Frente al de Pimentel, uno de los palacios señoriales más importantes de la ciudad, ya entonces sede de la Diputación de Valladolid, en el actual número 21 de la calle Angustias, se comenzó a levantar en los años cuarenta del siglo XX el edificio ... del Palacio de Justicia, hoy sede de la Audiencia Provincial de Valladolid. En 1945 se hicieron los cimientos, pero pronto se paralizó la obra y estuvo mucho tiempo parada. Los primeros pasos para su construcción se habían dado unos años antes, en 1936, con las primeras expropiaciones -la mayoría tierras de labranza-; pero el proyecto definitivo no llegó hasta 1951. Fue el arquitecto sevillano José María Rodríguez Cano el responsable de su aspecto actual; quizá de ahí la leyenda que circula entre el mundo judicial de Sevilla.
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Sonia Quintana
Sonia Quintana
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La rumorología que se propaga por los pasillos de la Audiencia provincial de Sevilla asegura que, por alguna razón desconocida, los proyectos arquitectónicos de la Audiencia andaluza y la vallisoletana se intercambiaron en algún momento; por esa razón en Sevilla se quedó un edificio oscuro y plomizo, mientras que Valladolid disfruta de un inmueble luminoso, incluso con el típico patio andaluz. Al bulo no le cuadran ni las fechas: el vallisoletano fue inaugurado casi once años. El primero entró en funcionamiento el 17 de diciembre de 1960 y el segundo, el 13 de febrero de 1971. Y del patio andaluz, ni rastro.
En 1927 el Ayuntamiento acordó con la Diputación Provincial adquirir la casa del número 14 de la calle de Riego, hoy Conde de Ribadeo, para construir la nueva Audiencia, desde 1834 ubicada en el Palacio de los Vivero. Tuvieron que pasar 33 años para que fuese realidad, aunque finalmente no fuera en aquel inmueble. La insuficiencia de los terrenos escogidos hicieron necesario derribar aquella casa y adquirir parcelas lindantes a ella. En construcción desde 1940, el proyecto definitivo de Rodríguez Cano de 1951 debió de incorporar lo ya realizado, según los expertos.
Semisotano, planta baja, planta principal y áticos. En los años cincuenta del siglo XX el inmueble contaba con una capilla, un bar, un estanco y dos viviendas. Construido en ladrillo con pilastras, cornisa, impostas y elementos ornamentales de sillería, «el cuerpo de acceso se construye íntegramente en sillería, elevándose una planta sobre la general del conjunto, formalizándose como una fachada de tradición clásica con tres órdenes rematada en un frontón que protege el escudo nacional». El mármol que adorna las paredes es de Carrara.
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