Mercado de Portugalete a principios de los años setenta del siglo XX. Archivo Municipal de Valladolid
El Valladolid desaparecido

El mercado vallisoletano sentenciado a muerte

En 1974 se derribó el Mercado de Portugalete, uno de los símbolos del desarrollo industrial y comercial de Valladolid en la segunda mitad del siglo XIX, levantado en el espacio que Herrera había destinado para el claustro de la Catedral

Sonia Quintana

Valladolid

Miércoles, 16 de noviembre 2022, 00:04

El 30 de abril de 1974 cerró definitivamente sus puertas a la espera de su derribo. Construido 93 años antes, el Mercado del Portugalete constituía uno de los símbolos del desarrollo industrial y comercial de Valladolid en la segunda mitad del siglo XIX. Su construcción ... evocaba a los mercados parisinos construidos en hierro. El proyecto fue obra del arquitecto municipal Joaquín Ruíz Sierra. Su derribo comenzó el 18 de marzo de 1974, cuando entró en el edificio la primera excavadora. Culminó el 9 de mayo, no exento de polémica. «En un momento en el que asistimos a la sistemática y progresiva destrucción del patrimonio cultural, no podemos dejar de manifestarnos en contra de la destrucción de una obra que refleja un determinado momento del desarrollo histórico y social de nuestra ciudad, poseyendo a la vez un singular valor arquitectónico», firmaban los arquitectos Primitivo González, Enrique de Teresa y Diego González Lasala en El Norte de Castilla.

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Desde 1856 existieron en Valladolid numerosos proyectos para edificar un mercado en esta zona de la ciudad. Destacan -ambos del mes de febrero de 1862- el del arquitecto municipal Martín Saracíbar y el de Jerónimo de la Gándara, uno de los arquitectos españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XIX. Aquel febrero de 1862 De la Gándara firmó, al menos, dos planos para levantar un mercado cubierto en esta plaza de Valladolid; en el espacio que Juan de Herrera había destinado para el claustro de la Catedral. La oposición del Cabildo catedralicio a la construcción de un mercado en la plaza de Portugalete, debido a la proximidad con la Catedral, fue el mayor impedimento. Cuando en 1863 Ayuntamiento y Cabildo llegaron por fin a un acuerdo, De la Gándara ya estaba al frente del proyecto del Teatro Calderón y Martín Saracíbar, a punto de abandonar su puesto de arquitecto municipal; así que ambos proyectos quedaron en agua de borrajas.

El 'no' de la Iglesia no fue el único. Problemas económicos, constructivos y la pasividad mostrada durante una época por el Ayuntamiento de la ciudad hicieron que Valladolid no pudiera disfrutar de un mercado cubierto hasta los años ochenta (de 1800). El de Portugalete, concretamente, se construyó en 1881, bajo la alcaldía de Miguel Íscar. Ya en 1967, 86 años después, el Ayuntamiento firmó su sentencia de muerte y decidió su demolición al considerar que se trataba de un espacio «antihigiénico, antiestético y poco apropiada para la misión que cumplía». Pasaron todavía siete años hasta que la piqueta lo convirtiera en escombros. El del Val es el único que queda de los tres mercados municipales que se construyeron en Valladolid en aquellos años ochenta del siglo XIX.

El Norte

Conocido como 'mercado de la red' por estar especializado en la venta del pescado, tenía mostradores de mármol, luz, una fuente en medio y paredes de azulejos. Su superficie era de 1.946,60 metros cuadrados y su inversión fue de 166.105,53 pesetas. El Consistorio, con Antolín de Santiago-Juárez como alcalde, ofreció 'in extremis' un trato a la Dirección Provincial de Bellas Artes para que la estructura se mantuviera en pie: si se hacía cargo de la conservación del edificio o cedía cinco millones de pesetas al Ayuntamiento para conservarlo. La oferta fue rechazada. El último día de su demolición cedió parte de la construcción y un obrero de 38 años perdió la vida. Un trágico final para la historia de este edificio.

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