Valladolid, piedra sobre piedra
Conocido hoy como Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros, el templo es el único vestigio que se conserva del antiguo Convento de Nuestra Señora del Consuelo de Valladolid. El claustro, las dependencias y las huertas fueron derruidas y ocupadas a partir de 1836 ... por el Cementerio Municipal. La construcción de la iglesia, obra del arquitecto Diego de Praves, se remonta a 1583 sobre unos huertos, fuera de la muralla de la ciudad, propiedad de Diego de Salcedo y María de Menchaca. Fue fundada 'in pectore' por San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, quien murió un año antes y no pudo ver la obra en marcha; pero cuyos terrenos había visitado previamente. El poeta místico sí estuvo en ella en diversas ocasiones para la celebración de varios capítulos de los Carmelitas Descalzos, orden que el mismo había fundado junto a la monja abulense.
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Catalogada como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1983, la iglesia es de piedra en los cimientos y partes bajas, de ladrillo en las cantoneras y el resto, de tapial, conforme al estilo carmelitano. La fachada fue levantada en 1617 por Francisco de Praves, hijo de Diego de Praves. Destaca la portada, con un arco adintelado y hornacina central con una imagen de piedra de la Virgen del Carmen, fechada en 1616. A los lados, dos torres simétricas divididas en dos cuerpos, con balcones en el inferior y campanarios en el superior, con doce campanas cada uno. Esta portada no es la original ya que fue reformada, entre otros momentos, en la década de los noventa del siglo XX.
La planta del edificio es un rectángulo de una sola nave, con cuatro tramos separados mediante pilastras toscanas con entablamento dórico y cubierta con una bóveda de cañón decorada con yeserías que forman dibujos geométricos. La cúpula y la nave de la iglesia están decoradas con pinturas de santos y frailes carmelitas. En 1739 se adosó la capilla de San Joaquín, Santa Ana y Nuestra Señora de la Mano al testero norte del transepto. Su construcción está atribuida al carmelita fray Pedro de la Visitación. Francisco de Praves reedificó la capilla de San Juan Bautista, adquirida como patronato por Antonio Camporredondo y Río, consejero de Castilla, gobernador y presidente del Consejo de Hacienda, y su mujer Margarita de Zevallos.
En su interior el templo alberga obras de Gregorio Fernández y Juan de Juni. Destaca el retablo de la capilla de San Joaquín, Santa Ana y Nuestra Señora de la Mano, presidido por una imagen de la Inmaculada de Gregorio Fernández. Esta capilla también atesora una escultura de Santa Ana de Juan de Juni. El retablo mayor, de 1606, es de estilo barroco. Realizado en madera dorada presenta dos cuerpos. Rodeada de cinco lienzos alusivos se sitúa una hornacina con una imagen de la Virgen del Carmen, procedente de la Iglesia de Santa María de Mayorga. Es una copia realizada en 1650 de un original extraviado de Gregorio Fernández. El convento funcionó hasta el año 1835, año que se aplicaron los decretos de exclaustración del ministro Mendizábal.
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