El Cronista | Historias de aquí

Ben Alí, aquel faquir que probó la cama de cristales en el Campo Grande de Valladolid

Sorpresivamente, el faquir Ben Alí, en una de sus actuaciones se inventó un número no hablado previamente con su ayudante, Irma de Afri. Ben Alí hizo que el público que acudió a la Pérgola del Campo Grande le clavara algo así como finas puntas por todo el cuerpo, se subió al escenario, rompió varias botellas, hizo una cama con los vidrios, y eligió de entre los espectadores a un tipo muy corpulento para que subiera al escenario.

Irma de Afri se horrorizó al darse cuenta de lo que Ben Alí estaba planeando, que, a continuación, se tumbó sobre los cristales y le indicó al grueso señor que se subiera sobre su vientre. Así lo hizo, sin ni siquiera quitarse los zapatos. Pasados unos segundos hizo bajar al espectador y Ben Alí se levantó con apenas unos puntos algo ensangrentados en su espalda. El público, aún con el semblante incrédulo aplaudió a rabiar, y cuando Ben Alí se despidió del público, Irma de Afri le echó una soberana bronca. Desde entonces ese número solo se hacía con Irma, una mujer más bien menuda, subiéndose sobre su tórax. Corría el año 1983.

Así era Modesto García Ruiz, un faquir –a los efectos de nombre artístico-, pues él se presentaba como 'profesor Ben Alí' -nacido en Albacete-, que se había retirado de los escenarios en 1951 al terminar la que fue su última actuación en el Teatro Carrión de Valladolid, según contó él mismo a la prensa 30 años después.

Y de esos decenios entre los 50 y los 80 poco más se sabe de él salvo que hacia 1973 estaba alojado en la pensión Bella Vista, y que diez años después, cuando de nuevo volvió a actuar, pasó a vivir en la pensión Los Molinos, en la calle Núñez de Arce, donde le acogieron casi como uno más de la familia.

Según el mismo contó, muy al principio de su vida artística dio algunas conferencias en facultades de Medicina de Madrid, Valencia y Barcelona, en las que hablaba sobre como su cuerpo era capaz de soportar aquellos números tan tremendos que realizaba. De hecho, sus mejillas las tenía atravesadas por varios orificios, cosa que demostraba hinchando los carrillos y que el aire saliera por los agujeros.

Irma de Afri, que era el nombre artístico de la actriz Rosa Manzano, del grupo de teatro Corsario, piensa que estuvo trabajando en la construcción o en actividades más temporales. La verdad es que cuando lo conoció, en 1982, Modesto era una persona que salvo pagar su pensión, comprar tabaco –era un fumador empedernido- y que no le faltara un duro para tomar una copa con sus amigos del Farolito y el Largo Adiós, pocos gastos más tenía, porque por no gastar, ni en comer, pues era menudo y delgadísimo.

Modesto, en una entrevista publicada en El Norte de Castilla, dice que cuando en 1982 reapareció con sus actuaciones –ocasionales al principio- tenía 59 años. No hay razones para dudar de lo que él contaba de su vida, pero cuantas personas le trataron con mayor frecuencia, comentan que era propenso a fantasear, incluso con su edad, aunque sin ningún ánimo de mentir, simplemente que era así, igual que con su vida sentimental, pues presumía de cambiar de novia con frecuencia. No obstante, sí que había estado casado o unido sentimentalmente a una mujer con la que tuvo al menos dos hijas, que Rosa Manzano conoció cuando estuvo hospitalizado a causa de un cáncer, poco antes de fallecer.

Los años 80 fueron una eclosión de faquirismo en toda España, y en Valladolid también. Unos más ortodoxos, otros mezclando su espectáculo con números de ilusionismo o parapsicología. Así, los nombres de Rahma Khan, Henri Santi, Alkas, Kenfur, Lay-Sar, Sandokan, Kirman, Lui Mikar, Babacar o Limbno fueron apareciendo durante unos años por las Ferias de San Mateo, las fiestas de San Pedro Regalado, carnavales, y salas de fiesta y discotecas.

La reaparición del maestro Ben Alí se puede decir que fue en el bar El Farolito, de la calle Cárcava. Una noche de 1982 allí, el maestro, espontáneamente hizo algunas demostraciones de faquirismo. Carlotti, el que tenía el bar, no dejó pasar la ocasión y le contrató –por llamarlo de alguna forma- para que actuara en su local.

Su presencia no pasó desapercibida para los gestores culturales del Ayuntamiento de Valladolid, y Javier Martínez, conocido como Varillas, le comenzó a incluir en la programación festiva del ayuntamiento.

Ben Alí 'oficialmente' reapareció el 17 de abril de 1982. Contó a El Norte de Castilla que había vuelto por amor propio y aprovechó para relatar que su primera actuación fue el 15 de octubre de 1935 en el teatro Tívoli, de Barcelona. Y que su afición comenzó al ver la actuación de un faquir en un circo, así que sus padres le matricularon en la Academia Carbucheli, de la ciudad Condal, conde se formó en el faquirismo.

Desde que volvió al espectáculo no paró de actuar: teatros de los barrios, Sala Borja, Ambigú, Pérgola del Campo Grande, residencias de personas mayores, Muestra Internacional de Teatro, etcétera.

Su espectáculo habitual era lo que él llamaba 'Minuta Oriental': comer serrín, tiza, hojas de afeitar, lámparas incandescentes y discos de gramola. Hacía el volcán humano, que era echar fuego por la boca, atravesándose extremidades del cuerpo con agujas de grandes dimensiones, y por supuesto, tumbarse en la cama de vidrios rotos con Irma de Afri subida sobre él.

Uno de sus números más exclusivos consistía en el 'reloj': atravesarse la boca de mejilla a mejilla con una gruesa aguja, enganchar una correa a la aguja por dentro de la boca, y el otro extremo atarlo a dos sillas, que levanta en el aire y las hacía pendular de un lado a otro.

La relación artística de Modesto con Rosa comenzó cuando a Fernando Urdiales, el director de Teatro Corsario, el Ayuntamiento le propuso que su grupo montara representaciones breves en la Sala Borja durante unos carnavales. Urdiales, que ya conocía a Modesto, le propuso que hiciera algunos de sus números para complementar la puesta en escena de Corsario. Modesto pidió a Rosa, que actuaba con Corsario, que le ayudara. Es el caso que a Modesto le fueron saliendo actuaciones y ofreció a Rosa que fuera su ayudante permanente, y para ello se le buscó el nombre artístico de Irma de Afri. Lo que parecía que iba a ser una relación breve, se alargó hasta que Modesto ya no pudo actuar a causa de su enfermedad.

Modesto García Ruiz falleció el 7 de junio de 1988. Sus amigos de las Concejalías de Juventud y Cultura, y los del mundo del espectáculo se hicieron cargo de su entierro. Yace en una tumba de tierra, y ya ninguna señal en ella da testimonio del Profesor Ben Alí.

Durante los Carnavales de 1989, varios colectivos artísticos, grupos de teatro y de música, el martes día 7 de marzo organizaron un festival de homenaje y recuerdo de Ben-Alí.

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