Valladolid

Felipe VI rememora el desfile militar de su bisabuelo 103 años después

Aquel desfile militar también cayó en jueves, se celebró en el paseo central del Campo Grande y movilizó a la ciudad entera en una suerte de exaltación militar, patriótica y religiosa. Si el de hoy tiene como protagonista al Rey Felipe VI y el motivo es celebrar el aniversario del Regimiento de Caballería Farnesio 12, el del 5 de mayo de 1921 tuvo como protagonistas a los dos Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, para celebrar otro evento pero del mismo arma. Con las casas del centro engalanadas y un público entusiasmado, la razón no era otra que el resurgir oficial de la Academia de Caballería, que había sido calcinada por un terrible incendio el 26 de octubre de 1915. Sus Majestades venían para colocar la primera piedra del edificio y celebrar la entrega de los estandartes.

Aunque en abril del año anterior Alfonso XIII había pasado revista a los alumnos de la Academia y asistido a un desfile de tropas en el Paseo de Zorrilla, el espectáculo de 1921 fue imponente. Si ya los actos del día 4, miércoles, fueron solemnes y populares al mismo tiempo (Te Deum en la Catedral, visita al Palacio Real, colocación de la primera piedra del futuro edificio de la Academia y del edificio la Asociación de Empleados y Obreros de los Ferrocarriles, y recepción popular en el Ayuntamiento, con miles de vallisoletanos entregando flores a la reina), los del jueves por la mañana, consistentes en la bendición y entrega del estandarte donado por Victoria Eugenia a la Academia de Caballería, fueron apoteósicos. Las calles principales (Avenida de Alfonso XIII, Miguel Íscar, Santiago, Gamazo, etc.) engalanaron sus balcones con banderas nacionales y pendones de Castilla, y el templete del paseo central del Campo Grande, donde se habían instalado las oportunas tribunas, fue convertido en un «suntuoso altar» para la ocasión.

A las diez y media de la mañana llegaron todos los regimientos del arma de Caballería española y el escuadrón de los alumnos de la Academia. Al son de la Marcha Real hizo aparición el rey Alfonso XIII, que vestía uniforme de general de Lanceros y montaba un caballo de color castaño claro. Saludó a su paso a los estandartes de los regimientos de Caballería y esperó a la reina, que llegó en automóvil. Antes del desfile se procedió a la bendición de los estandartes y se celebró una misa de campaña, oficiada por el arzobispo Remigio Gandásegui, pues durante siglos, Iglesia católica y monarquía han ido de la mano en España.

El acto militar comenzó con la reina, vestida de «coronela del regimiento que se honra llevando su nombre», al frente del escuadrón. Luego se dirigió hacia el templete, donde la esperaba su marido, y ambos, a caballo, presenciaron el desfile, que cerraron junto con su Cuarto Militar, su Estado Mayor y su escuadrón de la Escolta Real. Aquel hito histórico en Valladolid prosiguió con cuatro visitas de la reina: a la Casa de Cervantes, al Colegio de Santiago para huérfanos del arma de Caballería, a la Casa Social Católica y al Dispensario Antituberculoso que llevaba su nombre, donde impuso el brazalete a las enfermeras de la Cruz Roja, mientras Alfonso XIII asistía a una corrida de toros en honor a la Academia de Caballería que había organizado la Asociación de la Prensa. El último evento consistió en una función de gala, a las diez de la noche, en el Teatro Calderón.

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