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Levantado delante de la Colegiata de la ciudad, en la plaza de Santa María -renombrada como plaza de la Universidad a comienzos del siglo XX-, la leyenda cuenta que se erigió allí, sobre un pilar, la figura de un león para conmemorar la victoria del ... rey Ordoño II de León sobre el ejército moro que en aquella época se había establecido en el valle «en que las aguas del Esgueva confluían con las del Pisuerga». El historiador Juan Antolínez de Burgos (Valladolid, 1561) dejó escrito en su 'Historia de Valladolid' que en tiempos de Roderico, rey visigodo, allá por el año 700, la pequeña ciudad llamada Pincia pasó a denominarse Valledeulid, en honor a un capitán moro llamado Ulit.
La amenaza que en tierras fronterizas suponía este ejército moro asentado en la zona motivó, doscientos años después, y siempre según la leyenda, el ataque del rey leonés. Según narra fray Gonzalo de Arredondo y Alvarado, abad benedictino del Monasterio burgalés de San Pedro de Arlanza, en su 'Crónica Arlantina', el conde castellano atacó Valladolid matando a un capitán llamado Aiza (nieto de Ulit), saqueando la ciudad y haciendo huir al ejército moro hasta Simancas. Aquella victoria se conmemoró, tiempo después, levantando ante la Colegiata de Santa María la Mayor el pilar con el león (símbolo del reino leonés) bajo cuyas garras se encontraba la figura de un moro vencido, según describe Antolínez de Burgos. Bajo el grupo escultórico figuraba una cartela con la inscripción 'Ulit oppidi conditor' ('Ulit fundador de este lugar').
Otros edificios desaparecidos
A partir del siglo XII el monumento conmemorativo pasó a cumplir la función de picota donde las mujeres «mal entretenidas« en hechizos y alcahueterías eran castigadas públicamente en el conocido como León de la Catedral. El pueblo llano se reunía alrededor tirándoles cuanto tenían a mano, en ocasiones, casi hasta ocasionarles la muerte. El historiador vallisoletano, que escribió su 'Historia de Valladolid' en el siglo XVII, relató que está práctica fue desapareciendo y la columna con el león, símbolo de la ciudad, pasó a convertirse en lugar de tribuna pública. «En él se daban los pregones y anunciaban las almonedas al pueblo de los bienes procedentes de las sentencias de los Tribunales eclesiásticos, y aun los jueces ordinarios mandaban publicar sus autos en tal sitio todavía en el siglo XVII», recuerda en su obra el historiador vallisoletano Juan Agapito y Revilla.
La construcción de la Catedral de Juan Herrera, que sustituía a la antigua Colegiata, obligó a trasladar al león. Su nueva ubicación fue el atrio de la Catedral (en la esquina de la hoy calle Catedral con la Plaza de la Libertad). Vicente Presencio Revilla recordó en su sección 'Callejero' en El Norte de Castilla que antes de llamarse calle Catedral se llamó calle del León de la Catedral, «por la columna que había estado situada casi enfrente de esta calle, en el atrio de la Catedral de Herrera, que había sido trasladada desde la portada de la primitiva Colegiata de Santa María la Mayor, siendo festejada los domingos, en homenaje a la salida de los primeros moradores de la villa». En 1864 la calle figuraba como De la Catedral.
La columna permaneció en este lugar, enarbolando el león triunfante un estandarte rematado en forma de cruz flordelisada y con el escudo de armas del Conde Ansúrez en la banderola, hasta el siglo XIX. Desapareció el 31 de mayo de 1841 cuando la torre de la Catedral se derrumbó y destrzó el rollo en su caída. En el remate de la columna, a modo de capitel, aparecía labrado un emblema con las armas de Castilla y León.
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