El encarecimiento de la cesta de la compra se ensaña con los vallisoletanos

El asunto tiene un alcance nacional, pero si se traslada al ámbito de Valladolid las cosas pueden incluso empeorar. No en vano, la provincia soporta un encarecimiento en el precio de los alimentos y bebidas que es un punto mayor que la que se produce en el conjunto del país. Mirar al otro lado de la balanza, el de los salarios, no mejora las cosas, ya que la subida media es tres cuartos de punto inferior a la media de España.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha realizado un estudio sobre los efectos recaudatorios y distributivos de la reducción temporal de los tipos de IVA aplicada a los alimentos básicos (pan, harina, leche, quesos, huevos y frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, del 4% al 0%) y los aceites de oliva o semillas y pastas (del 10% al 5%), que fue aprobada el 27 de diciembre con la finalidad de ayudar a las familias. Los resultados cuantifican que el coste recaudatorio de esta reforma podría alcanzar los 700 millones de euros (a finales de 2022), de los que la mitad corresponderían al beneficio obtenido por el 40% de los hogares con mayor renta.

Si tenemos en cuenta que (en 2021), el Estado recaudó 72.498 millones en concepto de IVA, de los que 397 millones fueron abonados por los consumidores de la provincia de Valladolid (es decir, el 0,55%), los 700 millones de inyección económica en forma de ayuda se traducen en una aportación a los monederos de los vallisoletanos de 3,85 millones de euros.

Las conclusiones del análisis de Fedea señalan que «la reforma tendrá un efecto positivo, aunque de poca importancia, sobre el efecto redistributivo del IVA, que verá reducido su efecto desigualador de la renta de los hogares en un 0,01%» y que «los hogares más favorecidos por la rebaja impositiva, en relación con su renta bruta, son los integrados o sustentados por mayores de 65 años, así como los perceptores de transferencias de otros hogares y subsidios».

Hasta que el miércoles el INE difunda los datos pormenorizados del comportamiento del IPC por provincias y productos en enero no habrá un dato estadístico de referencia de cómo han evolucionado los precios en Valladolid tras la rebaja del IVA. Con la información disponible, la situación de la provincia es de las peores de España.

Al cierre de diciembre de 2022, los alimentos y bebidas alcohólicas registraban en la provincia un incremento del 16,7% en los doce meses anteriores. Sitúa a Valladolid en el puesto 18 de las provincias, que arrojan una media del 15,7%. Zamora (19,2%, segunda de España) y León (17,7%) estaban aún peor. Con el índice de inflación general sucede algo parecido: incremento del 6,5% anual frente al 5,7% medio nacional.

En el conjunto de Castilla y León, donde la subida anual de los alimentos y bebidas en diciembre de 2022 era del 17% (tres décimas más que en Valladolid), toda la cesta de la compra se encarece más que en el conjunto de España. El pan, un 17,4% o dos puntos más que la media. Los huevos, el 37,5% frente al 29,8%. La leche, el 37,8%, en este caso solo seis décimas más. El aceite, el 39,4% frente al 38,1%. La fruta fresca, el 9,1% casi dos puntos más.

Para hacer frente a esta espiral, los vallisoletanos cuentan con un salario medio anual de 22.319 euros brutos, según informa la Agencia Tributaria con datos de 2021. Son 1.594 euros en 14 pagas y son un 3,7% más que lo que cobra el conjunto de españoles (21.519) y el 7,6% más que el sueldo medio castellano y leonés (20.729). Pero la ventaja cuantitativa va a menos si se cruzan los datos con la evolución de las remuneraciones que perciben los asalariados. En 2022, los sueldos pactados en convenio subieron el 2,03% en Valladolid, frente al 2,51% de Castilla y León y el 2,78% de toda España.

Tampoco hay que pasar por alto que esos 1.859 euros mensuales de sueldo medio provincial conviven con un salario mínimo interprofesional de 1.080 euros en 14 pagas, cantidad que cobran unos 25.000 trabajadores vallisoletanos, según cálculos de los sindicatos a partir de la EPA (entre 2,3 y 2,5 millones en España). En el caso de Valladolid, son más de uno de cada diez asalariados, en su inmensa mayoría mujeres, jóvenes y trabajadores del campo y el sector servicios.