Comercios históricos de Valladolid: Zapatería La Madrileña

La zapatería que el señor Moreda dirigía desde Madrid

Ubicado en el número 8 de la Plaza Mayor, junto al Corrillo, en los días previos a la Navidad de 1900, El Norte de Castilla se hacía eco de la existencia del comercio de calzado de Florián Téllez: La Garza Real (abierto en 1899). «Cada día se ve más concurrido el gran establecimiento de zapatería de don Florián Téllez. Obedece sin duda esta mayor concurrencia a la elegancia, solidez y economía del calzado que allí se confecciona, y recomendamos a nuestros lectores qua se fijen, para que se convenzan, en los precios que tiene expuestos al público en los escaparates de su casa».

Tras «un buen número de años» trabajando en la zapatería La Madrileña, Téllez se establecía por su cuenta. Dos años más tarde, Florián regentaba los dos establecimientos: La Garza Real y La Madrileña, situado en el número 25 de la Acera de San Francisco, donde años más tarde la familia Téllez regentaría otro histórico comercio de Valladolid: La Belleza. «El dueño de este antiguo y acreditado establecimiento, que cuenta en la actualidad con personal idóneo y la cooperación de reputados cortadores de Madrid, tiene el gusto de poner en conocimiento de su distinguida clientela haber recibido y puesto a la venta las formas más perfectas y elegantes de calzado, cuyos precios y solidez no tienen competencia», rezaba un anuncio en el periódico en 1902. Aunque junto al nombre de La Madrileña siempre figuraba el de Florián Téllez, el reputado comerciante contaba con otros dos socios en su aventura empresarial en el mundo del calzado: Manuel Calvo Rivas y Felipe Moreda Pérez.

Fue Felipe Moreda Pérez (Valladolid, 1880), viajante de comercio, quien, en 1938, se quedó con el negocio en su totalidad, ya entonces solo en manos de Calvo y Moreda. «Disolvieron la sociedad en febrero de 1938 y mi abuelo entregó al señor Calvo, por su participación en el negocio, 33.794 pesetas», comparte Javier Moreda Blanco, nieto de Felipe Moreda. Casado con la burgalesa Porfiria Ortega Asensio, el matrimonio vivía en Madrid. «Mi abuelo se dedicada a las representaciones, no solo de calzado, también de óptica, joyas, oro... Era muy buen comerciante y estaba muy bien relacionado. Quería triunfar en los negocios y sabía que los grandes contactos se hacían en Madrid», apunta el nieto de Felipe Moreda.

En los años veinte del siglo XX, Moreda y Calvo trasladaron La Madrileña de la Acera de San Francisco -junto a sastrería de don Gregorio Hernández, el Gran Bazar de don Luis Álvarez, la joyería del señor Junquera y la relojería de don Zacarías Velasco- al local de la esquina de Fuente Dorada (números 18 y 19) con el 1 de Bajada de la Libertad (entonces calle General Queipo de Llano), donde estuvo abierto el comercio hasta su cierre definitivo en los años noventa del siglo pasado. «Hasta los años sesenta La Madrileña ocupaba todo el bajo del edificio. Entonces se traspasó la mitad del local a Doroteo San José, que montó otro conocido negocio, Lanas Phildar», recuerda Javier Moreda Blanco.

Felipe Moreda ya había fallecido por entonces. Murió en 1956. Tuvo tres hijos: Luis Felipe, María Luisa y Manuel. Fue el mayor, Luis Felipe Moreda Ortega (Madrid, 1918), quien dio el relevo a su padre. «Aunque la que verdaderamente reflotó el negocio fue mi madre», cuenta Javier Moreda, uno de los diez hijos del matrimonio formado por Luis y Ana María Blanco Aguado (Valdearcos de la Vega, Valladolid, 1924). «Varias de mis hermanas trabajaron con mi madre en el negocio pero cuando mi madre decidió jubilarse, se cerró la tienda», recuerda Javier Moreda. «Eran los años noventa».

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