Escaparate de Soler en la calle Santiago en los años sesenta. Álbum de la familia Soler
Comercios históricos: Soler

Cuando el 'prêt-à-porter' llegó a la Plaza Mayor de Valladolid

Manuel Soler abrió en 1946 un comercio de género de punto en el número 2 de la calle Santiago, en el local que había albergado uno de los salones del Hotel Cantábrico

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 27 de junio 2022, 00:05

Manuel Soler Chías (Huesca, 1892) llegó a Valladolid en los años treinta del siglo pasado. Su padre Antonio Soler Dieste había fundado en 1880 en su Huesca natal una confitería (abierta hoy 142 años después) pero Antonio cambió los pasteles por el género de punto, ... quedándose su hermano Agustín al frente del negocio familiar. «No sé qué es lo que llevaría a mi abuelo a irse a vivir a Zaragoza, pero desde allí vino a Valladolid como encargado de la tienda Juan García y Hermano, en la que trabajaba en la capital zaragozana», recuerda Manuel Soler Martínez, nieto del fundador del histórico comercio vallisoletano que lleva su apellido. Tras varios años trabajando en la 'sucursal' vallisoletana de Juan García y Hermano en la calle Lonja (había otra en la calle Santiago), en 1946 Manuel Soler Chías abrió su propio comercio en el número 2 de la calle Santiago, en el local que había albergado uno de los salones del antiguo Hotel Cantábrico. Frente al Gran Bazar Parisien de Ambrosio Pérez. Tenía entonces 52 años. «En el año 46 mi abuelo, como se decía antes en el argot del comercio, se establece y alquila el local del antiguo salón rojo del Cantábrico», apostilla Manuel Soler Martínez.

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Arriba, Manuel Soler Martínez, nieto del fundador. Octavilla entregada a los clientes en 1946, año de apertura del comercio vallisoletano. Retrato de Manuel Soler Chias.

El matrimonio formado por Manuel Soler Chías y Asunción Bordetas Calvo (Quinta de Ebro, Zaragoza) tenía ya entonces a sus cuatro hijos: Luis, Jesús, Javier y Antonio. Fueron el segundo y el pequeño, Jesús y Antonio, los que trabajaron mano a mano con su padre y quienes se quedaron al frente del negocio cuando éste se jubiló. En 1953 Soler abría un nuevo comercio, contiguo al primero, esquina con la Plaza Mayor. «El primer local se reconvirtió en tienda de caballero y el nuevo, el más grande, se dedicó a señora. En aquella época hombres y mujeres iban a los sastres y a las modistas a hacerse la ropa; Soler se convirtió entonces en la tienda de referencia del 'prêt-à-porter' en Valladolid», cuenta el nieto del fundador. 'Comprado y puesto', rezaba un enorme cartel luminoso sobre uno de los escaparates. Otro letrero luminoso en lo alto del edificio anunciando el negocio hizo que los vallisoletanos bautizaran al inmueble como 'el edificio de Soler'.

La tercera generación llegó con Manuel y José Luis, dos de los cuatro hijos que Jesús tuvo con María Teresa Martínez Álvarez; y con Cecilia, hija de Antonio. Desde 1985 los hermanos Soler Martínez se quedaron solos al frente de la actividad hasta que bajaron la persiana en 2013. «Creo que acertamos cuando tomamos la decisión de retirarnos del negocio ante la oferta de la multinacional que ahora ocupa el local».

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