Fachada de la desaparecida Iglesia del Dulce Nombre de María. Alberto Mingueza

Valladolid desaparecido

La primera iglesia del mundo dedicada al Dulce Nombre de María

Fundado por el pintor vallisoletano Diego Valentín Díaz Minaya, el templo estaba ubicado en la calle de San Ildefonso

Sonia Quintana

Valladolid

Miércoles, 22 de mayo 2024, 00:18

«La urbanización de la ciudad y el ensanche de una de sus calles principales, nudo de comunicaciones muy importante, ha exigido la desaparición de un pequeño y antiguo templo situado en la calle de San Ildefonso, que venía ostentando como preciado título, ser el ... primero del mundo dedicado al Dulce Nombre de María», recogía El Norte de Castilla el 7 de octubre de 1962 en su sección 'Crónica municipal vallisoletana'. Levantado en el siglo XVII, su fachada -conservada en la actualidad en la calle Canterac- es obra del carmelita descalzo fray Diego de la Encarnación, coautor, entre otros, del Convento de San Andrés, de Salamanca, junto al también arquitecto carmelita fray Alonso de San José.

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Al fallecer en 1612 el licenciado Juan Bautista de Gormaz, caballero noble, dejó sus bienes para la fundación de la obra pía que estimasen oportuna sus testamentarios, Francisco Sobrino y Gregorio de Camargo, quienes decidieron fundar el Colegio de Niñas Huérfanas y Nobles. Ésta sería la tercera vez que este colegio iba a ser realidad en Valladolid. Bernardino Pimentel y el licenciado Alonso de Guevara lo fundaron por primera vez en 1546; primero bajo la advocación de San Luis, rey de Francia, y más tarde, bajo la del Dulce Nombre de María y Santa Teresa de Jesús. Con el fin de acoger y educar a niñas huérfanas, la fundación fue aprobada por Carlos I y el Papa Julio III. Su primera ubicación fue el hoy también desaparecido Hospital de Nuestra Señora de la Consolación, en la calle Santiago. En junio de 1583 pasó al Convento de Jesús y María, en la actual Acera Recoletos, donde acabó cerrándose por falta de rentas para mantenerlo. Felipe III, en 1604, ordenó su refundación bajo su protección, estableciéndose en el Hospital de San Lázaro, al otro lado del Puente Mayor, donde, al trasladarse la Corte a Madrid, solo subsistió dos años.

A la idea de los testamentarios de Juan Bautista de Gormaz se unieron el escribano real Luis Meléndez de Nobles y su esposa Ana del Castillo, quienes donaron unas casas de su propiedad en el actual Paseo de Zorrilla, entre las calles Espíritu Santo y Gregorio Fernández. Una vez realizadas las obras necesarias, el colegio comenzó su nueva andadura en 1613. Tras la muerte de Ana del Castillo, en 1624, Catalina Canseco ofreció una aportación para construir una iglesia y un nuevo colegio en las casas que Luis Meléndez de Nobles, tío del pintor vallisoletano Diego Valentín Díaz, tenía en la calle Sacramento, hoy Paulina Harriet. Apenas siete años después, Catalina Canseco suspendió la construcción, siendo demandada por Luis Meléndez de Nobles; pleito que continuó su sobrino tras el fallecimiento de su tío en 1632. La sentencia, de 1635, obligaba a Catalina Canseco a finalizar las obras o a perder todo lo edificado y pagar la cantidad que había ofrecido; lo que sucedió.

Las obras finalizaron en 1653, tras hacerse cargo de ellas en 1647, siguiendo la traza original, el maestro de obras Tomás García. Estando el patronato en manos de Diego Valentín Díaz, el templo cambió la advocación de San Luis por la del Dulce Nombre de María. La fachada, rematada con ático, era de piedra, con pórtico y los escudos de los fundadores. La puerta de madera tenía los medallones en chapa con las cabezas de San Pedro y San Pablo. El interior, de una sola nave de orden toscano, en forma de cruz latina. Diego Valentín Díaz realizó, entre 1651 y 1653, toda la decoración interior, con pinturas en los retablos y una serie de pinturas al temple sobre las paredes de la iglesia, acompañadas de inscripciones que hacían alusión a la Virgen, y que estaban inspiradas en 'El Cantar de los Cantares'.

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En 1658 el patronato pasó a los prelados de la diócesis. Se adquirieron unas casas contiguas, que daban a la actual calle Juan de Juni y Paseo de Zorrilla, para ampliar las instalaciones, y se hicieron cargo de la enseñanza las carmelitas de la Caridad. Las alumnas ya no tenían que ser huérfanas. Todos los edificios, incluida la iglesia, fueron derribados en 1959, salvándose la fachada que fue trasladada a la nueva Iglesia del Dulce Nombre de María en la calle Canterac en las Delicias, donde también fueron a parar tres retablos de Valentín Díaz.

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