescuelas planificar su actividad, ya que «un examen no se prepara en dos días». No obstante, corrobora que «algo hemos avanzado», en referencia a la celebración de exámenes y también a las gestiones administrativas. La Subdelegación del Gobierno en Segovia confirma que, además del examinador itinerante, también se ha contratado a otra persona para ocupar una plaza en la oficina de Tráfico en aras de agilizar las gestiones.

La jubilación de varios trabajadores administrativos en los últimos meses repercutía a su vez de forma negativa en la tramitación de expedientes, lo que llevó a la Agrupación de Actividades Varias (AVV), que representa a las gestorías, a sumarse igualmente a las reivindicaciones. Faltan una docena de empleados en la sección administrativa, lo que se traduce en severos retrasos, que previsiblemente se agravarán en la época estival, ya que las ausencias no se cubren. «Si hubiera más funcionarios, se haría todo más rápido y con mayor facilidad», manifiesta García.

Las vacantes han sido reconocidas y aprobadas, pero siguen sin haber salido a contratación. «Cuando un puesto de trabajo queda libre, hay que convocar una oposición y sacar la plaza. Es un procedimiento demasiado largo y sabemos que tardará, así son los plazos de la Administración», lamenta Herranz. Su previsión es que habrá que esperar hasta finales de año para que la jefatura provincial incorpore nuevos funcionarios.

García insiste en que los empleados segovianos «hacen lo que pueden para ayudarnos» en la tramitación de los documentos. Pero si la situación no mejora en los próximos meses, los profesionales del transporte prevén cuantiosos perjuicios. Un empresario «no puede tener parado un vehículo durante semanas a la espera de que llegue un papel para comenzar a trabajar», relata el director de Asetra. «Hasta que no veamos soluciones definitivas seguiremos en el mismo plano, pues los problemas no se resuelven echando parches para tratar que los perjuicios sean los menos posibles», concluye Herranz.